Tengo, tengo, tengo...
yo no tengo nada.
Todo lo debo y sin embargo...
nada me falta.
Vivo de prestado esta vida,
hipoteca firmada con Dios
que con los años la muerte rescinde.
¿las arrugas desgravan?
En esta nueva crisis
que nos amenaza
con sus negras garras,
avales tengo de esperanza.