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La Real Orden de Las Perdularias 41

Si pensaba que mi mayor problema era tener que hablar con la tía Lola, estaba muy equivocada. Pensaba ir a su casa a merendar el sábado, pero por la mañana, cuando todavía estaba en pijama pasando la aspiradora y haciendo acopio de fuerzas para planchar, mi madre apareció de repente, y eso ya me puso sobre aviso de que algo malo había sucedido. Ella no solía presentarse nunca sin avisar porque sostenía que la casa de los padres siempre es la de los hijos, pero la de los hijos es terreno vedado a menos que medie una invitación.
Entró con decisión y dejó el abrigo en la entrada. Se sentó en la cocina, esperando a que le pusiese el café. Noté por la manera en que apretaba los labios, como si se hubiese comido un pimiento picante, que estaba disgustada.
-Me parece asqueroso estar a las once de la mañana en pijama-me acusó, removiendo el café.
-Ya, Mamá, supongo que es por eso mismo, porque soy una asquerosa.
-Debes cuidarte, y ahora que vives sola, más. No te dejes.
-Que no me deje, ¿qué?
-Caer-me contestó. Caer en la decrepitud, aunque nadie te vea, haz el favor de arreglarte.
-Ya lo hago Mamá, pero estoy limpiando, luego me ducharé y me vestiré. Esta tarde meriendo con la tía Lola y con Anita.
-¿A santo de qué?
Mi madre era como Atila, no dejaba que la hierba creciese bajo sus pies.
-Me ha invitado, y voy a ir.
Ella torció el gesto, no sé si porque no le gustaban las pastas que había hecho o porque era mi respuesta la que no le agradaba. Quizá las dos cosas. Sacudió la mano, como diciendo que no importaba.
-Da igual. Hay una cosa que quiero contarte. Una cosa muy importante-remachó.
Como siempre que estoy nerviosa, eché la mano al cuello para dar vueltas a mi cadena o al collar de perlas que solía llevar; pero mi cuello estaba todavía desnudo y solo hallé la piel para toquetearla.
-Pues empieza ya Mamá, por Dios, me estás poniendo nerviosa.
Se pasó la mano por la cara, como alisándola y tomó aliento. De repente me di cuenta de que mi madre era una anciana y el descubrimiento me heló el alma. Ella era lo que me ataba a mi familia de origen, a mis raíces y a mi pasado. Sentí ganas de tomar su mano y acariciarla, de darle un abrazo…Pero me quedé quieta, pegada a la silla. Mi madre y yo no éramos expresivas, al menos no de esa manera.
-¿Qué sabes de Irina?
-¿Qué quieres que sepa? Ha estado aquí con Iván un par de días, me hizo reproches, arreglamos cosas, o quiero pensar al menos que lo intentamos. No sé, hace tres o cuatro días que no hablo con ella. Ya sabes cómo es
-Ha dejado a Iván.
De nuevo me llevé la mano a la garganta y luego al pecho, en un vano intento para que mi corazón acompasase su latido.
-¿Cómo puede ser eso? Si aquí han estado muy bien. ¿Y cómo no me ha dicho nada? ¿Qué es lo que sabes?
-Deja de interrogarme, que parece que estoy en un juicio. No sé nada más. Tu marido…
-Mi ex marido-la interrumpí.
-Vale, déjame seguir, ¿qué más dará? Ante Dios será siempre tu marido.
Mi madre no veía bien el divorcio, ni siquiera la separación; para ella lo que Dios había unido nadie podía separarlo, ni siquiera el desamor.
-Estaba diciendo-prosiguió-que Felipe me llamó y me contó que ella le había dejado. Pero no sé nada más. Creo que él si sabe pero no quiere contarme más. Esa niña-sacudió la cabeza con disgusto.
-Esa niña sigue siendo muy caprichosa y piensa que el mundo tiene que girar a su compás. No conocía demasiado al chico pero creo que la quiere mucho y…mi hija es demasiado impulsiva.
-¿Y tú que vas a hacer?-me preguntó fijando en mi una mirada de reproche.
-¿Yo? ¿Qué piensas tú que puedo hacer? Ya no son los tiempos de antes, Mamá. Las hijas no hacen caso de las madres. O más bien-puntualicé-hacen todo lo contrario de lo que les aconsejamos.
