Carta al Doctor Yepes
(bancolombia)
Carta abierta y pública al doctor CARLOS RAUL YEPES, Presidente de BANCOLOMBIA, entidad Bancaria y Comercial colombiana.
Respetado Señor Yepes:
Aunque no he podido leer la totalidad de su blog, donde manifiesta y expresa su indignación por la actitud tomada por algunos empleados de su organización, donde aprovechan no sé si un error como empresa de la Cadena de Almacenes Éxito o el error de un empleado al digitar o direccionar una oferta (ante lo cual me gustaría conocer el drama vivido por esta persona), quiero, desde mi punto de vista, aclarándole que no soy, ni cuento con los estudios, títulos o pergaminos de una persona medianamente estudiada; desde mi ignorancia, darle una explicación a sus profundas reflexiones, para que como sociedad con la anuencia de todos los que queremos y buscamos un mundo mejor, entendamos y comprendamos POR QUE SOMOS COMO SOMOS Y ESTAMOS DONDE ESTAMOS.
Para empezar, quienes somos:
Desde pequeños y sin que sea necesario haber recibido una gran educación aprendemos que Colombia es un país privilegiado geográficamente, con costas sobre dos océanos, que cuenta con una gran diversidad en fauna y flora, con un paisaje envidiable, rico en agua y minerales (tomado esto de mi maestra de tercero de primaria) y hoy sin tener certeza sabemos que somos algo más de cuarenta millones de habitantes (según el DANE).
En la Universidad de la Vida, a la cual asisto con vehemente frecuencia, junto con algo más, pienso yo, de un noventa por ciento de mis coterráneos, aprendí desde mis comienzos, que ser colombiano es un orgullo grande, porque esta es la tierra que permite cultivar cualquier cosa, tan rica y productiva que aquí encontramos los mejores cultivos de coca y marihuana aunque nuestra mata insignia sea el café del cual se dice es el más suave del mundo (no he probado otro para compararlo o si lo he hecho no le he sabido), aprendemos que el colombiano es trabajador, batallador, que no se vara en ninguna parte; de nuestros padres y amigos desde pequeños recibimos esa cátedra invaluable que nos dice que si queremos surgir, salir adelante, debemos ser avispados. Somos soñadores, señor Yepes, sí, somos soñadores. Todos soñamos riquezas, todos soñamos poder. En mi caso, de niño soñaba que cuando ganara dinero me compraría no un balón de fútbol, sino un equipo; en una caja de cartón soñaba manejando un, no sé, Ferrari o Lamborghini . También soñaba con crecer para vengarme del niñito mayor que me golpeaba a la salida de la escuela, o del patrón que injustificadamente había hecho llorar a la abuela. Son muchas cosas más, pero estás son básicamente las cosas que más nos llegan nos marcan y que hacen que, cuando suene para nosotros el segundo mejor himno del mundo, con el pecho erguido y la mano en el corazón, en cualquier parte del mundo, entonemos a todo pulmón el Oh gloria inmarcesible
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Y cómo aprendemos la lección; aquí hay que sumarle a la lista de virtudes de cualquier colombiano, la gran capacidad de aprender. Resalté avispados, porque es una palabra comprensible para cualquiera de nosotros sin importar la región; es común entre cachacos, costeños, paisas o pastusos. Y es que realmente somos avispados. Tanto, que se puede decir que donde haya una oportunidad ahí hay un colombiano. No importa el lugar del mundo, asi sea una realidad o una quimera, ahí estamos. En resumen, somos unos soñadores avispados.
