Ya está, C´est fini. Mi tortura ha terminado, he conseguido adueñarme de nuevo de mis sentimientos, ya no te pertenecen.
Ha sido un camino duro, pero efectivo. Necesitaba sacarte de mi mente, que no aparecieras en mis sueños y creo que hoy lo he conseguido, o al menos si no he cerrado la herida he aprendido a vivir con ella sin que el dolor me apriete cada noche.
El comienzo de este fin lo iniciaste tú, necesitaba un corte para cerciorarme de que caminaba sobre cristales, he de reconocer que has sido la dueña de mis sueños y de mi corazón, pero por suerte aún mantengo algo de sentido común.
Las lágrimas han sido la expresión del dolor que me causaste, alejarme de ti me acerco a la razón y esta secó mis lágrimas.
He tenido que luchar contra mí mismo, convencer a mi corazón de que tus ojos no eran para mí, no es fácil afrontar el destino, más no he tenido otra salida.
Ahora un nuevo camino se abre ante mí, en el que yo soy el dueño de lo que siento. Intentaré encontrar lo que en ti tan solo vi reflejado, porque no has sido más que un espejismo, te di un valor del que carecías y me lo quité a mí mismo. Hoy comienzo a andar este camino, cuyo final desconozco, pero deseo
Y es que tras una lágrima, nace la esperanza.
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