Hoy disfruto de una tarde de lluvia y truenos,
estoy en mi cuarto con lo que suelen llamar mis "mascotas",
pero yo lo sé y ellos lo saben, éste amor no se define con esa palabra.
Estoy en mi casa con la mayoría de mi familia, estoy tranquila, estoy feliz, feliz de estar viva. Viviendo estoy.

Pero presenciar la lluvia,
el sentir llover también genera un esbozo de algo parecido al dolor,
aunque quizá lo confundo con melancolía,
quizá lo confundo con la falta de tu compañía.

El caso es que siempre regresas a mi,
al menos a mi cabeza y te extraño en un sentimiento desdoblado por sinceridad y lleno de añoranza de un amor que murió en pañales,
de un amor confuso,
de un amor profundo,
y fugáz,
y efímero,
y según creí verdadero,
pues ahora resulta que yo mentí,
que yo traicioné,
que yo decepcioné...

Ahora deseo en esta tarde de lluvia que sientas llover,
deseo estés en tu cama acompañada de un buen café,
acompañada también de otro buen café,
y sabés conociendote seguro de un buen libro también.

Y recuerda cuando sientas una brisa rodeandote el cuerpo,
rodeandote el ser,
sonríe pues es mi consuelo,
es mi cariño y es mi amor, es mi ser.

¿Recuerdas un día te dije que podría escribir en el libro de mi vida un capítulo en tu honor?
¿Recuerdas que ese mismo día te dije que tanto sería que alcanzaría para otro libro?
recuerda por favor también que yo nunca miento,
¡recuérdalo, recuérdalo por favor!
Y en éstas líneas lo compruebo,
al ser pues ésta la primera página de ése capítulo,
y si la vida lo permite,
de ese libro en tu honor.

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