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El Ganador

La vida de Juancho transcurría lenta, pues lentamente arrastraba los 170 kilos de un cuerpo de altura bastante menor a la media y que de ser escuálido se vería aún más insuficiente. Ya hacía tiempo que dependía para su subsistencia de lo que su mujer afanaba en mercados y tiendas, recogía en contenedores de supermercados, y recibía de la exigua caridad de una parroquia que poco tenía para repartir a muchos tan necesitados como ellos. Él estaba impedido y hacía dos años que le habían despedido de la compañía privada para la que trabajaba de carpintero por su falta de rendimiento, sobrecargado por ese peso que ahora apenas le permitía caminar de su habitación al baño si no era con mucho esfuerzo. En su país no había subsidio de desempleo, ni ayudas estatales de ninguna clase; su mujer tampoco podía trabajar, ya que dedicaba el día a cuidarle a él y a las tres criaturas que llenaban tristemente la casa con el llanto infantil de esos niños que ven compartida su atención más básica con un padre que, por ley natural, debía ser el que colaborara en su bienestar y les atendiera a ellos - padre al que, por otra parte, veían extraño e intuían absolutamente desdichado, como así era. Juancho se pasaba el día tratando de llenar un estómago gigantesco que le pedía cada vez más alimento para sentirse medianamente satisfecho, porque si no le invadían terribles retortijones y ardores. Su corazón y su mente, sin embargo, vagaban incesantemente entre su sentimiento de culpa y sus quiméricos sueños. Había oído que un doctor en la capital cercana a su pueblo podía resolverle su problema de obesidad mórbida con una operación de reducción de estómago; pero su caché era tan desorbitado que ni siquiera podrían pagarle la décima parte de lo que cobraba por él.
Así, Juancho consumía sus días echado en su doble camastro ( que él mismo había ensamblado de manera convenientemente chapucera) sobre migas de galletas, base de su pobre pero abundante alimentación, y que se acumulaban bajo su gran mole hasta hacerse fina harina que le emborrizaba como calamar gigante presto para ser cocinado y consumido. Llevado por el complejo y el horror de su propio cuerpo, había rogado a su mujer que retirara de la habitación el espejo que había heredado de su madre como único bien que, a su muerte, no se había visto arrebatado por los acreedores. En suma, sus días se deshojaban mirando al techo, entre bocado y bocado, ensoñando realidades paralelas a su desgraciada existencia.
El único entretenimiento era la radio, que él escuchaba a ratos perdidos, pues casi siempre andaba desconectado de todo salvo de sus propios pensamientos. Una mañana, escuchó algo que le hizo prestar toda su atención: "Apúntense a nuestro fabuloso concurso, donde podrá ganar tanto dinero como kilos pese. ¡El que coma más frijoles será el ganador! ¡Y se llevará además un trofeo con una joya tallada en forma de frijol sobre copa de plata!..."
Juancho, a pesar de sus kilos, casi cayó del camastro por el respingo que dio al oírlo. ¡Por fin tenía la ocasión de que su enfermedad le sirviera para algo! ¡Por fin tendría al menos una oportunidad de compensar a su pobre mujercita y a sus hijitos por sobrellevar con él su pesada carga!
Cuando llegó Pablita, su mujer, le encontró anegado en llanto emocionado. Se apresuró a darle las nuevas; cuando hubo terminado, entre sollozo y sollozo, Pablita le recriminó por lo que ella consideraba algo impracticable, un atentado contra su ya maltrecha salud, pues su obesidad le había dañado el corazón, y una comilona como aquella podía serle fatal. Pero Juancho estaba decidido: no le importaba morir en el intento, y amenazó con el suicidio si no se le permitía enrolarse en tan particular concurso. Además, él ya había llamado para apuntarse, y no pensaba dar marcha atrás.
Y llegó la fecha y la hora fijada para dar comienzo al bacanal de frijoles. Allí estaba Juancho, recostado entre cojines, rodeado de concursantes que también participaban, todos de vientre monstruoso y de rostro demudado por los nervios. Pero Juancho tenía además su corazón lleno de ilusión por el deseo de ser al fin útil para los suyos. Y se repetía una y otra vez que debía ganarlo, que debía ganarlo …
Trajeron a cada concursante los frijoles guisados a la manera local, en pucheros, todos iguales, con un cucharón largo, y sonó el gong del comienzo. Conforme avanzaba el tiempo, iba menguando el número de participantes, retirados por grandes vomiteras que les descalificaban. Pero Juancho resistía, y comía, y comía … Al cabo, empezó a notar un lleno que le asfixiaba, y arcadas que pugnaban por manifestarse. Miró a su alrededor, y sólo quedaba un concursante con él. Hizo acopio de todo su poder mental, de toda su anhelo por ganar, para seguir aguantando cuando le trajeron otro puchero; él sabía que era el último que podría comerse, si es que lo lograba … El público enardecido animaba a uno u otro, según se le antojaba, salpicando sus vítores con humillantes comentarios sobre el lamentable espectáculo de esos dos gigantes orondos que a punto estaban ya de explotar como globos henchidos de gas, pero Juancho no les escuchaba … Su compañero de pronto desplomó su cara en el puchero, perdiendo el conocimiento mientras le salía de la boca entreabierta un flujo maloliente que empapaba los frijoles medio masticados, como río de lava que arrastrara rocas a su paso; y Juancho sintió como si todo le diera vueltas, pero reunió suficientes fuerzas para meterse un cucharón más mientras el público le aclamaba con el mérito del ganador. Una oleada de calor pegajoso precedió a un frío que sintió letal antes de que todo se le volviera negra noche de escarcha …
********************************************************************
El entierro fue sonado, y proclamaron a Juancho hijo adoptivo de la villa porque había establecido un nuevo récord mundial de comedor de frijoles, el cultivo principal del lugar. Antes de encerrar su cuerpo en el ataúd para dormir su eternidad, lo pesaron y entregaron a su viuda su peso en dinero contante y sonante, junto con el trofeo, la copa prometida con una esmeralda tallada en forma de frijol. Todo el pueblo en comitiva acompañó al féretro al cementerio; un féretro barato, pues Pablita quiso que se le enterrara como vivió, pobre de solemnidad. Decía que así lo hubiera querido él … En la caja, colocó la viuda el trofeo, sin la esmeralda, sin que nadie se enterara . Ahora, Pablita y sus hijos viven en mansión de ricos en un barrio de postín, con el amante de ella de toda la vida y los niños que le llaman papá y no quieren ni oir hablar de quien realmente lo fue … Sólo una lápida regalada por el ayuntamiento del pueblo recordará por siempre su gesta, y dice así:
Aquí yace Juancho Méndes, el comedor de frijoles más famoso del mundo. Descansa en paz, ganador.


