TusTextos

Julieta~

Querido Romeo;
Cuéntame qué fue de ti desde aquella albada de hace tanto tiempo en la que dijimos “adiós” a un pasado que dolía.
Sé que parece paradójico pero aunque sufro y me amarga tu ausencia, me alegra que ya no estés. Sí, ríete, búrlate, créete que es mentira, pero ha sido un alivio abandonarte tras la puerta.
Al fin pude arreglarme de nuevo, maquillarme y peinarme decentemente. ¿Sabes qué? Volveré a ponerme falda los viernes por la noche. Ya sé que siempre dijiste que las piernas me rozaban al caminar y se veían gruesas y rollizas, mas, no pretenderé agradarte una vez más. La única que juzgará hasta qué punto me quedan bien o no las prendas, seré solamente yo. Sí, como lo oyes. Bueno, como lo lees. Y luciré esos escotes hasta el ombligo que tanto criticabas.
Porque el amor de verdad no es el criticar a tu cónyuge, sino apreciar día a día su originalidad, su manera de reírse cuando se te queda un leve rastro de café en los labios, la mirada que te dedica antes de irse a dormir o el peinado con el que se despierta cada mañana a las seis. Sí, eso es amor auténtico, del de verdad, el que no muere en rutina, porque la rutina cambia a cada hora, a cada minuto, a cada latido en el corazón de los dos… El amor de verdad es aquel que no busca cadenas que lo retengan ante tentaciones absurdas, pues éstas no existen. No hay tentación capaz de romper el compromiso mudo y libre establecido en una pareja. Cuando las tentaciones vencen, el amor desaparece. O mejor dicho; cuando las tentaciones aparecen, nunca existió el auténtico amor.
Siempre creí que el sentimiento que nos unía era ése mismo, así de puro e indestructible. Creí que por una vez seríamos los héroes del cuento, pero, una vez más fuimos protagonistas de una tragedia griega sin solución.
No quiero a nadie que me prometa cielos y estrellas y me deje tendida en el suelo. No quiero más promesas vacías como las tuyas, Romeo, porque puede que me llame Julieta, pero no moriré por ti.
Sí, me estoy rebelando. Sé que probablemente, al leer esta misiva, te carcajees y lo tomes como una simple anécdota más, pero como advertía Lope de Vega en uno de sus poemas, esta es la postrera vez que te hable y tengas noticias mías.
Aún recuerdo nuestros paseos entre infiernos y avernos cenizos, entre árboles verdes y radiantes de vida, entre caminos confusos y redefinidos por nuestro lápiz… Sí, aún recuerdo que pensé que podríamos ser felices. La ingenuidad es uno de los factores indispensables para la felicidad del ser humano, y en ausencia de ésta, el engaño se hace evidente y el dolor de la herida puede ser mortal.
Los besos amargos quedan grabados a fuego en tu memoria, y los míos tatuados estarán en tu piel. De esta manera, aunque esto sea una despedida real, ni tú me olvidarás, ni yo te olvidaré, y todo seguirá su curso de la manera que sea.
Como decía al principio de esta carta inútil, que quedará guardada en un cajón sin abrir, te digo, Romeo, que este es mi “adiós” definitivo a una historia que existió en un tiempo y que ya no va a existir, pues tú elegiste la vida de Don Juan que yo, Julieta, no estaba dispuesta a vivir.
Encontraré a alguien cien veces mejor. No nos engañemos, tú también lo harás. Yo cometí mis fallos, pero también te digo que es de humanos equivocarse.
A veces me dan ansias de cogerte del cuello de la camisa gris perla de cada domingo, zarandearte hasta que escupas tu verdad, hasta que me ruegues perdón de manera que mi orgullo y mi dignidad queden intactos y podamos retomar la historia a raíz de aquel punto y aparte que escribimos una mañana de abril.
Pero nunca lo hago y nunca lo haces. Así que nos quedamos los dos, cada uno en un sitio distinto; tú de bar en bar, de fiesta en fiesta, y yo, como una niña, esperando al lado de un teléfono que nunca suena, con mi papel de Julieta desdeñosa, abandonada como un juguete roto en la esquina de un pasado que me atormenta.
Así que, cuídate, Romeo. Cuídate y elige bien a tu próxima víctima, y, sobretodo, cuídate del lobo que puede tirar abajo tu casa de naipes y alegría, que yo viviré sin agonías. Seré una nueva Julieta entre Romeos marchitos entre las páginas de Shakespeare.


Julieta~
Foryou139624 de noviembre de 2012

4 Comentarios

  • Abyssos

    "La ingenuidad es uno de los factores indispensables para la felicidad del ser humano, y en ausencia de ésta, el engaño se hace evidente y el dolor de la herida puede ser mortal."

    En sí todo el texto es bastante genial, pero esta frase mata a cualquiera.

    Te felicito, escribes muy bien.

    27/11/12 06:11

  • Foryou1396

    jajaja muchas gracias por tu comentario!
    Saludos! =)

    28/11/12 02:11

  • Leti

    guaaaau! sin palabras!

    28/11/12 07:11

  • Foryou1396

    Me alegro que te gustara, Leti! =)

    28/11/12 10:11

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