Cada palabra tuya es un arma.
Un arma idónea para lastimar,
la sutileza con la que hablas
que es difícil no creer más.
¿Cómo se volvió tan frio tu corazón?
Que fue capaz de jugar con mi amor
un amor lleno de ilusión, de anhelo,
y ahora todo lo que quiero es volver al sueño.
Tomé unas gotas de fantasía,
una pizca de utopía,
una cucharada de mentira,
y un poco de falsedad.
Pero
no fue suficiente para regresar
al camino lleno fantasías,
en donde tu solo mentías, fingías
y yo inocentemente te creía.
Jamás se puede regresar, cierto?