Danae09 de marzo de 2009

27 Comentarios

  • Lya

    Un relato sumamente interesante...
    Las im?genes que manejas son ricas en contenido y la forma de establecerlas, con comparaciones muy ingeniosas, hacen que uno se quede en el texto.
    Una historia distinta, aunque no tan poco com?n por el hecho de que acostumbramos olvidar a los VERDADEROS h?roes... ganadores, m?s bien.

    Muy atrayente tu texto.

    Saludos

    09/03/09 09:03

  • Mejorana

    Genial final Danae.
    Marchando un voto

    09/03/09 09:03

  • Mejorana

    Con la prisa me he dejado de comentar el texto.
    Entra?able Danae.
    Para que luego despreciemos a los obesos.
    Menudo final. Todos sus descendientes en una mansi?n, pero sin Juancho.
    Un abrazo de los grandes.

    09/03/09 09:03

  • Voltereta

    Un gran texto, en el que muestras las im?genes de una vida que plasmas tal cual, sin adornos, es la realidad pura y dura,nos has metido en el interior del personaje haciendonos ver todos los entresijos que quedaban ocultos a nuestros ojos, en realidad me ha hecho recordar una pelicula, Seven, en la cual uno de los pecados capitales era la gula.


    No es todo tan tierno como parece ser en apariencia, esa es la ense?anza final, y el texto una maravilla.

    Tienes un voto de mi parte, por tan gran derroche de imaginaci?n, y tan buen manejo de las letras.

    Un saludo Danae.

    09/03/09 10:03

  • Carontex

    Voto por este relato , muy en mi linea , casi gemelo , lo que me hubiera gustado escribir a mi . Descriptivo y barroco , me encant? .

    Felicidades!

    09/03/09 10:03

  • Fernando690

    Una ingeniosa manera de entrar al concurso, se nota a lo lejos que tu pluma lleva magia y sentimientos tan grandes y sensibles que hasta el m?s necio bebe de su pico. Que mas decirte Dane que me encanto la forma que aqu? con ingenio tratas los temas, y que va mi voto claro esta

    Saludos de frijoles!

    10/03/09 12:03

  • Danae

    Gracias, Lya, por tu comentario. Me alegro que te haya gustado. S?, los verdaderos h?roes suelen caer en el olvido confundidos con perdedores. Un abrazo!

    10/03/09 01:03

  • Danae

    Mejorana, que no iba a participar, pero ya ves ... me vino al encuentro la musa, y este es el resultado ... Gracias por tu voto, amiga ... Un beso con aroma de eucalipto y miel ...

    10/03/09 01:03

  • Danae

    Voltereta, gracias de verdad por tomarte el tiempo de comentarme con tanto detalle ... Me encanta que te haya gustado, qu? m?s puedo decir ... Muy contenta por tu voto!!! Un abrazo

    10/03/09 01:03

  • Danae

    Carontex, he ido a tu p?gina y he visto que tambi?n participas ... Eso dice mucho de ti, por tus palabras y porque nunca nos hemos comentado. Gracias mil por tu voto, que aprecio en lo que vale. Un abrazo!!!

