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11 Historias Capitulo 09: a Los 29 Años (parte 3)

En las siguientes semanas más cartas de negativas fueron llegando a casa de Fernando, desanimándolo aún más, durante varios meses Fernando se deprimió, no quiso escribir, no pudo, se dedicó a su trabajo y dejo de lado su pasión, lo que le causaba gran pena y frustración, los rechazos le habían hecho truncarse en algunas historias que estaban en proceso creativo.
— Vamos, ponte a escribir, — le decía Mirella, animándolo siempre que esta podía, pero Fernando no podía hacerlo, — eres un gran escritor, no te rindas termina las novelas, no me puedes dejar a la mitad, yo las estaba siguiendo — le decía, pero este no quería.
— Parece que de verdad estoy destinado a no escribir nada…— dice una tarde sentado en el sofá de su sala, deprimido y en bata, mirella había ido a visitarlo, pensando en que podrían salir a pasear para animarlo. —… quizás no publique nada y todo lo que escribo solo lo leerán personas en la web, gente que me importa, claro, pero… no es igual…
— Por favor, ya deja de hablar idioteces — le dice Mirella sentándose a su lado — en ves de estar ahí sentadote, sintiendo pena por ti… como algún personaje de tus historias… — le dice sonriendo — debes de ponerte a escribir… nada del destino ni que tonteras…no existe el destino y punto, nosotros lo vamos haciendo, sé que no has tenido suerte con las publicaciones, pero… algún día lo lograras, solo no te detengas, y vamos… yo soy tu fan número uno, no me dejes con las historias a medias… eso es de mal gusto — lo abraza y lo besa.
Fernando le sonríe y coloca su brazo alrededor de ella amorosamente, sonriéndole.
— siempre estás aquí… me animas, me insistes, otra se hubiera aburrido de mis tardeases, debes amarme… — le dice Fernando a mirella sonriéndole.
— no, que va… no te amo…. — lo abra fuertemente — te adoro, mi escritor lloron…. — se besan tiernamente.
— igual yo, mirella, eres un gran apoyo, y tienes razón… se me acaban de ocurrir unas nuevas cosas… — se pone de pie…— ¿mi laptop? ¿Dónde la puse..? — mira a su alrededor.
— la vi en la cocina… — dice mirella poniéndose de pie —…no sé qué hacia ahí… — sonríe y va por ella.
Fernando siempre recibía el apoyo de Mirella, ella estaba a su lado a cada instante, animándolo para no dejar de lado su mas grande sueño, el de ser finalmente un escritor publicado, fueron muchas veces las que el intentó dejar todo y simplemente no preocuparse, pero ella sabia que el y la escritura eran uno solo, además, como bien se lo dijo, era ella su mas grande fan, ella disfrutaba como nadie de leer sus historias, las criticaba duramente cuando era necesario, y lo alagaba sinceramente cuando lo merecía,.
Durante los años siguiente en la vida de Fernando y mirella hubieron muchos cambios, principalmente positivos en el plano sentimental, en su relación, se mudaron juntos a un apartamento más grande en una zona más cómoda de la ciudad, en el plano laboral Mirella regresó a la universidad para hacer un doctorado, le fue bien, Fernando continuo tranquilamente dando clases de Literatura, cambio de escuela 2 veces en estos tiempos, escribió mucho, y mejor, su evolución en la n arrativa era asombrosa, se había convertido en un icono entre sus amigos y los amigos y amihgas de Mirella quien les había dado a leer las historias de su querido Fernando, ella siempre buscaba la manera de que todos leyeran a su amado.
La convivencia solo les mostro lo compatibles y felices que pueden ser, estaban pasando por momentos de gran felicidad, aunque por su puesto no todo era perfecto, Hasta ahora Fernando no había vuelto a enviar nada a las editoriales, t5enia miedo, y posponía el envio de sus obras cada vez mas, aunque mirella se encargaba de recordárselo a cada instante, ella quería que el perdiera ese miedo y que se atreviera. — haz escrito cosas muy bellas, historias que superan por mucho las anteriores, en el aspecto literario haz mejorado mucho — le decía — debes atreverte; han pasado ya 2 años y no haz enviado nada, debes atreverte, se que esta vez conseguiras al menos una respuesta positiva — pero Fernando no era muy obtimista en ese aspecto, los fracasos lo habían marcado y aunque había escrito siempre, y con gran pasión, en el fondo el mieod le ganaba.
