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No Sé, que Alguien Me Diga 1

Mi nombre es GUILLERMO V, nací en Bogotá, Colombia, hace 51 años; provengo de una familia humilde, que profesa la religión católica de manera poco participativa. Esto que quiero relatar comienza el 16 de febrero del año 1974 a la edad de siete años. Para esa época cursaba segundo año de educación básica en un centro educativo popular ubicado en el barrio Chapinero de la ciudad de Bogotá y me había vinculado como monaguillo en la iglesia de mi barrio, parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, donde tradicionalmente se venera la imagen de Nuestra Señora de Lourdes o Santísima Concepción. Para este día, después de la eucaristía del medio día, y de la cual participábamos activamente todos los niños que hacíamos parte del grupo infantil o catequesistas era costumbre acompañar al P. Jimenez, anciano a cargo de las llaves de la parroquia, a revisar las diferentes alas de la iglesia evacuando a los que se quedaban en oración. Yo me dirigí al camarín de la Virgen de Nuestra Señora de la santísima Concepción encontrándome con una monja muy joven de traje blanco y de quien pnsé se trataba de una novicia, con un rostro especial y quien centró mi atención. Cuando estuve a su costado me recibió con una sonrisa indescriptible y a mis ojos empezaron a caer rayos de luz blanca sobre la Imagen venerada de Nuestra Señora; me invitó a arrodillarme y musitó un Ave María en un idioma para mi extraño. Cuando terminó me sentí transportado a un lugar indescriptible, donde a pesar de que carecía de muebles o naturaleza, inspiraba tranquilidad. Me dijo que su nombre era Bernardett o Bernardita. Empezó por mostrarme un mundo presente para luego empezar a mostrarme un mundo futuro, donde muchas cosas actuales ( de las que hoy vivo a diario) pasaban sobre mis ojos a una velocidad increible pero fácil de observar; en mi trance estuve en varios sitios, muchos momentos, vi muchos rostros que hoy se han ido revelando y he ido identificando; Me habló de la verdadera Iglesia, del amor de Dios, de la importancia de la familia, del papel protagónico de los jóvenes en la construcción de una nueva sociedad, de la degradación humana, del cambio climático, de las guerras, de la desaparición de especies, conocí avances tecnológicos impensables para esos tiempos, muchos de ellos hoy palpables y muchos otros que están por venir; igual me mostró el camino que debemos seguir para la recomposición social, conocí de los peligros y la crisis que vive la cabeza de la Iglesia en cabeza de su Santidad Francisco. de catástrofes vividas y por venir, de la descomposición humana y social. Amigo que me lee, no sé hasta donde su capacidad de entendimiento llegará para escucharme sin tildarme de loco u oportunista. Ahora puedo dilucidar muchas cosas que llegan a mi mente y me fueron mostradas en segundos. Conocí a través de mi experiencia lo que ha sido mi vida durante todos estos años y tal vez algunos más que me quedan de vida. He vivido la experiencia de estar en la cárcel, conocer la verdadera pobreza material y espiritual, la miseria extrema. Igual me mostró y he podido conocer un mundo de intelecto, de amor, de prosperidad. A hoy sólo cuento con cinco grados de educación básica, ya que solo cursé estudios hasta los once años de edad, año 1977, pero en mi mente hay conocimientos de ciencia, de historia, de economía. He vivido una vida de constante aprendizaje mientras duermo, preparándome para un incierto que al día de hoy no conozco. Cada noche trae un conocimiento nuevo mientras duermo, interactuo con personas y seres maravillosos; todas las veces aprendo algo o viviendo un suceso que me transporta a algo ya vivido o a algo que poco tiempo después se realiza. Después de este primer encuentro con Bernardett han venido mucho más y en circunstancias que algún día relataré, siendo el último el diez y seis de febrero pasado, cuando descubrí quien era Bernardett o Bernardita, al ver su cuerpo conservado en fotografías. La vi y la identifiqué, supe que era real, que vivía, que se trataba de una Santa del siglo diecinueve, la confronté en mis sueños y le expresé mi deseo de no participar más de los sueños, de las visiones, de los planes trazados para mí. Le expresé mi deseo de olvidar, de ser libre. Le conté de mi poca fe, de no tener la fuerza necesaria para la labor que ella quería que yo realizará, de la incomprensión, de no saber yo cómo llevar su mensaje. Como siempre sonrió, me limpio los ojos con sus blancas manos, lloró conmigo y me hablo del Espíritu Santo, de la intersección de la Santísima Virgen María. de su preocupación constante a través de los siglos por el fortalecimiento de la Sagrada Familia, paso indispensable para estar con Dios y lo que simboliza la eterna alianza de Dios para con los hombres. Hoy estas palabras salen del teclado de mi computadora en ramilletes, hay momentos que no se si soy yo el que escribe o que fuerza misteriosa. Anoche en mi último sueño vi su rostro a la distancia y vi un camino, unos extraños y otros conocidos nos encontrábamos sentados sobre una verde estepa y al final la imagen de la Santísima Virgen María, con los mismo rayos de luz que observé en mi niñes, y hacia nosotros se acercaba Santa Bernardett, con un rostro angelical y una voz sublime que nos decía "llegó el día, por su palabra muchos vendrán y por sus actos muchos pernotaran gozando en la presencia de Dios"

No se y aún no entiendo. la verdad he vivido todas las experiencias buenas y malas que un mortal cualquiera puede vivir. me gustaría contactar con personas que tengan experiencias similares, vernos y descifrar algo de esta experiencia; quiero ser libre, soltarme de este yugo y olvidar. Creo que hablando despierto de este eterno sueño.

Para terminar, regresando a aquel 16 de febrero, mi ilusión terminó con el ruido lejano de la campanilla que hacía sonar el padre Jimenez para proceder al cierre del templo. Supe que no había pasado mas de cinco minutos de mi éxtasis y el miedo se apoderó de mi a tal punto que no volví a la Iglesia de Lourdes en muchos años. Ya de eso hablare en otra oportunidad. Se que el mundo corre un grave peligro, se que el hombre es el ser más vulnerable en esta época que vivimos, se de la crisis que vive la fe, de los desastres que trae la soberbia y la ambición, de las falsas doctrinas y se que algo puede cambiar.hay un comienzo, unas bases y un derrotero. La vida verdadera no es la que vivimos, este es un solo un paso, un peldaño donde empezamos a tener conocimiento, luz; aún estamos a oscuras.

Continuará
Alfreos0120 de junio de 2018

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