Quizá nunca tendré el suficiente coraje para reconocer que la sintonía era perfecta pero fallamos estrepitosamente de melodía. Y como dice Fito « ha sido divertido, pero me equivocaría otra vez», en noches como esta, me apetece derrochar el tiempo entre vinos y dilemas, mientras cantamos clásicos para minimizar nuestros problemas.

Me quedo con las tantas veces que nos liamos con los días, mientras pedimos pizza los martes para lidiar con desidia.

Eres aquel con quién me animé a hablar de mil cosas, que solo hablaba conmigo.

Eres aquel que se atrevía a darme las malas noticias y a celebrar las victorias y las alegrías.

Eres aquel con quién hablo todo y nada hasta la madrugada.

Eres aquel con quién rozo las fronteras y quién conoce mis jugadas.

Eres el único que escucha mis películas desde el principio y se queda a escuchar el final.

Eres aquel que quiero hoy siempre aunque me invente excusas para hacerte pensar lo contrario.

Eres aquel que alivia mis penas y sana mis heridas

Quizá nunca tendré el suficiente coraje para reconocerlo pero eres aquel y solo aquel que necesito para estar bien.

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