Exaltado miró una vez más hacia atras,
frenó en seco su palpitante carrera
y tensó los músculos de sus piernas
ya arraigadas a la firmeza del piso...
De un salto volvió a su nido de origen,
nadando entre la frágil capa de cristal
que lo separaba del resto del mundo.
Preparó su mejor cara y se dispuso a exhibirla;
sin resentiminto, sin cinismo,
como ya lo había hecho cientos de veces...
Entoces, frente a él, el señor de lo imprevisto,
esta vez sólo se peinó frente a su aún cansado rostro
y emprendió marcha
en la misma dirección de siempre...
Él, lo acompañó hasta el marco y después suspiró.
"Pobre, si supiera que su mundo está al revés"
Günther Semler 25/01/08