Te quité el sostén y el turbante. Te puse las botas y te llamé mi amada.
Te entregué los versos que escribí esa mañana. Fue nomás un regalito. Te reíste un ratito y me diste un beso. Que me gusta mucho Carlos Gardel.
Y me gusta mucho como dice porquería
Pero te has vuelto a mí de nuevo y otra vez estoy contigo querida, perdona. Soy loco ya lo sé. Estoy felíz pues estás felíz también. Y nótese que he escrito feliz con cento en la i y la palabra acento sin la a. Ay que bonito piano suena en la habitación contigua. Perdona querida, me he ido de nuevo. Ay que tango. Perdona. Te levanto para bailar y así no estar y estar a la vez. Y sos mía. Como ésta pieza. Que bien bailas hoy, has de haber comido rosas rojas. Que porquería de verso es ese. Ya me parezco a Carlos Gardel Si es que ha sido el quien compuso la canción. Perdona querida. Bailamos en el rincón y luego salimos al pasillo, y cuidamos de no caer al jardín interior. Que no tenemos. Pero lo he imaginado querida, y mejor cuidarse. Bailamos en las escaleras, pero no vamos muy lejos porque se empieza a oír muy quedo el tango.
Bajamos al cielo, te desnudo de las botas y te pongo la corbata izquierda. Te embarro mantequilla en la cabeza, te enojas, pero no mucho. Espero a que vuelvas de limpiarte.
Mientras veo las luciérnagas por la ventana. O son estrellas. El tango sigue, de buenas. Abro la ventana, poquito para que no huyan las notas. Huelo el aire del ambiente. Me tapas los ojos. Las manos te huelen a mantequilla. Y a amor querida y a amor. Me han gustado mucho las luciérnagas, salgamos a pasear, llevemos el piano con nosotros. O al menos silbemos. Que bien silbas querida, has de haberte comido la mantequilla del cabello. Pongo el coche en mute y te llevo a las estrellas. A las que están cerca. Encontramos la avenida que te gusta, la que tiene muchos árboles. Silbas fuerte para embellecer la noche. Ya cállate. Mucho amor, querida. Te amo hoy también.
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No recuerdo cuando lo escribí, pero ya está medio oxidado.
Jesus Dios m?o XD Abrahan.
Se me levantan solos mis pies y se me empuja el alma hacia ti en un irreflenable deseo de que me saques a bailar el tango, mientras mi cuerpo entero se vulve caracolas.
Dios bendito.
Este texto me lo quedo para mi.
Como has hecho tu con el tango y con tu amada.