Te vi sentado sobre el borde de la cama y no pude hablarte.
Te veías radiante y lleno de luz.
Tu imagen me lleno de paz y serenidad.
No sabía si esto era un sueño o la realidad.
No entendía como podía verte.
Hacia meses te habías marchado.
La desolación y tristeza se esparcían por mi cuerpo.
Tus palabras dulces calmaron mi infierno.
Tu intención no era asustarme.
Solo querías dejarme tu mensaje.
Que estabas bien junto a la familia.
Y que no dejara de luchar por conseguir mi felicidad ni un solo instante.
Dijiste que tu viaje era muy bonito.
Con un paisaje bello y una paz increíble.
Susurraste; hija yo te quiero, ya volveremos a encontrarnos.
Te fuiste cobijándome como cuando era niña y dejándome la marca de tu beso en la frente.
Como me suenan tus letras amiga vampiresa
Un placer leerte
Antonio