Mi madre, por una vez, estuvo de acuerdo conmigo. Cuando se marchó intenté poner en orden mis ideas pero la cabeza me daba vueltas. Iván era un recién añadido a mi familia, pero a pesar de haberle tratado poco estaba segura del amor que sentía por mi hija y también de que era un buen chico. ¿Qué podía hacer yo? Intenté hablar con Irina pero no contestó a ninguna de mis llamadas y sólo cuando ya estaba a punto de entrar en el ascensor para cumplir con la obligada visita a la madre de Laura me llegó un mensaje suyo a mi móvil en donde me decía que no quería hablar de momento, y que ella me llamaría. Si algo he aprendido con mucho dolor es que mis hijos eson profundamente egoístas, supongo que como siempre somos los hijos, y lo aceptaba. Ya me diría algo cuando quisiese hacerlo, si es que quería alguna vez. Supongo que su padre si lo sabía todo, pero no me rebajaría a preguntarle nada porque me resultaba humillante decir en voz alta que mi propia hija me apartaba de su vida.
No estaba con el mejor ánimo para ocuparme de los asuntos de Laura y menos de hacer de abogado defensor, pero me había comprometido y no me quedaba más remedio que hacer lo que de mí se esperaba. Igual que me había pasado con mi madre, me di cuenta al abrazar a la tía Lola de que también ella se había vuelto frágil y quebradiza como un gorrión. Iba, como siempre, impecablemente vestida, pero sus zapatillas de andar por casa no hacían buen juego con el vestido gris perla y el collar; y me di cuenta de que se había puesto una perla en una oreja y en la otra una pequeña amatista que yo misma le había regalado en Navidad. Me inquietó pensar que probablemente tuviese lapsus y se le fuese de vez en cuando la cabeza. ¿Cuántos años tenía? Supongo que unos setenta y cinco, como mi madre. Me ofrecí a preparar el café y ella no se opuso.
-¿Nos lo tomamos en la cocina?-le propuse.
Se encogió de hombros, dudosa, pero al final accedió.
-¿Y Anita?
-Ahora vendrá. Ha estado durmiendo la siesta.
Nuestras palabras actuaron como una llamada porque apenas había servido el café cuando apareció la hija de Laura y me abrazó con cariño. Esta niña era un encanto, siempre alegre y cariñosa. La miré mientras le servía un trozo de la tarta que había traído y deseé que mi hija se pareciese a ella.
-Tita-me llamó Ana con su cálida voz. ¿Qué le pasa últimamente a Mamá?
-¿Cómo que qué le pasa a Mamá?
-Es que la veo demasiado contenta-repuso, encogiéndose de hombros. Antes siempre estaba impaciente, de mal humor, discutía conmigo y con la abuela por todo. Y ahora anda como en las nubes, se ríe por tonterías y opina que todo el mundo es genial. Y no sé si te has dado cuenta de que ha vuelto a vestirse a menudo de rosa.
La abuela permanecía callada, calentándose sus arrugadas manos al calor de la taza de café; pero asentía con la cabeza, dándole la razón a su nieta. Y ambas me miraron interrogantes.
-Tal vez tu madre esté enamorada.
-Yo no podré soportar más Eusebios-manifestó Ana con voz ronca por el miedo.
-Ni yo tampoco-añadió mi tía. Ya no soy la de antes y mi capacidad para aplaudir las locuras de mi hija se ha terminado. Cuando dices eso-dictaminó-es que sabes mucho. ¿Qué es lo que pasa?
-Pues si-admití. Laura está de nuevo enamorada y de hecho me ha pedido que sea yo quien os lo cuente.
-Pues entonces ya podemos temblar. Cuando ella no se atreve…
-No es eso, tía. Pero…bueno, no se por qué motivo ha pensado que yo lo explicaría mejor y la verdad es que no sé por donde empezar.
-Da igual por donde empieces. Desde que te vi entrar supe que habías venido a darme un disgusto.
-Ay tía, no seas pesada. ¿Acaso soy gafe?
-No lo creo-dijo sacudiendo la cabeza. Pero cuando no te brillan los ojos como siempre es que estás preocupada por algo y además-dijo mirando el pedazo de tarta que tenía en la mano-si el pastel de manzana no te sale perfecto, es que algo andas rumiando.
-Eso lo hacen las vacas-me defendí. Bueno, vale, reconozco que si, que estoy incómoda porque no sé qué demonios pinto yo arreglando los desaguisados de Laura.
-Pero, ¿vas a decirnos de una vez de quien se ha enamorado la loca de mi madre?
-Pues de un chico que se llama Mateo. Por cierto-dije, como al descuido, mirándome las uñas- él se ha mudado a su casa.
Ana dejó la taza a medio camino de los labios.
-¿Vive con mi madre?
Asentí, y cerré los ojos buscando fuerzas para contarles lo demás.