— te prometo que apenas acabe con esta historia que estoy escribeindo — decía cada vez que Mirella le recordaba las editoriales — voy a enviarla junto a las otras, amor — pero siempre mentia.
En estos años la comunicación con Johanna y Eduardo había sido constante aunque ligera, ocasionalmente un mensaje de Eduardo, comunicándole de sus estrenos, mandándole saludos y muchas fotos, para sorpresa de Fernando, este iba a ser papá en algunos meses más, le contó que había decidido formalizar con su pareja y ser padre ya, algo que aun no estaba ne mente de Fernando, aunque si en al de Mirella.
Johanna solo se había comunicado con ellos algunas veces en estos 2 largos años, les contó que estaba feliz, les mando muchas fotos de su hija y prometio enviarles las invitaciones para su matrimonio, pero estas jamas llegaron y ella no se volvió a conectar desde entonces, lo que era extraño.
Finalmente Fernando luego de 2 largos años, ahora de 28 años decide por la insistencia de Mirella enviar a unas cuantas editoriales sus nuevas novelas, con ayuda de Mirella eligio las mas interesantes, lo que fue difícil, ya que mirella quería que enviara todas. Finalmente 4 novelas de las casi 50 que había escrito fueron las elejidas para ser enviadas.
Fernando sabia que serian semanas de dura hagonia y de duros momentos de tensión, pero por darle gusto a Mirella, aunque también convencido de que era después de todo una buena idea, estaba dispuesto a soportar esos duros instantes de agonía.
Sabia que muchas de las editoriales a las cuales le envio las novelas se tardarían meses incluso, para responder, otras ni se molestarían en ojear sus escritos, pero con la mayor paciencia posible esperó hasta la primera respuesta.
— ¡Fernando, llegó una respuesta de Editorial Ferrato! — dice muy emocionada Mirella recogiendo de debajo de la puerta una carta de la editorial.
Rapidamente corrió dodne Fernando y sin importarle que este estuviera en la ducha entro al baño y le dio la carta, quería que este la abriera de una buena vez.
— ¡vamos, abrela, quiero que leas lo que dice… estoy muy emocionada…! — decía Mirella entre poqueños brincos.
— He… a decir verdad me da algo de miedo… sabes… que no necesariamente podría ser algo positivo… — dice fernando algo menos emocionado.
— ¡Lo se, lo se, amor, pero… es la primera de muchas… así que… debes tener fé y ser positivo, vamos, diga lo que diga… es la primera solamente…, va,os, abrela ya! — le dice.
— ¿no me dejas al menos secarme un poco?
— ¡no, abrela ya!
— Ok, ok…
Fernando abre ,la carta y con actitud seria comienza a leer el contenido de la misma…
El rostro de mirella dibujaba una gran alegría que poco a poco iva convirtiendoce en una expresión de duda y llegando a una de preocupación cuando la cara de Fernando no dibujaba ninguna emoción.
—¿bien que dice la carta?
Fernando la ve con una expresión de seriedad y le entrega la carta a Mirella, esta la toma.
— ¿es una negativa? — pregunta sin ver la carta solo mirando el rostro de fernando.
Este se queda en silencio y luego responde.
— ¡¡quieren que vaya el lunes para conversar sobre la publicación!! — dice pegando un brinco, abrazando a mirella y riendo muy contento.
— ¡¡eres un maldito, mehicistes asustar!! — le dice mirella abraznadolo.
— ¡¡Eduardo no el único buen actor de este mundo!! — le dice abrazándola y riendo y besándola. — gracias por insistirme en enviar las novelas, amor..,¡¡¡ te amo!!!!! — le dice y continua besándola dulcemente.
El lunes a primera hora, luego de pedir permiso en el trabajo acudió elegantemente vestido y lleno de una mezcla de alegría y temor a la editorial.
