Aveces pienso que mis lágrimas no solo recuerdan tu nombre, sino que añoran las sonrisas que me surgían al imaginar tus brazos rodeando mi cuerpo. Se me han gastado los sueños en los que me besabas, porque ahora ya no puedo dormir preguntándome dónde estarás. Quiero que sepas que cada suspiro es una esperanza que se desvanece al rozarse con la realidad. Me gustaría poder levantarme, alzar la mirada y ver que sigues aquí, que has vuelto, que nunca te has ido. Quiero despertarme algúna mañana con tus buenos días alegrando mi mirada y humedeciendo mis labios. Intuyo que tus pensamientos son los mismos, y que cuando lloro, tú sientes algo extraño que te hace pensar en mi. Y solo deseo, pido y deseo que no me olvides. Que no quieras dejar de hacerme reír cuando mis ánimos están por debajo del suelo. Entiende que eres el oxígeno de mi aire, y que sin aire, no puedo vivir.
Siempre te esperaré, como una buena enamorada. Por favor, sé tú un buen enamorado. 20-03-15
En la soledad nadie ocuparía ese espacio. Tu creatividad te alimenta y llena de alimento a cuantos te leemos. No es cierto que se deba sufrir, de la manera en que se describe la crisis de la adolescencia. El cerebro cambia y las emociones buscan asiento en un estado lógico. Me gusta que sigas manteniendo tu fantasía viva, porque es tuya y la posees tú. No se irá, no se llevará tus lágrimas, porque jamás perderás la partida. Un saludo.