Trataré de no ser muy extensivo en mis líneas para expresarle mi opinión. Somos soñadores cuando corremos presurosos para recibir los milagros que dejó regados el Jesús Cristo que se le apareció al avispado del vecino que venía en crisis debido a la quiebra que lo traía sumido el licor. Soñamos con recuperar para nosotros la caleta de dólares que el avispado del capo dejó enterrada en la manigua antes de ser dado de baja. Como buenos colombianos, soñamos con lograr ese cargo público, soñamos con el retrete, con la teja, con el bulto de cemento, que nos ofrece el político avispado, en tiempos de campaña. Soñamos con que nuestros hijos crezcan, señor Yepes, que con esfuerzo logren un cupo en la Universidad y que para empezar su vida laboral tengan la oportunidad de presentar su hoja de vida, con poca educación y con mucha experiencia en la Cadena de Almacenes, en la ferretería o en el Banco. Pasan los años y crecen nuestros sueños; soñamos con ganarlos la lotería o en tiempos modernos el baloto. Muchos en sus sueños vimos oportunidad de doblar o triplicar unos sus ahorros otros sus deudas, cuando el colombiano avispado vio la oportunidad y construyó las famosas cadenas. Existen en Colombia comunidades que sueñan en conjunto el acueducto, la electricidad, el desarrollo, la educación y la salud a la espera de lo que pueda hacer el avispado de turno. A los niños se les enseña a soñar a ser grandes pero no a luchar para perseguir sus sueños. Soñamos con disfrutar la promoción pague dos y lleve tres; soñamos con que el cajero del banco nos dé no cien billetes sino ciento uno y así son muchos los sueños, interminable la lista. Que grandes soñadores somos señor Yepes, muy avispados sí, pero poco realistas.
Donde Estamos:
En conclusión, de que puede vivir un país, con un presupuesto de ciento sesenta y cinco punto tres billones de pesos según la página oficial del Ministerio de Hacienda, cuando cincuenta y cinco por ciento (90,9 billones) van destinados al funcionamiento del Estado (yo lo llamo alimentar la paz y la guerra) 40,3 billones de pesos son destinados a pagar la deuda pública y tan solo 34 billones de pesos (20,6 %) irá destinado a la inversión social; de sueños señor Yepes, de muchos y variados sueños donde no llega a la cima el que más sabe, el que más aprende, sino el más avispado. Esa es nuestra sociedad.
Pienso que no se trata de dejar de soñar, no; se trata de dejar esa cultura de avispados, de vivos, de recursivos, de oportunistas, de malhechores, de timadores y empecemos a colocar las bases para que el éxito no dependa del azar o de la suerte sino del estudio, el trabajo y la dedicación, base de su cultura y superación señor Yepes. Como cualquier estructura monumental o majestuosa para que perdure en el tiempo requerimos construir unas bases sólidas que permitan el desarrollo en libertad, equidad e igualdad de todos y cada uno de los que hoy hacemos parte de esta sociedad soñadora a la que no le conviene para nada ese pequeño clan de avispados que cimentan su riqueza y poder en el lodo, en la ignorancia, en la necesidad. El mundo no requiere oportunidades a base de errores, desgracias o desdichas ajenas; situaciones como la que se presentó entre sus trabajadores nos deben servir para preguntarnos si somos sociedad en avanzada o depredadores en selvas de cemento. Que su voz, que mi voz y la de todos sea una sola para expresar el descontento social, que sea una sola voz la que denuncia, la que protege los sueños de paz y desarrollo, muy troncados por unos pocos avispados que no sueñan, simplemente viven y se alimentan de la ignorancia que cultivan y mantienen a diario.
En medio de mi ignorancia, cordialmente,
ALFREDO OSORIO
Guillermo Alfredo Vásquez Osorio
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Febe
Cito " Que su voz, que mi voz y la de todos sea una sola, para expresar el descontento social, que sea una sola voz la que denuncia, la que proteje los sueños de paz y desarrollo, muy truncados por unos pocos avispados que no sueñan , simplemente viven y se alimentan de la ignorancia que cultivan y mantienen a diario."
En medio de mi ignorancia que comparto contigo, uno mi voz a la tuya.
26/08/12 08:08
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Alfreos01
FEBE A veces siento que mi voz es un susurro solitario en oídos sordos, pero cuando se que llega y hace eco en la conciencia de una persona, solo una; me reconforto y así sean torpezas o disparates sigo escribiendo. gracias
26/08/12 08:08
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Febe
Ni torpezas , ni disparates . Es tu voz , tienes que usarla y dejar que fluya tu mensaje , tu manera única de percibir y sentir y pensar y creer. Eso es importante. Que despierten las voces , que se unan , que quites anclas al viento,que todos respiramos.Gracias a vos por estar aqu-i y compartir tu voz.
26/08/12 08:08
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Elmalevolico
No sólo a una persona has llegado, y me identifico ante tu descontento pues en mi país (México) se vive otro tanto; mismas actitudes, pero con diferentes escenarios y personajes.
Aunque mi opinión y aportación puedan ser vanas e inútiles para la causa, comparto estas palabra en apoyo a tu manifiesto.
Saludos!!!
26/08/12 11:08
