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Lluvia

Júrolo que un día, del cielo llovieron manos. Redondas, finas, chapuceras, jóvenes viejas. Sin anuncio de tormenta ni ventarrón de uñas, llegaron. Unas murieron en la caída, otras se levantaron y dominaron la tierra, unas aprendimos el arte excelso de la palabra escrita, otras se juntaron y alzaron una plegaria a su cuna, de que pronto viniera un cuerpo dueño que las aplaudiera y las quisiera. Así pronto, las manos regordetas, pasajeras, crecieron y se hicieron soberanas regidoras del orbe y del universo. Pero todo pasó, las manos envejecieron, se encanecieron, tiritaron con el parkinson, cruzaron los dedos y al final moriremos, pero nos llevaremos lo nuestro.
Abrahamsaucedocepeda04 de abril de 2009

1 Comentarios

  • Mejorana

    se encanecieron, tiritaron con el parkinson, cruzaron los dedos y al final moriremos.
    Pero habr? nuevas manos que mezan nuevas cunas, y manos nuevas que canten artes nuevas y todo ser? nuevo y viejo eternamente.
    Un abrazo Abrahan.

    04/04/09 09:04

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