TusTextos

Líneas Secantes

Su frente se posó en la mía mientras sus ojos se cerraban en un acto reflejo de ansiedad. Los apretó con tanta fuerza que al instante se le dibujaron pieles de cebra alrededor de ellos y las aletas de su nariz desplegaron velas como si fueran a zarpar. Conocía los síntomas de la impotencia. Leí la rabia en sus puños cerrados, apoyados en mi cintura, rezando a cualquier Dios para que nos muestre el camino de baldosas amarillas que nos saque de este adiós cercano. Los dos lo sabemos. El amor no es siempre suficiente para sacar una historia adelante. A veces hace falta algo más que ojos brillantes y besos llenos de azúcar. A veces se necesita ayuda de la vida, que las cosas encajen, que el orgullo pueda menos que el amor. Y no siempre se consigue. Y la culpa no es de nadie. Pasa y punto. Somos lo suficientemente maduros para verlo y dejarnos ir. Pero nos duele. Como cortar el cordón umbilical y abandonarnos a los vaivenes azarosos del existir. Nos dejamos marchar sabiendo que el otro conocerá otras camas y amará otros besos sabor salado. Que se perderá en mil cuerpos y caras, conocerá un mundo ajeno al que construirás tú. Y cuesta. Cuesta porque hasta ahora éramos uno, y pasaremos a ser dos. Pero ambos hemos hecho esto anteriormente. Hemos roto hilos porque la costura no era buena y hacia falta un cambio drástico de patrón. Sabemos lo que sigue, las etapas. Conocemos el chasquido de un corazón roto y el tenue sonido de las lágrimas al caer. Sabemos lo que duele un puñetazo en la mesa al imaginarnos con otras personas y la sensación de alivio cuando pasan los meses y deja de doler. Incluso entre nosotros ha habido despedidas precedentes. Sólo que esta ahora es de verdad. Nos miramos, escondidos entre pestañas, sin querernos soltar del todo. Con una mano en el pomo, a punto de salir, y otra en la nuca del otro. Ninguno de los dos mirará atrás por última vez antes de dar el paso, ya no nos veremos partir al irnos como era costumbre hacer. Nos iremos sin dejar doblada la página, sin intención de volver. Olvidaremos que nos quisimos y que fuimos lo más importante que tuvimos a lo largo de unos meses. Que quisimos ser chicle y estirarnos lo máximo posible, pero el globo nos estalló en la cara. Recibo su beso en la frente, acepta mi beso en su mejilla, y en un gesto inconsciente, nos encontramos caminando cada uno en una dirección opuesta. He ahí el final que temíamos. Y ya casi siento cómo se destensan sus muñecas y cómo mis lagrimales dejan de trabajar. No le dije lo que quería decirle, no escuché lo que pensó decir. Y así la vida elige por nosotros. Él por la derecha y yo por la izquierda. Líneas secantes que no volverán a coincidir.

De mi blog: http://cartasdeungatonegro.blogspot.com.es/
Foryou139603 de julio de 2015

3 Comentarios

  • Luisjose

    Foryou!!!:) .. tienes una manera de escribir interesante! Expresas con gran pureza tus sentimientos ante la circunstancia vivida. En ti, en la otra persona, en ambos .. y todo lo que les rodea!!! Aceptar la distancia! Puede doler y mucho .. pero en ocaciones .. suele ser la mejor desición!!! .. animos! Saludos!!! : )

    Luis J. Cabré!

    04/07/15 07:07

  • Atada

    "... y la sensación de alivio cuando pasan los meses y deja de doler.", una sensación tan ambigua, nada peor que comenzar a olvidar, aunque mas que olvidar, relegar los sentimientos a un segundo plano, nada mejor que levantar el ancla.

    Un saludo para ti, y gracias por tu aporte.

    05/07/15 02:07

  • Foryou1396

    Todo se reduce a una mera cuestión de tiempo. El mejor ser vivo no es aquel más perfecto sino aquel que se adapta mejor a sus circunstancias.

    Gracias a los dos por leerme y por comentar!

    Un abrazo!:)

    S.

    08/07/15 08:07

Más de Foryou1396

Chat