¡Oh, Dios mío!
Fue duro ser expulsado de tu paraíso
fue un verdadero drama ser desposeído
de todos los privilegios de los que gozaba él.
Pero lo peor de todo fue que me desterraras
a este infernal Universo de caos y destrucción,
y no te dignaras ni siquiera a dirigirme la palabra.
He intentado infinidad de veces hablar contigo,
y siempre he recibido la callada por respuesta.
Qué ofensa tan grande tuve que provocarte,
cuando me has impuesto
tan severo castigo,
que nosotros,
los humanos,
con lo crueles que somos,
no imponemos ni a un miserable etarra.
Llevo ya una cadena perpetua de condena,
y sólo te pido que por favor,
te dignes ha hablarme
y me digas
en qué te ofendí.
Sea lo que sea,
aquí
y ahora,
te pido humildemente disculpas.
Estoy arrepentido hasta la médula
de todo el daño que pude causarte.
Cuando me desterraste
me borraste mi memoria
para que empezara desde cero.
Ya he aprendido la dura lección.
Por favor devuélveme mis recuerdos,
ya estoy preparado para hacerles frente.
Cuando quieras, Dios mío.
...
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añorando a Dios:
https://youtu.be/KD9L_fLX7PY
