Solo a Mí.
Abrí los ojos y fisgoneé por la mirilla, cual sirvienta cotilla espiando el despacho del señor.
Mi pupila se dilató al fijarse que sus ojos ya no solo me miraban a mí.
Que solo soy carne que se pudre por dentro.
Que la pena derrama a gotitas toda su hiel en mi pecho.
Lárgate de aquí ilusión que ya no te quiero.
Arráncate de mí que ya no te espero.
Enrédate en sus medias
A veces cuando nos rendimos somos demasiado fáciles.
Chica fácil de mente débil que se piensa heroína
A tus fosas dulce cocaína.
Pálpito miocardio.
Que en mi fuego ardió,
En el baile del ridículo ouroboros.
Que se repite en bucle, joder, maldita esta vida la mía.
Que sentía que tenía que darle todo lo que quería.
Con qué rabia resuenan mis zapatos de tacón sobre el mármol cuando me acerco a la puerta para irme.
Con qué desidia ata la hebilla de su cinturón.
Echo a correr, pero ya no detrás de nadie, echo a correr de quien me persigue a mí, deshaciéndome de todos los harapos que un día en mi cuerpo cosí, reconstruyéndome a base de otros.
Cómete ésa triste falda de colegiala, que no esconde nada.
Disfruta y déjame a mí.
Prometo no deshacerme más.
Prometo no agarrarme a otro pecho.
Prometo abrazarme solo a mí.
Algo que tú no te puedes permitir.
Por que sí, que sí soy bruja y esto yo ya lo veía venir.
Largo.
