Caminante perdido de mirada ausente,
como fantasmas en un limbo de cemento,
sin destino y perdido en el olvido,
arrastrando el alma entre indiferentes ajenos.

Atrapados en un presente sin rumbo,
una soledad salvaje llena de bullicio inútil,
cuerpos a la deriva hundidos en una multitud que mira,
el único calor siempre vendrá del sol

El miedo los lleva hacia el fin de la noche,
donde el mundo se apaga y agotados caerán en algún rincón,
quizás, algún perro callejero se enamore de su alma,
y finalmente tengan un amigo para su andar.

Fiel como nadie, lo acompañara por el resto del sendero
se sentará junto a él, comerá con él, y dormirá con él
lo cuidará al dormir y le hará caricias con su mirada,
y nunca más lo abandonará en su eterno vagar.

"Hay vagabundos que no tienen la culpa de nada, simplemente la tragedia los sorprendió en un instante de destino esquivo; donde luego el mundo miró hacia otro lado."

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4 Comentarios

• 

  Remi

  Tu texto es un estado de ánimo, cuando la indiferencia y la soledad se apoderan de uno. Muy buen poema Diego.
  Un abrazo.

  06/12/19 09:12

• 

  Diegozami

  Remi...si, cuando algo me impacta lo escribo.
  
  Saludos siempre.

  15/12/19 06:12

• 

  Iringo

  Crudo y lo entiendo.Yo pasé por esa situación durante
  seis meses de mi vida,es muy duro dormir sobre el suelo,
  y sentir las miradas de desprecio de alguna gente.
  
  Saludos afectuosos.

  17/12/19 06:12

• 

  Diegozami

  Iringo...lamento esta tu experiencia, pero también bendigo la experiencia que te ha dejado, pues puedo ver que lo has superado amigo.
  
  Saludos.

  26/12/19 04:12