Eres libre ahora, desahógate de mi, vuela como siempre has querido, más allá del infinito. Tú, preciosa ave que ahora te desenganchas de las cadenas que te han sujetado a mi ser, sabrás luego que yo era tu máxima protección. Sabrás luego, amor, que cuando tus alas empiecen a debilitarse y no puedas alcanzar ya el cielo, yo no seré quien te proteja del lado oculto de la oscuridad.
Mas ahora, sigues desenlazando los nudos de tu jaula, admiradora de lo desconocido. El brillo de tus ojos expresa tu curiosidad, y yo ¿debo ahora pararte y acrecentar tu odio, o dejarte ir, libre y justamente, para que luego mueras por el golpe de esa realidad tan ajena a ti?
Me duele ahora saber, me duele, ser tan egoísta y quererte solo para mí, pero me duele saber que ya no serás parte jamás de yo misma.
Pero ahora te libero, se tú tu dueña, de tu inocente cuerpo y de tu mente libre de intoxicación, mi vida.
Y vuela, vuela, más allá del infinito...
