He tenido tiempo de reflexionar, y me he dado cuenta de que los sucesos acontecidos en mi vida en los últimos 3 años son consecuencia de otros sucedidos anteriormente, así pensando, me he dado cuenta de que el destino ha ido hilando acontecimientos para mí, y aunque en el momento no los entendiera, ahora tras unos años, comprendo que todo ocurre por y para algo.
Pero me siento confuso, no sé si llamarlo destino y pensar que ya está escrito o simplemente analizarlo como meras casualidades que me han llevado a donde estoy… he aprendido de lo malo y he valorado lo bueno, sobretodo al perderlo. Lo que hace unos años me hizo llorar, fue la semilla que engendraba el fruto del amor que hace poco conocí y que al pudrirse en cenizas quedó, cenizas de melancolía, de dolor, de confusión… pero al igual que no entendí que aquel tropiezo, era realmente una semilla, hoy no puedo saber si de las cenizas florecerá una margarita o una rosa con espinas… agridulce futuro, envuelto en esperanza y nublado por la incertidumbre nacida del miedo ya conocido.
Supongo, que soy mejor persona que entonces, y quizás ese sea el mayor objetivo de una vida, pulir tus virtudes y hacer que tus defectos sean útiles o como mínimo estériles. Y a todo esto colaboran personas, que son realmente apoyos necesarios, sin ellos nada sería posible. Y ahora veo que la vida es para andarla paso a paso, no está bien saltarse capítulos, ni estancarse en uno ya leído. Y quien no este dispuesto a sufrir que se baje del barco, esto es la vida, no un crucero apacible, tormentas y calmas, alternándose entre besos, gritos, miradas, abrazos, éxitos y fracasos… una caída puede ser una lección, un llanto puede engendrar sonrisas y así sucesivamente.
Estoy listo para salir del caparazón, para comerme a mis sueños o para dormir con ellos, pero quiero intentar ser lo que un día soñé, quiero amar al amor y cantar a la pena, quiero bailar una canción elegante al compás de tú corazón, quiero encontrar lo que no se busca, quiero perderme y descubrir que no hay camino imposible. Quiero querer a los que siempre me han querido, quiero escuchar un violín desafinado y afinarlo con la coherencia, sabiendo que de cualquier ruido, puede emerger una bella melodía.
Cuando era un niño (pequeño) no era consciente de todo lo que me rodeaba, al igual que ahora soy un huevo en un universo de gallos y alguna gallina, por eso quiero hacer de mi vida un lugar deseable y que se suban a ella las personas que yo quiera.
Un tropiezo, un golpe, una caída o lo que he sufrido yo ahora, no es más que un bache, que una curva cerrada en una carretera cuya longitud es indescifrable, pero cuya intensidad la decides tú.
Así que, miro adelante, doy un paso, me equipo con mi espejo, con un saco de coherencia, un cuchillo para agujerearlo de vez en cuando, una foto de mis pilares, una pizca de ilusión y listo para salir ahí, y ser lo que soy, lo que se me olvido que era, y lo que un día soñé ser. Vivamos.

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2 Comentarios

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  Creatividad

  Buen texto-reflexion y el final...lo mejor. Saludos

  24/05/12 04:05

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  Adrielegance

  Muchas gracias, trato de expresar lo que llevo dentro. Saludos

  24/05/12 10:05