Lo hicieron esperar en el recibidor unos cuantos minutos y entonces ingresó a la oficina del encargado de las publicaciones literarias. Fernando muy emocionado y nervioso ingresó.
— Buenos días… — saluda ingresando a la oficina del encargado.
— Buenos, días Sr… fernando… ¿verdad? — le dice leyendo una hoja en su escritorio.
— si, mucho gusto — le da la mano.
— tome asiento — le dice estrechándole la mano.
— Gracias.
— Bueno, al grano, como entenderá tengo mucho trabajo encima… — le dice sonriendole.
— me imagino — responde Fernando con una sonrisa también.
— Ok, leímos su libro, nos pareció muy interesante, con mucha visión… aunque nada fuera de los estándares… pero no lo tome a mal, nos agradó básicamente, pero es muy corta, por lo que la publicaríamos en una compilación de nuevas historias…. Ya sabe… cada año publicamos un libro con varias historias, no más de 3 o 4 por volumen, la suya estaría en ese volumen, el volumen 56 ya… ¿ha leído los anteriores? — pregunta.
— a decir verdad no… pensé que publicarían la historia en solitario… no es tan corta, pensé que…
— No, al menos te faltarían unas 2000 hojas mas… peor no es tan malo, en un compilado de narraciones esta muy bien puesta…y bueno depende ti.
Fernando lo pensó unos pocos segundo, y pensó que noe staria mal, muchos escritores comeinzan así e incluso de menos que eso, así que le vio el lado positivo, sería un escritor publicado.
— Algun día escribiras algo más extenso y pues… podría ser publicado en solitario. — le comenta el encargado sonriente.
— de acuerdo… no esta mal.. ¿Qué tramites tengo que hacer? — señala el maletín que traía — traje aquí todos los documentos que certifican la historia como mía, los datos, registros… fechas… frmas… incluso los borradores originales sin corregir… todo — dice sorniente.
— eso es otro tema que debemos resolver, necesitamos que nos seda la totalidad de los derechos de la obra.
Eso dejo perplejo a Fernando.
— ¿perdon?
— si, para esas publicaciones compiladas normalmente las obras figuran como propiedad de la editorial.
— eso… es extraño… yo la escribi debería estar a mi nombre al menos darme créditos…
— se le pagará porcentajes de ventas, todo es su historia, pero no aparecerá usted como el autor, eso nos lo reservamos…
— esto me suena muy raro… no abria alguna forma de…
— si, pero eso te costaría mucho dinero…
— bueno, ¿de cuanto hablamos?
— una cuota de 35 mil y el 60% de lo que ganemos en la venta de los libros…
— ¡¿esta hablando en serio?! — dijo fernando exaltado, era obvio que lo que el encargado de la editorial hacia era una estafa.
— así es, bienvenido al mundo de la los escritores noveles… no es fácil ser publicado… nosotros te ofrecemos una alternativa… si tienes el dinero, apareces como el autor, si no, nosotros te compramos los derechos totales… y claro, arreglaremos algunas cosas de la historia que no nos son muy… llamativas…
—¿llamativas?
— si, por ejemplo creemos que si el personaje de Fiorella, fuera unos años mas joven… haría que la historia fuera más atractiva… siempre hacemos eso, enriquecemos las historias de los jóvenes como tu… eso es bueno.
— pero es un drama de una adolescente… no de una pre adolescente… eso convertiría la historia en algo… más fuerte… y para otro publico… ya sabe las cosas que le pasan a Fiorella en el bar… ¿y que haría en un bar si tendría 11 o 12…? — se pone de pie. — Le agredezco mucho su interés… de verdad que si, Sr. Pero… no, rechazo su oferta… creo que mi historia esta bien como está… y pues…solo eso.
— Como tu quieras, muchacho, pero… somos quizás tu única alternativa a ser un escritor publicado…
— no lo creo, sr. Pero igual se lo agradezco…
Fernando salió de lo más enfurecido y decepcionado de la editorial, de verdad pensaba que podría haber sido su oportunidad, pero lo quería estafar desde donde se le viera.
El resto del día se quedó sentado en la banca de un parque, leyendo sus historias, repasándolas, pensando si de verdad no eran tan buenas como el pensaba.
