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Se Cuenta En Las Mancebías

Se cuenta en las mancebías que a la hora del angelus nació ella, y también que su madre había hecho buen negocio aquella noche. La puta de la madre no podía dejar de trabajar por menudencias como un parto, como el nacimiento de la puta de la hija. Parió en el lugar de faena, entre risueñas prostitutas que le acariciaban los cabellos. Antes de que la hermosa criatura saliera totalmente de la vagina dilatada, la madre ya estaba muerta ¡Qué amargura! decían aquellas mujeres de moral flexible, ¿Quién se hará cargo de la niña?, se preguntaban. Concluyóse que lo apropiado fuera que Doña Fermina, la Madame del burdel, se encargara de la hija, como se encargó de la madre, como se encargaba de todas las muchachas que trabajaban para ella. Se habilitó en la buhardilla una cuna, se adquirieron los pertrechos necesarios para el cuidado del bebé y se asignaron turnos entre las chicas para velarla.
Se cuenta en las mancebías que cuando ella habló por vez primera no dijo mamá, sino papá. Las chicas que lo oyeron se desternillaron de risa tal que si hubiera contado un chiste, pero cuéntase que cuando se lo dijeron a Doña Fermina lloró una semana entera y dícese que se conservó en un cántaro el agua derramada para regar los tulipanes que manos delicadas habían ubicado alrededor de la cuna de la niña. La cría creció fuerte y alegre pero no se le permitió ejercer hasta bien entrados los doce años.
Se cuenta en las mancebías que cuando ella lo vio por vez primera le entró un hipo que duró un mes entero. El mes de Marzo entero. De la apertura de la camisa del hombre asomaban negras, flamígeras y culebreantes hebras de cabello, pues el abogado era hombre de pelo en pecho; solía llevar un abanico de enea con el que se aireaba el sudoroso rostro, su bigote amenazaba a Dios y a los hombres y tenía los ojos a propósito para abrasar almas femeninas. Era cliente ocasional. Y novio habitual de Doña Fermina. Lo cierto es que cuando a la pequeña dama se le pasó el hipo no pudo sino reconocer que había quedado fulminantemente enamorada.
Se cuenta en las mancebías que cuando ella logró hacerle el amor por vez primera no le cobró. Le suplicó que le pagara con amor y él contestó que aunque el precio era más elevado de lo acostumbrado aceptaba gustoso. Pero él era hombre de ley y estaba familiarizado con la mentira, jamás pagó. Cuando Doña Fermina se enteró del romance que vivían los dos se quitó la vida. Y lo hizo con glamour, para dañar a la que durante tanto tiempo fue su protegida: se ahorcó con una trenza hecha de tallos de tulipanes; si Doña Fermina hubiera sabido que que el romance era de una sola dirección aún la tendríamos regentando casas de citas.
Se cuenta en las mancebías que cuando ella cumplió los veinte años pidió matrimonio al abogado y éste rechazó. Al preguntarle ella el motivo, él contestó con sinceridad, así dijo: Te he mentido preciosa mía, jamás llegué a pagarte en la especia que pedías pues hace tiempo que no hay fondos en la cuenta.
Se cuenta en las mancebías que cuando ella murió de ahogamiento en su vigésimoprimer cumpleaños llevaba un año padeciendo un terrible e incurable hipo.
Alexandros29 de marzo de 2011

3 Comentarios

  • Mental28

    super . Saludos

    29/03/11 08:03

  • Alexandros

    Gracias Mental ;)

    30/03/11 12:03

  • Alexandros

    claro, no lo leíste todo pero te aburrió el dícese...a mí en cambio tu comentario no me aburrió nada, pasé un buen rato tratando de descifrarlo! Haz que tu escritura sea comprensible, dado que esta web es de literatura parece un buen consejo, diríase

    30/03/11 12:03

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