Qué Difícil es
Qué difícil es dejar de pensarte en las noches, cuando no existe la amnesia para lo que se debe olvidar y un recuerdo que yace en cada instante del insomnio, me suplica que te busque entre las paredes de mi cuarto.
Qué difícil es fingir un nulo interés para contigo, si cuando me hablan de ti no hay proceso cerebral que no te implique, que no me pregunte como te encuentras, como te sientes.
Qué difícil es no mirarte, si lo que anhelo es ver tus rasgos cada vez que abra los ojos al amanecer, y cada vez que los cierre para el sueño.
Qué difícil es saludarte, como dos conocidos que se caen bien. Y que entre esa insipidez, aguarde el deseo de recibirte con un gran abrazo.
qué difícil es obligarme a olvidarte, resignarme a amarte, negarme a desearte.
Qué difícil es saber que luche tanto por ti, y hoy soy pago con un vacío emocional.
Qué difícil es
¡maldita sea!
