Rutina.
No te has llegado a parar a pensar en todo el daño que has podido llegar a hacer en un día, en todo el daño que me has hecho en un abrir y cerrar de ojos, no preguntes porqué estoy así, ya lo sabes.
¿De verdad no puedes darme nada más que esto? ¿O simplemente no quieres hacerlo? ¿De verdad estoy pidiendo tanto? ¿Realmente da igual todo lo que yo haga por ti? ¿Por nosotros? Me siento tán estúpida, hay cosas que nunca serán mías, aunque tú lo intentes, aunque te esfuerces por sentir la mínima parte de todo lo que siento yo. Nunca sentirás eso por mí, nos engañamos lo sabes. Espero que llegue el momento en el que sea todo perfecto desde hace demasiado tiempo, espero algo que yo misma sé que nunca llegará...
Ya no sé cómo debo hablarte, cómo debo expresarme, ni que debo hacer, ni si quiera confío en tu palabra y es improbable que llegue a perdonarte algo algún día.
Hoy me he vuelto a levantar y a fingir que todo iba bien ... me he vuelto a vestir, desayunar, ir al trabajo y he vuelto a fingir que las personas que se encontraban allí eran mis amigas... Porque parece ser que a las personas nos gusta fingir para no pensar en nuestra realidad.
Y así transcurren los días, cuando llegan las noches allí me encuentro yo, con la luz apagada acostada sobre la cama pensando que quizá mañana será el día en el que por fín me atreva a romper la maldita rutina, que por fin me atreva a ser valiente y romper el cascarón dejándote atrás junto con mi mierda de vida.
Mientras aquí sigo mintiéndome con que algún día te darás cuenta de todo, cambiarás por mi y vendrás a buscarme salvándome de mí misma.