Beth18 de agosto de 2012

14 Comentarios

  • Arte

    Creo que nosotros que nos dedicamos a escribir, no podemos engañar. Varias veces te dije que eras divorciada o separada y lo negaste. Creo que eso no es para morirse. Pero si no se ve muy sano si nos inventamos una vida que no es real. Bueno tendrás varias vueltas, para que Dios disculpe lo que has hecho. Te deseo que Dios te perdone

    18/08/12 10:08

  • Beth

    Ahora te llamas Arte y antes creo que eras Viril, ¿verdad? Pero arte no tienes ninguno y creo que de Viril, nada de nada. Nunca hablo de mi vida privada con gente que no merece la pena. Mi estado civil es mío, mi vida también. Vive la tuya, si es que la tienes, que lo dudo mucho. Y dudo también de que seas capaz de escribir algo más que tu nombre y sin faltas de ortografía. Ala, con Dios

    18/08/12 10:08

  • Creatividad

    Bueno la verdad es que no entiendo el primer comentario y pienso mi amiga Beth...es totalmente una cosa aislada.

    Yo pediria a todos en general que nos respetaramos pero sobre todo se respetara este portal. Ya que con la locura que hay en la calle, en la television, en las revistas, en el planeta...cuando entras aqui..todos queremos tener un momento de dulzura. Queremos enriquezernos mutuamente y usamos nuestro talento y nuestras palabras para que se tenga carino. Pero sobre todo es una responsabilidad del poeta o escritor, no romper esa ilusion de lo que es capaz una bella expresion.

    En fin, yo finalmente ya estoy de vuelta un poco y la verdad es desde el "pimiento verde" hacia el final no he parado de reirme. Tienes un arte excepcional para relatar la Espana de antes, la Espana de ahora, la gente de antes la gente de ahora. Me encantas y ya lo sabes. Tienes mucha, pero que mucha gracia y si alguien no se rie y disfruta de este libro tan fenomenal, la verdad es que el mundo se apago hace tiempo, porque no he parado de reirme con cada cosa hasta lo de mirarte las unas cuando...jajajaja. Muy bien hecho Beth. Saludos, te aprecio mucho.

    19/08/12 03:08

  • Elmalevolico

    Perdona querida amiga, pero sólo en esta ocasión me referiré al primer comentario el cual me dice que o eres una excelente escritora, que has hecho creer a los demás que tu vida es la historia que escribes ( y eso me preocupa porque con las barbaridades que yo escribo... que pensarán de mí) o los demás necesitan unas lecciones de comprensión de lectura y comunicación social...

    La locura de la que habla Creatividad se llama "soledad" y es el padecimiento de todas aquellas personas que con agresiones quieren formar parte de algo para no sentirse excluidas de toda sociedad. Me apenan esos casos, pero debido a esto creo que será mejor dejarlas así como se sienten: solas.

    De cualquier forma amiga yo estaré presente en tu espacio, y claro, siempre que así me lo permitas; para compartir contigo palabras, historias y cosas de la vida.

