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¿deberes de Verano?

Un año más, durante el mes de junio, vuelve a emerger a orillas de escuelas e institutos el manoseado debate sobre los deberes de verano. Deberes sí, deberes no. Todo el mundo, medios de comunicación incluidos, parece tener una opinión digna de crédito, cuando ni siquiera los profesionales de la educación nos ponemos de acuerdo sobre un tema, que mucho parece preocupar a los progenitores de algunas familias.

No es, por tanto, ningún sinsentido que yo, maestro, también exponga aquí mi parecer, visto que cualquiera se atreve a opinar, aunque no tenga ni el conocimiento, ni la formación necesaria para ello.

Los deberes no son ni más ni menos que obligaciones (del latín ob-ligare, que significa atar, dejar ligado), es decir, nos referimos a situaciones en las cuales una persona tiene que dar, hacer, o no hacer algo. El término opuesto a “deberes” u “obligaciones” es el de derechos.

Y eso es precisamente lo que son las vacaciones de verano, un derecho, un logro conseguido por los trabajadores y trabajadoras después de mucho tiempo de luchas sindicales. Despojar a los niños y niñas de ese derecho no deja de ser un acto ruin y cicatero, más aun cuando la mayoría de ellos y ellas se han esforzado trabajando duro en jornadas de 7 y 8 horas diarias durante todo el curso académico.

Un verano es un derecho inalienable para un niño/a, y debe ser algo para recordar, pero si se lo llenamos de obligaciones, lo convertiremos en una pesadilla, en algo que olvidar lo antes posible.

Ya lo dijo Fernando Fernán Gómez: “Las bicicletas son para el verano” (1977), y yo añado: “los deberes, no”.

El verano es tiempo de desaprender, del slow-time, de disfrutar la sensación de no tener prisas, de perder ese tiempo que no hemos podido perder a lo largo del curso, de olvidarse de todo lo que ha provocado que el año se haya pasado en un suspiro. Es hora de soñar. Es el tiempo de “ser niño/a”.

El verano es para desconectar del todo, al cien por cien. Lo necesitamos los adultos y lo necesitan los niños y niñas.

El verano es para leer, para montar en bici, para ir a la piscina, a la playa, a la montaña, para pasear. Y jugar siempre, jugar y hacer cualquier deporte. Nada de eso son deberes. Leer tampoco. Leer es un placer y, para algunos, una necesidad. Nada que ver con el colegio.

Y algo más, algo de lo que rara vez se habla. El verano es un magnífico momento para practicar la escritura. Sí, la escritura. Somos muchas las personas a las que nos encanta escribir y normalmente la afición empieza desde pequeñitos y pequeñitas.

Para terminar, quiero hacer referencia a Cesare Cata, un profesor de una escuela de secundaria de la región italiana de Le Marche, que piensa que “los deberes solo sirven para matar la pasión por el conocimiento”.

Este profesor italiano ha querido mantener a sus alumnos y alumnas espabilados durante este verano, pero quizás no de la manera que los padres y madres esperaban. Para ello ha elaborado una lista de quince cosas que espera que hagan este verano. He aquí algunas de ellas:

- Por la mañana, de vez en cuando, camina solo por la orilla del mar. Mira cómo el sol se refleja en el agua, pensando en las cosas que más te gustan en la vida y siéntete feliz.

- Lee lo máximo posible. No porque tengas que hacerlo. Lee porque el verano te inspira aventuras y sueños. Leyendo, te sentirás como los pájaros volando. Lee porque es la mejor forma de rebelión.

- Evita todas las cosas, situaciones y personas que te hagan sentir negativo y vacío. Busca situaciones estimulantes y amigos que te aprecian y te entienden por ser quien eres.

- Si te sientes triste o asustado, no te preocupes. El verano, como todas las grandes cosas, pone el alma en armonía. Intenta tener un diario donde puedas escribir sobre tus sentimientos.

- Baila; sin sentirte avergonzado. En la calle cerca de tu casa o en tu habitación. El verano es un baile. Sería una vergüenza no formar parte de él.

- Al menos una vez, tienes que ver el amanecer. Estad ahí en silencio y respirad. Cierra los ojos, agradecido.

- Sé feliz como el sol, indomable como el mar.

- Durante el día o la noche, sueña sobre cómo puede ser tu vida. Durante el verano, reúne la fuerza para no rendirte y haz todo lo que puedas para perseguir ese sueño.

Yo también espero que mis alumnos y alumnas hagan, al menos, algunas de estas cosas durante el verano que se nos avecina a toda prisa; y que sueñen, y que recuerden que “Las bicicletas son para el verano, los deberes no”.

¡Feliz Verano a todos/as!

Juan Carlos Pérez García
(Maestro de Escuela)
Jucapega196314 de junio de 2015

1 Recomendaciones

3 Comentarios

  • Mateo

    Me parece un texto y una reflexion muy buena.....claro está....como tu bien sabes....en está vida siempre aparecen mentes sabias que intentan hacernos ver cuál es la mejor forma de reeducar a nuestros hijos.....eso es inevitable.....pero lo que es maravilloso es tener la libertad de hacer lo qué uno crea que es lo mejor....tanto para ellos....como para uno mismo....y en mi libertad yo soy de los que opino y siento desde hace tiempo que la vida está para vivirla....y el verano para sentirlo y hacer de el un recuerdo especial.....también siento y pienso que todo eso me hace más felíz....al verlos a ellos.....felices.......
    Un placer y un verdadero aprendizaje......haber leído y sentido.....tus palabras......creadas desde tu corazón... .
    gracias y saludos cordiales......y feliz verano!!!! Maestro........

    14/06/15 09:06

  • Jucapega1963

    Gracias a ti por tus palabras, Mateo. ¡Feliz verano!

    14/06/15 09:06

  • Superandoloimposible

    Una reflexión muy acertada, estoy contigo.

    14/06/15 06:06

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