TusTextos

Novela 6

La visita a la fbrica fue breve pero provechosa. El encargado era un hombre de unos cincuenta aos, serio y parco en palabras y Magdalena result ser una sesentona adusta pero con cierta simpata, que llevaba la parte administrativa con la mano frrea de una maestra de escuela de antao; de esas de gafas, moo y vara en la mano para meter en cintura a los que intentan, aunque solo sea para probar, sacar los pies del tiesto. Michael la invit a tomar un caf en una tasca del puerto, de las que abren a las cuatro o cinco de la maana para que los que llegan del mar puedan calentarse el cuerpo con un caf o incluso a veces con algo ms contundente. A aquella hora estaba casi desierto. Era ya tarde para el caf y demasiado pronto para comer. Solo estaba el dueo detrs de la barra, frotando los vasos con un trapo bastante lleno de mugre, y mirndoles con cara de pocos amigos.
-Le apetece una cerveza? La pedir en la barra, porque no parece que ese buen hombre vaya a acercarse.
Amanda dud; no sola tomar alcohol con el estmago vaco; pero al final asinti con la cabeza y Michael volvi al poco rato con dos cervezas y unos pinchos de tortilla.
-Me han dicho que est restaurando la casa de Irene para convertirla en un hotel
-Buenono creo que hotel sea la palabra adecuada. Es demasiado pequeo para eso. Pero si, intento reconvertirla en un alojamiento agradable para quien quiera conocer el pueblo.
-Y podra alojarme a m? No me quedar muchos das y no le causar molestias
Amanda se qued sorprendida y con la jarra de cerveza a medio camino hacia la boca. Los obreros todava andaban por la casa, aunque ya quedaba muy poco para terminar.
-No hemos terminado todava las obras. Han acabado de pintar hace un par de das, pero todava estamos colgando cortinas, limpiando, poniendo los muebles que faltanNo creo que se encontrase cmodo.
-Alguna habitacin habr que est medio terminada. Cuando vena antes Irene siempre me alojaba en una pintada de azul plido que da al jardn. Con una cama enorme de madera de teca y una colcha blanca hecha a mano.
-S a cul se refiere. Esa en concreto no se ha tocado, tan solo la hemos repintado.
Dud un momento pero al final accedi a alojarle, aunque le avis de que probablemente los obreros empezaran a las ocho de la maana a trabajar en donde antes estaba el desvn.
-No me importa. Suelo madrugar. Y no soy demasiado exigente, sobre todo despus de ver la otra opcin de alojamiento del pueblo
-S, yo pas all una noche, cuando llegu-contest Amanda, poniendo los ojos en blanco. Fue un incentivo para intentar hacer algo decente con la casa de mi ta. Por ciertoestoy pensando en los desayunos. Tendr que venir a mi casa, en el antiguo garaje. Todava no han terminado las obras en la cocina.
-Tampoco quiero molestar-dijo l. Yo con cualquier cosa me apao y tambin podra venir aqu al puerto.
-Tonteras-zanj ella el asunto, con resolucin. Cuando las obras estn terminadas dar desayunos, as que no hay problema. La nica diferencia ser que tendr que caminar unos metros por el jardn. Por cierto, Qu suele desayunar?
Se encogi de hombros.
-Zumo, tostadas, cafcualquier cosa.
-No me importa prepararle huevos, salchichas, jamnlo que sea que tome normalmente.
-Normalmente tomo lo que le he dicho.
-Pues pens que todos los ingleses desayunaban algo ms consistente.
l sonri con sorna y se ajust las gafas.
-Le he dicho yo que era ingls?


Beth26 de mayo de 2014

2 Comentarios

  • Sandor

    ...Diálogo muy bien llevado, que sin sabr la historia uno tiene la impresión de que ese encuentro se precipita hacia ella a una velocidad inesperada, al darse cuenta de que algo le hace mella ...en ese instante que describes..
    Un beso
    Carlos

    27/05/14 09:05

  • Beth

    Gracias Carlos. Confieso que los diálogos me encantan. Creo que nos dicen mucho de los personajes porque les dejamos hablar a ellos. Un beso

    27/05/14 12:05

Más de Beth

Chat