La vida se apaga minuto a minuto
y el dolor se abre paso
en las venas tal y como
lo hacen los rayos de sol
cuando iluminan aquel
que fue tu mundo y el mío
y que hoy tan sólo existe
en fotos añejas y amor de un segundo.
Enciende hoy una vela
por un amor que se apaga
antes de haber nacido,
por la muerte del deseo
y la agonía de todo
lo que se ha perdido.
Deja que el fuego se consuma
y no reavives las cenizas,
sigue adelante tu vida
como si yo no hubiese existido.
No más relojes en la tarde
ni música que asome
la vida a nuestros oídos,
ya solo queda en mi vida
el recuerdo de breves momentos
y la soledad en la que tu
indiferencia me ha sumido.
Aparta de mi palabras vanas,
de nada me sirven disculpas
vertidas al viento, no me
vendas más tus promesas
y continua tu vida
echando mi mirada al olvido