Mirella le llama entonces.
— Hola Mirella… — responde
— ¿y bien que fue? Dime… — le pregunta entusiasmada.
— mmm… malas noticias, no acepté…
— ¡¿Qué?! ¿pero por que? ¿Qué pasó? — pregunta confundida.
— Querías modificar mi historia… — guarda sus cosas y se pone de pie, disponiéndose a avanzar en dirección al paradero. — … cambiar la edad de la protagonista… me querías comprar los derechos… vaya, fue un momento muy incómodo…
— bueno… lo lamento de verdad, amor, pero no te desanimes… ya vendrán más oportunidades, y bueno… ya sabes cómo son algunas editoriales… pero seguimos con los ánimos, ¿verdad? — le dice.
— pues si… más o menos… estoy algo decepcionado… pero… no estoy desanimado del todo.
— eso me alegra, amor… ve a casa, yo llegare temprano y prepararé la cena…. Te hare tu platillo favorito… — le dice tratando de animarlo
— ¿pollo con maní? Vaya, eso si me anima, amor… — le dice sonriendo. — me voy al apartamento entonces… te veo más tarde, y gracias por apoyarme.
Durante los siguientes 2 meses muchas cartas llegaron al apartamento de Fernando acerca de sus historias, algunas editoriales lo citaron para conversar acerca de la publicación, otros rechazaban sus historias, muchos al igual que la primera querían modificar partes de sus novelas, lo que el no aceptaba, otras le querían cobrar un alto precio por publicarlas, y algunos querían todos los derechos de las obras, lo que por supuesto no aceptaría, en conclusión fueron 2 meses en los que no hubo mucha suerte en cuanto a las editoriales.
Una noche Fernando no podía dormir, y decide ir a intentar terminar alguna historia que había dejado inconclusa, enciende la laptop y se dispone a hacerlo cuando recibe un mensaje. Era de su amigo Eduardo estaba conectado a internet a través de la mensajería instantánea.
— ¿hola, como estas? — le escribe Eduardo — hacia mucho que no sabia de ti, no escribes no llamas… ingrato — le dice bromeando.
— no es eso — le responde — he estado muy ocupado, amigo… me da gusto saber de ti.
— igualmente, pero debes llamar de vez en cuando… yo te estuve llamando como 2 veces este mes… pero no contestas nunca.
— lo que sucede es que a veces apago el celular cuando estoy dando clase,s le he prohibido a mis alumnos que tengan ceulares en clase y pues… si suena el mio no esria bien, pero después se me queda apagado…
— también llame a tu casa.
— mucha veces no hay nadie, lo lamneto de verdad amigo.
— descuida, lo importante es que estas ahí ahora… aunque alla deben ser… las 3 de la mañana…¿Qué haces despierto a esta hora? Escribiendo espero y no viendo porno… jajajajaja — le escribe.
— que chistoso… claro que no, estaba por escribir algo… no peudo dormir…
— ¿Cómo vas con eso de las publicaciones ya algo? — pregunta.
— nada, aun nada, he tenido algunas entrevistas, pero… no he tenido suerte, las editoriales están llenas de cabrones… estafadores…
— si, oye, voy a hablar con uno de mis amigos aquí en Inglaterra, tiene contactos con editoriales españolas, quizás te pueda ayudar… le daré unas copias de tus historias que bajo de internet… solo si estas de acuerdo.
— te lo agradezco, pero aun no, quiero seguir probando suerte aquí… si no pues… de verdad que seré el primero en pedirte que lo hagas…
— como quieras, viejo amigo, para eso estamos…
— ¿Cómo esta Eduardito? — pregunta.
— esta grande el condenado, es una belleza, te mandaré unas fotos de tu sobrino…
— eso me gustaría.
— ¿Cómo esta mirella?
— esta linda como siempre, es mi apoyo inconidicianal, amo a esta mujer… sin ella estraia perdido.
— me lo imagino, eres un hombre… somos unos hombres con suerte, amigote.. cuidala, ¿no han pensando en ser papás aun? — le pregunta. — eres el único que falta… te estas quedando, Fernando.
