Es SÓlo Lucha
El mundo se caracteriza por los hombres que triunfan, cuando debiera caracterizarse por los hombres que luchan. Porque, sin duda, todos somos personas luchadoras para bien o para mal, aunque, desde mi punto de vista, sólo unos pocos logran llegar a la cima, a esa meta marcada por unos ideales, unas inquietudes o, inclusive, por un simple gozo personal. La vida, desde sus inicios, es una constante carrera de obstáculos, un correteo en el que el último que llega a la meta está aparentemente- perdido y mal visto por los demás competidores. Convendría pensar que no siempre los primeros son los más enérgicos, no siempre el que está ahí arriba es el que ha puesto toda la carne en el asador, el que se ha dejado la piel y los huesos, el que ha tenido las mejores intenciones. En la vida, por desgracia, existe la buena o la mala suerte, las presiones, las fullerías y, aún por encima, el destino de cada uno. En este juego con normas indignas, reglas deseables o indeseables, nos encontramos con todo tipo de personas, con todo tipo de acometimientos: familias que luchan por llegar a fin de mes, hombres y mujeres que intentan vivir honradamente pese a las adversidades físicas, mentales y económicas; jóvenes que intentan escapar del soborno social adentrándose en el mundo lóbrego de las drogas, mujeres maltratadas por unos ineptos cónyuges que desconocen el significado de la palabra equidad... Sí, pensándolo bien, la vida es sólo lucha, es un constante ir y venir de acontecimientos positivos y/o negativos, de engaños y aciertos, de pasos con los que avanzamos y pasos con los que retrocedemos. Aunque, como ya he dicho, no siempre los triunfadores son los que más han luchado, no son los que más sudor han dejado en sus ropas para conseguir lo que desean. Aún así, y con cansancio, yo soy partidario de luchar y luchar. Soy partidario de clarificar lo que realmente anhelamos y necesitamos, y seguir adelante, pese a todo y a todos, continuar por el camino empinado y característico de la lucha, de los compasivos ideales, posibles o imposibles; porque luchar es también una satisfacción necesaria, un instinto humano de supervivencia, un comportamiento que está por encima de modas y de abatimientos. Por tanto, yo, tú y ellos estamos aquí y debemos luchar. Estamos obligados a esquivar los obstáculos de la vida y de las personas. Es preciso luchar por un mundo mejor, más ecuánime. Si bien, como escribió el novelista francés André Malraux: El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo. Pero uno sólo se convierte en un hombre cuando supera estos combates. Aunque luchar contra uno mismo ya es otro tema mucho más arduo y espinoso.
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Norah
En donde tienes que intentar ser feliz, desahogarte cuando estés mal, sacar una sonrisa en cualquier momento, etc. ..en verdad vos sabes, que esa batalla, para los que no se hacen los tontos, no termina nunca.Cariños.
07/12/10 07:12
