No se que otro, vive a veces en mi
recuerdo la mujer que no fue mía
con sus ojos de mar terrible, con su piel de playa única.
Yo devoré sus senos
cuando el hambre me asaltaba
y derribé sus murallas, hice nido en su castillo.
Ahora es de otro, que no es el otro mío
pero construye un puente invisible
y un amanecer cualquiera, amanece conmigo.
¿Qué importa si el sol no es el sol
sino una luz distinta que mi imaginación alumbra?
debajo de mis pies, una pradera dorada
dice que no estoy
y nunca estuve
tan loco, tan ridículo, tan extrañamente como ahora
feliz, feliz.
Fabio:
"Ahora es de otro, que no es el otro mío
pero construye un puente invisible
y un amanecer cualquiera, amanece conmigo".
Amigo, esa mujer no es de ella tampoco. Me encanta los matices que les das a tus letras.
Serge.