— no, aun nada de eso… con lo del trabajo y todo no podemos aun, pero no es que no quiera… ella se muere por un bebé… no sabes como se pone cuando ve a un bebe por ahí… y ya sabes es profesora, adora a alos niños…
— por cierto…¿Qué sabes de Johanna? No he sabido nada de ella en mucho tiempo… ¿se habrá casado? — pregunta.
— ¿hablas en serio? — Responde Eduardo — ¿no te enteraste? Te envié un mensaje la otra vez comentándote de ella…
— bueno, no he revisado mis mensajes en mucho tiempo, amigo… ¿Qué ocurrió? — pregunta Fernando.
— su relación con Federico se fue a la mas rotunda Mierda, el cabrón la engañaba con su secretaria…
— ¡mierda! — dice Fernando en voz alta por la sorpresa, mira a su alrededor esperando no haber despertado a Mirella — es increíble lo que me centas… — escribe.
— Si, la llame hace como un año más o menos… y me contó eso… y ya no vive en argentina… regresó a la ciudad, aceptó un trabajo alla, se fue con su hijita… deberías ir a vicitarla algun día, no sabes lo triste que me contó eso… ella pensaba que el era el hombre de su vida… pero…
— Pero no lo era… — escribe Fernando poniéndose a pensar.
Se quedó en silencio un rato, recordando lo que la bruja había dicho ya muchos años atrás acerca de Johanna.
— pero… ahora está bien… no se… está tranquila supongo… — escribe Fernando.
— sí, la última vez que supe de ella estaba trabajando, pero de ahí no sé nada de ella… su número ya no es el mismo…
— ¿pero estas seguro que está en la ciudad? Por qué de verdad me gustaría visitarla…
— sí, me dijo que había aceptado un trabajo ahí, y que le estaba yendo bien… me dijo el nombre de la empresa… pero se me fue… algo de CONTRAC… algo… no recuerdo.
— CONTRACNASCA …— corrige Fernando.
— sí, eso mismo.
— sí, es una de las empresas de construcciones más conocida de este país… sin duda debe ser buena para estar trabajando ahí… tengo primos que mataría por un puesto ahí…
— bueno, trata de buscarla, le dará gusto verte…
Luego de conversar un par de horas con su amigo y despedirse, Fernando no pudo dormir ni escribir nada, saber lo de Johanna le había dejado pensativo, pensando en la bruja, en sus palabras en el destino, ¿sería verdad que todo estaba ya escrito? ¿Qué era incambiable?
Averiguó algunas cosas en internet acerca del destino, pero nada que lo tranquilizara o despejara sus dudas, solo lograba confundirse más, no se podía quitar de la cabeza esa pequeña duda que lo atormentaba ligeramente ¿el destino se puede cambiar? Acaso estaría el destinado ya, lo que esa bruja le dijo hace mucho tiempo atrás, ¿sería cierto acaso? No lo quería creer, pero todo indicaba que así sería.
Al día siguiente averiguó acerca de CONTRACNASCA y se acercó a la oficina que tiene en el centro, tenía todas las intenciones de encontrar a Johanna, hablar con ella.
Dejó sus datos en la recepción para que se los hicieran llegar, era obvio que no le podían dar los datos de una trabajadora de la empresa a cualquiera que se acercara a pedirlos.
Algunos días después, mientras cenaban.
— ¿te sientes bien? — le pregunta Mirella a Fernando, durante algunos días lo había notado extraño, era lógico que se preocupara. — te siento extraño estos días… no haz escrito… estas callado, pensativo…¿estas enfadado?
— No, no es eso… — le responde algo cabizbajo.
— algo tienes, es obvio, no me engañas… ¿es por lo de las Editoriales? Ya te dije que no debes dejar que eso te desanime…
— no es eso… es… bueno, en parte si, pero… ¿recuerdas a Johanna? — pregunta
— mmm… tu amiga de la secundaria…
— si, ella…¿recuerdas que te conté que se casaría…?
— si…
— pues… su prometido, Federico…, pues… la estaba engañando…
—No me sorprende…
— ¿Por qué dices eso? — pregunta Fernando.
