Match Point
Marcos le había ganado a la pobreza extrema a costa de pura decisión. Lo suyo era la forma más excelsa de la resiliencia, ya que sus padres apenas conseguían algunos cartones y periódicos de hojas marchitas para vender en la central de acopio. Lo malo, era que mientras él se codeaba con lo mejor del tenis tour internacional, con entrevistas en la televisión, radios y periódicos, en un ambiente Vip, sus padres seguían viviendo en la miseria más absoluta.
Con las escasas monedas que conseguían compraban algunos huesos en la carnicería para preparar sopa, también algo de pan frío, como le llamaban, pero definitivamente del día anterior, en una modesta panadería de barrio. Entonces, antes de regresar a casa, pasaban por la feria en busca de frutas y hortalizas machucadas o que, por comenzar a podrirse, no habían sido vendidas.
Marcos, sin embargo, era feliz, porque siempre había soñado con ser un gran tenista y para ello estaba luchando.
Mientras sus padres debían aún rodear el vertedero de basuras de la ciudad, para llegar a la modesta ruca hecha de latas y cartones, donde lo esperaban tres perros famélicos que colgaban en sus cuerpos racimos de garrapatas, Marcos jugaba tenis y perfeccionaba cada uno de sus golpes.
Escuchaba bramar al exigente público cuando llevaba su brazo hacia atrás y dejaba fluir un top spin que daba justo en la raya o, cuando con un preciso drop shot, preferentemente de revés, detenía la pelota para dejarla caer suavemente, como un guante de seda, detrás de la red.
Sus smashes era recurrentes y ganadores, lo mismo que sus aprouches y ningún contrincante podía contrarrestar adecuadamente sus vertiginosos side spin que los hacían salir de la cancha.
En el paroxismo de su entusiasmo, Marcos lo había logrado, ajeno a la realidad de sus padres, se encontraba ahora en el pináculo de su carrera, ya que por primera vez estaba en una final de Gran Slam y tenía a su oponente de turno, en match point.
El hambre que sentían sus padres, no era suya; el frío que sentían sus padres, tampoco lo afectaba.
Él miro en todas direcciones y vio el court central repleto de fanáticos, entonces restaba solamente un correcto saque que le diera un Ace para ganar el torneo, sería la guinda de la torta con la cual coronar tantos esfuerzos. Marcos tenía los músculos tensos y nada parecía hacerlo perder su concentración, ni siquiera los perros que comenzaron a mover sus huesudas y segmentadas colas para recibir los primeros mendrugos de pan duro, ya que afuera, había llegado el padre, que nuevamente se enojaría al ver al hijo con el viejo matamoscas de plástico, dando rápidos chicotazos al aire, para reventar los negros insectos en pleno vuelo.
FIN
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Mejorana
Extra?amente po?tico. Es decir poes?a en estado puro, y duro.
La poes?a de la Vida.
12/03/09 09:03
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Unsilencioquenocalla
S?, la pobreza es lo m?s duro de la vida. Es la vida misma que te golpea en las tripas...
13/03/09 03:03
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Mejorana
Pero no es eso solo.
Es la crudeza del contraste, entre el bienestar del hijo y la pobreza de los padres, injusticia y orgullo por el hijo a la vez.
Algo que me cuesta explicar.
Por eso te digo que es extra?amente po?tico, porque hay grandeza en la miseria, o miseria en la grandeza.
Es un texto muy bueno, de verdad.
13/03/09 10:03
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Mejorana
Pero no es eso solo.
Es la crudeza del contraste, entre el bienestar del hijo y la pobreza de los padres, injusticia y orgullo por el hijo a la vez.
Algo que me cuesta explicar.
Por eso te digo que es extra?amente po?tico, porque hay grandeza en la miseria, o miseria en la grandeza.
Un texto muy bueno, de verdad.
13/03/09 10:03
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Txiki
Es un texto envolvente y espectacular.
Desde principio a fin uno viaja a trav?s de las palabras en forma muy din?mica.
Tan real como ingenioso y con may?scula, compa?ero.
Me lo guardo.
Salud!
14/03/09 12:03
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Unsilencioquenocalla
Mejorana, pero la crudeza tambi?n est? en el hecho que se ve obligado a usar su imaginaci?n para escapar de una realidad agobiante.
14/03/09 06:03
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Unsilencioquenocalla
Gracias, Txiki.
14/03/09 06:03
