Permanecer O Salir
"Han pasado dos días.
El agua está durando el doble, como es lógico, y también la comida. Más del doble, en realidad, pues no tengo apetito. ¿Podría alguien tener apetito? Yo no. Es difícil de explicar, tal y como yo lo veo, pero las cosas son más sencillas de lo que parecen. Suena a paradoja, lo sé. He tenido mucho tiempo para pensar. Sí, quizá saque algo en claro después de todo. Al final las posibilidades se reducen a dos simples opciones. Permanecer o salir. Permanecer
o salir. Fácil, ¿eh? Bueno. Lo sería si todo se limitara a obedecer cualquiera de las dos premisas sin atenerse a ningún tipo de consecuencia. Las consecuencias son, de hecho, lo que lo complica. Conozco las consecuencias de la primera opción. Son terribles, nefastas. Son agónicas. Permanecer. Morir lenta y desesperadamente, eso es lo que significa permanecer en este lugar.
Él tuvo suerte. A veces aún le hablo, le digo lo afortunado que ha sido, el maldito. Pero no me contesta, y entonces me lío a patadas con su cadáver, que por cierto ya ha empezado a descomponerse. Si no fuera por la rejilla del conducto de ventilación... Suerte, también, de las mantas. Si algo hay de sobra en este estúpido búnker son mantas. Con la insignia del ejército y su lema 'A Dios servimos'. De momento sólo han servido para enterrar en un rincón el cuerpo muerto de Adler.
Como decía, ya hace dos días desde que la ha palmado. Adler, el viejo Adler. La mayoría le conocíamos por Adler el Gordo, justamente por ser todo lo contrario. Tres gorriones pesarían más que él. Da igual. Nadie le tenía en cuenta. De todos modos el cáncer le estaba matando.
Permanecer o salir. Él ya no tendrá que tomar esa decisión. Permanecerá en este lugar lo quiera o no. Eso ya nada lo cambia.
Lo bueno de que Adler haya muerto es que me deja a mí cierto margen para tomar una decisión. Si mal no he calculado, tengo hasta el fin de semana; esto es, dentro de cuatro días, cuando la comida y el agua empiecen a escasear. Aunque, la verdad, si tengo que salir ahí fuera no querría hacerlo sin provisiones. Cabe la posibilidad de que encuentre comida y agua por aquí abajo, pero no quisiera perderme. Dios, eso sería peor que morir aquí dentro.
Tengo que estudiar bien mis opciones. Permanecer o salir.
¿Qué voy a hacer?"
Manuscrito encontrado en un fragmento de papel, en el interior de un bolsillo de un cadáver descompuesto hallado en los túneles subterráneos de un búnker al norte de Alemania. El cuerpo estaba sentado, apoyado contra una pared, y a lo largo del pasillo hasta llegar a sus pies se esparcía lo que quedaba de unas treinta cerillas consumidas.
A cien metros o menos de allí, girando a la derecha y después a la izquierda, el viento ululaba al pasar a través de una escotilla entreabierta
Ittai Manero, 9 de mayo de 2009