— pues no te conté. ¿Ok? Por que sabia que te enfadarías… pero…¿recuerdas que el me llevó a mi apartamento… esa noche que ustedes se quedaron en el teatro?
— si…
— pues… como que se puso a coquetearme.. — le dice con seriedad.
—¿ah si? Debiste decírmelo…
— lo se, lo se… pero en un instante pensé que… estaba yo malinterpretando las cosas… me dijo que era muy linda, que… me veía fantástica con ese vestido… que… si habían chicas así como yo en este país se podría quedar… y otras cosas que me parecieron extrañas… no lo se… y como me miraba a mi me daba hasta nervios te digo…
— Rayos… de verdad debiste decirlo… con razón… en la cena del día siguiente… el te miraba a veces… en ese instante no me di cuenta, pero… maldito idiota…
— si, lo noté. Por eso no me aparte de ti… no dije nada por que tu amiga parecía estar muy enamorada… y bueno, pensé que así era su forma de ser… coqueto, confiansudo…
— Bueno, como sea, el desgraciado la estaba engañando con la secretaria y… la boda, su compromiso todo se fue al tacho… y ella esta de regerso aquí…
— entiendo, eso te deprime…
— no solo eso, y no me deprime, más que eso… es algo que no te conté, ¿sabes?
— ¿Ah si? — Pregunta curiosa — ¿Qué es?
— pues… te va a sonar estúpido…
— ¿estúpido?
— si, pero... Estaría bien, a mi también me lo pareció… y me lo parece joder, pero… no se, como que últimamente… llámame paranoico, ¿ok? Pero… esto sucedió hace muchos años atrás… estábamos Eduardo, Johanna y yo…
Fernando le contó a Mirella esa noche en la que fueron a ver a esa bruja que les dijo el futuro incambiable al que estaban sujetos, le contó paso a paso y como la mayoría de cosas de esa bruja se habían cumplido.
— ¿eres un idiota? ¿Crees entonces que no llegaras a los 30 años? — le dice Mirella algo enfadada por lo que sugería Fernando.
— no es que me lo crea, es que… no he podido publicar nada… y tu sabes que lo he intentado… — ella asienta — y… mira a Johanna, ha sufrido por amor uno tras otro… no encuentra jamás a ese que busca… y Eduardo… esta triunfando, parece que… su vida va de mejora en mejora al paso del tiempo… todo eso lo dijo esa bruja… y pues… como que ya comienzo a… asustarme un poco… no es que me lo crea… — deja en claro — pero… de que hay algo… que me impide ya dudarlo d el todo hay algo…
— Vamos, son solo… ideas tuyas, no es el destino… ese uno lo va haciendo… lo sabes.. no esta nada escrito… no es como en tus novelas… no hay alguien que escribe lo que sucederá…
— a vece lo dudo… que tal si de verdad…. Somos como esos personajes de mis dramas… en donde… ellos están atados a mis decisiones… lo que yo escriba sucederá en esas vidas imaginarias… imagina que nuestros destinos ya están ideados en la mente de algún ser que nos rige…. Dios… llámalo como quieras… — dice tratando de pensar, de encontrar respuesta.
— Flipas… no es posible eso… ya te dije, si no has podido publicar nada — dice levantándose y tomando los platos de la cena — es pro que no has tenido suerte, y no te has esforzado lo suficiente… tenemos que seguir intentando… — se dirige a la cocina. Fernando toma el resto de platos y los lleva a la cocina tras ella.
En la cocina.
— Se que suena a una locura, pero… esas ideas no salen de mi mente… — coloca los trastes en el lavavajilla — ¿Qué tal si es verdad? — Pregunta — imagina…
— eso quiere decir — gira a verlo con seriedad — … que me vas a dejar viuda antes de casarnos… al menos y como cumplirás 29 en 3 meses mejor voy buscando un remplazo… — dice algo enojada y caminando en dirección a la sala.
— No, no digas eso… — Fernando va tras ella.
— ¿entonces? — Se detiene en medio de la sala — ¿Qué quieres que piense? Me estas dedicando que te vas a morir… solo porque una bruja o dijo en una feria hace más de 10 años… creo que necesitas descansar…
— no te enfades… es solo que… no se, es extraño… y esto me tiene consternado… — la abraza. — no te enfades conmigo, amor… ¿si? Olvidemos esto… no dije nada…
Mirella lo mira con seriedad y luego de un segundo sonríe y lo abraza también.