    Con afecto y cariño tu amigo:

    Jorge David.

    19/08/12 07:08

  • Febe

    Pues yo , encantada de leerte. Siempre tienes ese don del buen gusto y buen humor que ya reconozco como tuyos. Un abrazo querida Beth.

    19/08/12 08:08

  • Beth

    Creatividad, querida amiga: para mi este lugar es mi casa, un sitio en donde me muestro como soy, con mis docenas de cosas malas, y si hay alguna buena también aquí intento aporto. Aprendo de vosotros todos los días. Y escribo...lo que me sale en cada momento. Cuando empecé esta novela quise hacer una especie de homenaje a algunas de mis amigas: hay exageraciones y hay mucha invención por mi parte,pero también hay muchas verdades, disfrazadas. Si Dios me tiene que perdonar por eso, estoy segura de que lo hará. Un beso y gracias

    19/08/12 12:08

  • Beth

    Mi muy querido David: escribir es un ejercicio de creatividad y en mi caso de terapia. Creamos personajes, en mi caso son como mis hijos, de la mente y del corazón, y a alguno de ellos le ponemos un poco más de nosotros mismos o de los seres que queremos. Una de mis mejores amigas me ha dado algún tirón de orejas porque la he retratado más de la cuenta. Y algunas de ellas miden mucho lo que me dicen porque soy como una urraca que todo lo aprovecha; luego lo adorno y...lo que salga. Pero nunca he dañado a nadie, al menos con intención. Sabes que eres una persona importante para mi David, así que espero seguir teniéndote en mi vida. Un beso

    19/08/12 12:08

  • Beth

    Febe querida, tú siempre eres por aquí como un soplo de aire fresco y estimo infinito tu presencia. Un cariñosísimo abrazo

    19/08/12 12:08

  • Arte

    Sabes, si conoces algo de literatura más de Becquer, los escritores nos valemos de seudónimos, como lo hacías en tu página, qué si tengo una vida y me río, bien sólida y constituida. La niñez fue organizada, llena de paz de amor. Así realicé mi carrera alcanzando casi la totalidad de puntos y ahora tengo mi hogar fortalizado. Si tú criticas de los seudónimos dónde está el hongo rojo fuego, maldad de tu peluquera y tus monigotes que dices que es arte.
    Y de ortografía no te vanaglories porque tu higuito te explico el corrector
    Y si creo que debes intentar escribir con la segunda y la persona Por que tu primera está Jod... JASMIN

    19/08/12 09:08

  • Beth

    Obviamente no le voy a contestar a usted. Nunca he tenido página alguna, tengo y sigo teniendo un blog, para escribir, no para molestar a nadie porque no es mi estilo. A partir de ahora le ruego que evite dirigirse a mi

    19/08/12 10:08

  • Asun

    Beth, como estoy medio de vuelta, me salté algún capítulo, a ver cuando publicas este libro y lo leo como Dios manda.
    Por cierto me sorprende el comentario ese, pero ya sabes en todas partes cuecen habas, y claro de vez en cuando hasta en sitios respetuosos como este sale algún patoso/a a relucir. Pasemos de ellos, no malgastes tu tiempo.
    Besitos.

    20/08/12 04:08

  • Beth

    Cierto Asun, tienes toda la razón del mundo. Además, hija mía, que estoy en dique seco. He llegado a un punto de la historia en que tengo que solucionar muchas cosas y no sé como diablos hacerlo. Ains, dicho alemán, dichoso Mateo y dichoso novio de la muerte, me traen mártir. Un beso

    20/08/12 05:08

  • Asun

    Bueno eso para ti es pan comido, tu tienes cuerda para estos personajes y otros que se vayan añadiendo. Así que no hay excusitas, a escribir que te debes a tu público. Y yo me debo a la plancha, que con la vuelta tengo varios cerros y no son los de Ubeda.
    Besos.

    20/08/12 05:08

  • Beth

    Si, también yo me tengo que poner a eso que antes se llamaba "mis labores". En este caso tengo pendiente un bizcocho que hay que amasar y hornear

    20/08/12 05:08

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