Si tienes un poco de cordura es obvio que no la conoces
ella te quita el pensamiento si lo dejas a su merced, solo es cuestión de verla bailando, tan dulce, tan viva, mas viva que cualquiera que la viera bailando, pues que te eh de decir si ella de eso vive, de quitarle los suspiros y el aliento a incautos ladinos.
Yo que te puedo decir, que te puedo explicar, como negarte que la miro bailar, en su vaivén de un danzón, giro como la tierra, gira tan veloz como mis ojos que la persiguen.
Tócala anda, dime que te pasa. Que yo tan creyente soy de su belleza que la considero deidad, así que ni condenándome hoy como pecador me atrevería su piel a tocar.
La amo, por dios que la amo, la miro por dios que la miro y me siento culpable de verla ¿y si me mira? ¿Qué hago?
Siento que temblaría tanto como los suelos de mar, siento que lloraría tanto que inundaría el lugar, siento que moriría al instante sin siquiera poderle hablar.
¿Qué me pasa? ¿Qué le pasa? ¡¿acaso no es una mujer mas?
de esas que encuentro en cada calle, en cada hora, en cada rincón de la tierra, ¿Qué ella no es normal?
un hombre se le acerca, le habla dulce al oído, ella le sonríe y los dos se van...
media hora después la mujer regresa para seguir su ritual, bailar, bailar, y a él hombre no lo vi volver jamás.

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