— ok, solo… quítate esas ideas de la cabeza…
Se tumban en el sofá.
— ¿sabes? deberías escribir esa historia… — sugiere Mirella.
— No sería mala idea… — responde Fernando.
6 – A los 29
— felices 29 años, amor… — le dice Mirella a Fernando la mañana de su cumpleaños, despertándolo con un tierno beso y el desayuno en la cama.
— vaya… que… que linda sorpresa, amor… — la besa y se acomoda para que Mirella coloque la bandeja con el desayuno que amorosamente le había preparado. — todo se ve tan delicioso… gracias, amor…
— Todo por mi precioso amor… — se acomoda a su lado.
— vaya… 29 años al fin… parecía que era un momento que no llegaría… — dice mordiendo una tostada —… pero ya soy un hombre de 29 años, amor… 29…
— si, — lo besa en la mejilla — pero pareces de 25, amor… estas guapísimo, cada año mas bello…
— gracias, mi vida… esta delicioso… — bebe de su taza de café. — lástima que tengo que ir a trabajar… me gustaría que pasáramos el día juntos…
— pero puedes salir temprano… yo pedí permiso… estaré en casa a las 3 de la tarde, prepararé para nosotros unas súper cena… te tengo una sorpresa… — le dice con sensualidad.
— vaya… me pregunto que será… — responde seductor.
— tendrás que esperar, amor… — lo besa nuevamente y se levanta llevándose una tostada — voy a ducharme y prepararme para ir a trabajar… te quiero en casa temprano, ¿de acuerdo? No se te vaya ocurrir ir por ahí con los colegas…
— De ninguna manera, amor… — le dice sonriente.
Por fin había cumplido 29 años Fernando, en estos meses se había olvidado de las paranoias que había estado teniendo, Johanna aun no se comunicaba con el, las cartas de las Editoriales habían dejado de llegar, se había dedicado a escribir mucho, y a trabajar duro, dedicándose a Mirella, saliendo, relajándose sin preocupaciones, habían sido meses tranquilos
Al ir avanzando el día Fernando recibió llamadas de amigos, de familiares, sus colegas en la universidad lo saludaban, y le advertían que a la salida no se escaparía de ellos, aunque el les daba por su lado ya que estaba advertido que tenía que llegar a casa temprano, y el si que era un hombre obediente. Eduardo también lo llamó, lo saludó y conversaron un buen rato, le prometo un regalo que le encantaría, pero que aún no se lo podría entregar, que debía esperar un tiempo no muy largo.
Pero la llamada que más lo sorprendió fue una que recibió casi al finalizar sus clases, era una llamada de Johanna.
— ¡feliz cumpleaños, amigo, felices 29! — le dijo emocionada.
— Vaya, que sorpresa, Johanna… pensé que no me llamarías, yo… deje mi numero hace muchos meses en la empresa y…
— lo se, lo se, la estúpida encargada había extraviado tu numero me lo dio recién hace unos días… no sabes lo que tuve que aguantarme para llamarte recién hoy… quería que mi llamada te sorprendiera… así me ahorro el regalito… — le dice y rie — estoy bromeando, amigo.
— lo se y bueno, si me sorprendió… tengo mucha ganas de verte, conversar contigo…
— pues… estoy libre hoy, podríamos vernos… ¿Dónde estás? ¿Estás trabajando? — pregunta.
— sí, pero… creo que me puedo salir temprano… de verdad me gustaría que hablemos…
— ok, ¿te parece si nos vemos en la cafetería que hay frente a la plaza mayor? ¿Conoces? — pregunta nuevamente.
— sí, si se dónde es… nos vemos ahí en… 30 minutos… ¿ok?
— claro… nos vemos ahí.
Fernando encuentra alguien que lo cubra por al menos una hora y parte en dirección a la cafetería donde lo esperaba Johanna.

continuara....
Franckpalaciosgrimaldo19 de enero de 2012

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