Su marido, de por sí ya insatisfecho,
la cambió por una linda señorita,
le pasó a la concubina sus derechos,
pues aquella era una joven muy bonita.
La dejó hundida en la pena, que es tan cruel,
...
Sobre papel el sauce escribiò las que serìan sus ùltimas palabras.
En primer lugar pedìa perdòn a la ardilla que siempre viviò
en un hueco sobre èl, pues renegò tantas veces de sentirse
asfixiado...
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