TusTextos

Infidelidad.

Existe una impaciencia incontrolable en tus labios. Como si desearas devorarme en un solo beso.
Lo sabes, lo sé.
Quizá mañana al despertar deba olvidar todo lo que haya pasado; tenga que volverme invisible.

Amar jamás fue peor pecado.

¿Con que justificaremos nuestra falta de moralidad?
Haz jurado delante de mortales y dioses, pero tus palabras han durado tan poco.

¿Justificaremos con amor nuestros hechos?
¿Cuanto dolor causaremos?
Y, ¿aun así vale la pena?

Amarte jamás fue peor pecado.

Podría repetirme día y noche que no hay perdón en mis acciones, que ni el amor mas puro justifica mi lujuria y mi pasión. Pero, ¿que hay de lo que sienta si la inocencia se interpone?
Aun yo preferiría mi amargura a pequeñas gotas sobre sus mejillas. Pero no hay control en mis acciones; cuando estas cerca solo se amar.

Tu cercanía. El peor de los conjuros.

Tus labios saben convertirme en esclavo, esclavo de tus deseos. Poco a poco he aprendido a danzar con ellos; conozco cada paso que darán, aunque de vez en cuando llegan a sorprenderme; uno de esos placeres que aun puedo disfrutar.
He aprendido a fundirme entre tus brazos, empequeñecer. Puedo convertirme en la mas débil criatura, en la mas delicada; atarme a tu cuerpo con tal fuerza que ni la furia de un tornado podría arrancarme de tu pecho. Puedo ser todo aquello que en vida jamas imagine. Si, en vida; esto solo es un sueño.

La vida es simple.

Tu nombre fue atado en papel. Tus labios tienen escrita una maldición a quien los desee profanar; tu cuerpo ha dejado de pertenecerte.
No podrías odiarlo. El no ha sido el culpable.
No podría odiarla, su error fue amarme.
Y aquí estamos los dos, jugando a ser adolescentes. Nos creemos incrédulos y pecamos de indiferencia. Y cuando el mundo voltea sabemos sonreír con indiferencia.

Parece no importarte, parece no importarme.
¿Pero que le dirás al anochecer?
¿Pero que le diré al amanecer?
Cuando te hayas ido, cuando me haya ido.
¿Podrás desearle buenas noches?
¿Podre decirle buenos días?

Su pequeña sonrisa se trastornara, y no quiero culparme de ello.

Así que adiós nuevo amor.
Prefiero mis lagrimas atadas a mi garganta que las suyas sueltas por sus mejillas.
Abdielbda22 de julio de 2013

1 Comentarios

  • Jjrs

    Muy buena prosa, en especial esta parte "Prefiero mis lagrimas atadas a mi garganta que las suyas sueltas por sus mejillas"

    20/02/14 02:02

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