TusTextos

El Piano Sabe Algo que tu No (capitulo 13)

Capitulo 13. No volver jamás.

No quieres dejarlo ir, no puedes…sabes que los dos arriesgan mucho. Mueres por ir con el, pero sabes que no puedes interferir en su vida laboral, pero ¿América? Te vas dando cuenta de que todo cambiara. Todo haya es muy diferente, otro continente, diferentes costumbres. Tienes miedo. Miedo a que te deje por alguien más. Tus pensamientos te engañan, son muy crueles con tu corazón. Pero ten en cuenta que el corazón puede más que la razón. Nunca lo olvides, que eso te puede ser de mucha ayuda…
- ¿Londres?
- Se que es muy lejos y…que todo será diferente…pero no puedo decir que no. Confían en mí.
Si eso lo sabes, ¿y quien no confiaría en el? Tú pondrías tu vida en sus manos.
Siguen tomados de la mano, sin dejar de mirarse, sientes la necesidad de llorar, pero no te gusta que te vean haciéndolo. Después de todo, nos han enseñado que el llanto es la prueba mas concreta de debilidad. Te escondes entre sus brazos, tomando una pequeña esperanza de que te diga que no se va. Aunque sabes que eso no va a pasar.
- ¿En cuanto tiempo te vas?
- En un par de semanas, cuando se arregle el problema de personal. El problema es que…Frank, ya no regresare.
- ¿Ah?
- Ya tengo todo haya, yo…
No pudiste decir nada, te levantaste de tu asiento y fuiste a hacia la habitación que algunas horas atrás fue tu refugio y el de él. Aseguraste la puerta, las lágrimas amenazaban con salir, y esta vez no soportarías más. Había un gran espejo, tenías una cierta manía con tu imagen, así que deberías saber como te veías a cada momento. Te paraste frente a el y viste como tus mejillas escurrían. Bajaste la mirada.
- Frank…ábreme.
- Vete…
- Pero…Frank…
- No, ya no quiero verte más. Déjame tranquilo.
Pero no te diste cuenta que al pronunciar esas palabras lo quebraste. Solo pensabas en ti mismo y en tu futuro. ¿Pero y el que sentía? No lo viste llorar, no lo viste caer al suelo gracias a tu egoísmo, y tampoco lo escuchaste cuando susurro un “te amo” detrás de la puerta. Lo ultimo para marcharse, y no volver más, como tú se lo habías pedido. ¿Y te arrepientes? ¡Claro! Te sientes un idiota, un egoísta al que le gustaría matarse. Deseas salir corriendo tras de el, lo harías, si no fuera porque no tienes fuerza para moverte, y eso por tanto llorar. Ves esa pequeña foto que se tomaron no hace mucho en el jardín de la casa de tu madre mientras que ella no estaba, te encanto sentir esa presión de tener que salir corriendo cuando ella llegara. Por lo menos sabias que tu abuelo estaría dormido y tu padre viendo algún reportaje en su habitación.
- Perdóname… - Dijiste al aire.
Y ahora dudas en hacerlo, lo haces o no, solo tienes esas dos opciones. Es peligroso jugar con objetos punzantes, pero te diviertes hundiéndolo en tu piel, provocando una risa involuntaria y de dolor. O para esconder el dolor, aunque nadie te vea. Tienes muy presente que haces mal, y que cuando se den cuenta no solo te habrás lastimado tú. Pero ya que importa, estas solo, ni siquiera tu familia podría darte su apoyo ahora. Para eso tendrían que estar de acuerdo con tu sexualidad, y sin embargo no lo están.
Te sientes sucio.
Te sientes un idiota.
Tienes que remediar eso, pero lo único que puede hacerlo ya no esta ahí, contigo.
¿Cómo pedir perdón?
¿Alguna vez te habían roto el corazón de esa forma?
¿Alguna vez lo habías hecho tú?
Buscaras respuestas pero no las encontraras. Ya nada tiene sentido. Si, si lo tiene, pero no sabes verlo. Estas cegado, idiotizado. Pobre del joven Iero, encontró el amor y ahora lo han abandonado, de nuevo…ya ni tu “mejor amigo” puede ayudarte. Puede que no tengas remedio. ¿Pero que estas diciendo? No es para tanto, hombres hay muchos. Pero ninguno como aquel que poso su mirada solo sobre ti. Seguramente encontraras a alguien más y te sientas mejor, tal vez hasta alguna fina mujer y complazcas a tu madre. Y el encuentre a alguien mucho mejor que tu, quien sabe, tal vez en América nadie te rechace por ser homosexual, y Gerard en verdad sea feliz.
Por otro lado, el se siente tan mal como tu, incluso peor. Hablo con su padrastro, le suplico que no lo enviara a América, pero se negó. ¿Te das cuenta de lo que esta haciendo por ti? Y tú ahí, lamentándote ¡por ti! No había conocido nunca a alguien tan egoísta. Hay que aprender que en el mundo no se esta solo.
- Disculpe, ¿esta…Gerard?
- ¿Quién lo busca?
- Frank Iero.
- Lo lamento, el joven Way partió hace algunas horas, al parecer hubo un adelanto en los planes.
- ¿Cómo?
- Lo siento mucho.
Es una lección que hay que imaginar que ya aprendiste. Trata de vivir con eso. Será difícil, para ti, todo aquí es sobre ti. Tú, tú, tú. Frank, Frank, Frank. Es tu culpa, y lo sabes.
Jocelyn16 de marzo de 2009

Más de Jocelyn

Chat