Enlabasílica
Me perdà entre tus comienzos, buscando el más temprano rayito de tu pluma, ese primer beso de buenos dÃas a la aurora, y en el crépusculo de tus dÃas, hallé un "milagro" que me llevó, directamente al sacrificio de una cruz... y ahora, me trae a este otro sacrificio.
Casà mÃstico tu primer son, un halo de trascendencia entre tus versos, y el sacrificio incruento de la lÃrica inclinándose a tu paso.
La fuerza imperativa de los dioses cólericos en sus reductos de poder, toda la lujurÃa (te robo esa expresión, por cotundente) de su embergadura y, desde su propia altura, la mirada esquiva y el olvido como únicos regalos al que, en su pequeñez, les profesa adoración y entrega su alma por complacerlos. Pobre loco que, de la iniquidad de los dioses, espera y ansÃa justicia. Unos dioses que lo aplastarÃa, que lo harán, cuando se aburran de su propia pequeñez... pero...
"Qué mas da?
EntregarÃa mi alma,
sin dudarlo,
al desgarro de una daga
por ti... ."
La daga, en sangres y en sacrificio de vida, se tiñe ante la entrega más altruista... el alma a cambio de una simple mirada.
Impresionante, Sin duda.
Me lo llevo.
Amelia
09/11/09 04:11