    10/03/09 02:03

  • Danae

    Hola, Fernando ... Qu? bonito es lo que me dices, como siempre, qu? derroche de sensibilidad ... t? s? que tienes ingenio, poeta de las bellas im?genes! Un abrazo grande para ti!

    10/03/09 02:03

  • Diesel

    Me gust? el planteamiento, el nudo y el desenlace. Tienes un voto de mi parte. Besos.

    10/03/09 11:03

  • Danae

    Gracias mil, Diesel. Muy alegre por tu comentario. Besos de vuelta!!!

    10/03/09 12:03

  • Leonora

    OYE TU TAMBIEN?,QUE MANIA CON LOS FRIJOLES,JAJAJA.ERES UN GENIO.UN ABRAZO

    10/03/09 12:03

  • Danae

    Leonora, que fue un impulso de ?ltima hora al que no me pude resistir, jajajaj ... Gracias, reina, por tu voto, me alegra que te haya gustado! Un besote!

    10/03/09 01:03

  • Alumine74

    Danae excelente
    Creo que podemos votar a todos a quienes querramos verdad?
    Si es as? cuenten con mi voto para este relato desbordado de ingenio!!!
    besos Danae

    10/03/09 06:03

  • Danae

    Gracias, Alumine ... Te recibo como siempre con alegr?a en mi p?gina, gracias por tu voto, por tu comentario y porque s? ... Un besote, alma clara!!!

    10/03/09 06:03

  • Nemo

    Que gran relato Danae!! me he tardado pero aqui ando!!... La escena final entre Juancho y el otro concursante me la has descrito tambien que casi les hago competencia!! jajjaa.
    Muy bien escrito, adem?s!!
    Voto anotado, amiga!!

    13/03/09 02:03

  • Danae

    Gracias, Nemo, un abrazo y un besote, me encanta que te haya gustado porque a m? me ha gustado tambi?n mucho tu relato, y gracias infinitas por tu voto! Seguiremos ley?ndonos, gracias de nuevo!!!

    13/03/09 03:03

  • Zien

    Me dejas perplejo Danae, desde el principio mis ojos luchaban por no parpadear, te felicito, adem?s de escribir excelente poes?a, tienes gran talento para el relato corto. Saludosss

    13/03/09 04:03

  • Danae

    Apenas escribo relato, Zien. Pero tuve una inspiraci?n de pronto con la frase de los frijoles. Y sent?a esa desgraciada vida que muchos obesos llevan. Gracias, Zien, por tu c?lido comentario y por tu felicitaci?n. Un abrazo, poeta ...

    13/03/09 04:03

  • Mejorana

    Eres grande Danae. Muy grande. Eres la reina.
    Un abrazo de fuego y esperanza mi querida amiga.

    13/03/09 07:03

  • Danae

    Mejorana, la reina eres t?. Un gran abrazo de mar y tierra, querida amiga ....

    14/03/09 04:03

  • Deathxlove

    Danae, hay que ver, el pobre Juancho sacrificandose por su familia, y luego ellos pasan de ?l, c?mo si no hubiera existido nunca...
    Que crueles...xD

    Un beso, preciosa!

    24/03/09 03:03

  • Danae

    As? es ... no fue ganador, pero fue un h?roe ... o quiz?s s? gan?? Tema digno de un debate ... Un abrazo, reina!!!

    24/03/09 04:03

  • Peico

    ?Qu? decir que no se haya dicho ya?
    Me encanta tu incursi?n en la prosa. Querido amigo, espero ver m?s relatos por aqu?.
    Me suscribo a todos los comentarios y para subrayar alguno; me gusta mucho c?mo dominas las palabras para hacernos llegar las im?genes. Eso es prec?samente ser un escritor, no s?lo escribir sin faltas ortogr?ficas o con una impecable est?tica.

    Escribir, siempre lo he dicho y siempre lo dir?; es mecer, cuidar, mimar el escrito para que llegue inc?lume al lector. El escritor es aqu?l que tiene la capacidad de transmitir al lector todo un c?mulo de sensaciones. T? lo consigues con creces, por eso eres un buen escritor.
    Recibe un cordial saludo.

    31/03/09 01:03

  • Danae

    Gracias, Peico, ?qu? alegr?a verte por aqu?! La verdad es que soy mucho m?s aficionada a la poes?a, y este es uno de los pocos relatos que he escrito, inspirado por la frasecita del concurso. A m? me gusta mucho tu prosa, mediante la cual, aparte de desarrollar relatos estructuralmente coherentes y cohesionados, tocas temas de un indudable inter?s humano y social. Un abrazo sincero, y nos seguimos leyendo ...

    31/03/09 01:03

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