A mi madrugada en soledad clavada
llegó la Poesía.
Hay esencias de poetas que trascienden avatares,
transmutadas en letras de sentires y sentidos,
estelas trashumantes navegando siete mares.
Un presentimiento sus versos alumbraba, y otro recibido
abría ventana de clausura para el baile de mariposas de colores
que con sus danzares disipaban la negrura que me hería.
Y el Verbo se hizo carne y lirismo, corcel de crines al viento,
y llovieron centellas del cielo a su paso; fue tierno sentimiento
sembrando un vergel en mis ojos, despojos de ciego llanto
abrumados por frío abismo; y a Pol, el Poeta, entronando.
Palabras admiradas arrullando cuerpo y alma, desplegando
sus argentinas alas, descendidas a mi infierno triste, blanco
cisne recorriendo mi Estigia, laguna de duelo y lamentos,
nacarada alborada me redimía de mi averno.
Madrugada en soledad clavada...
mas arribaba el Poeta y su cielo
y tornaba en Poesía mi alba ...