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Seiko 3000 - Capitulo 85 - El Reinicio de la Búsqueda

Los beneficios por haber participado y haber conseguido un puesto en el podio ascendían a un millón, entero, de tecnecianos. A pesar de que era mucho dinero, dono más de 950.000 a una fundación de parados mineros de Bahía Cost. Además el cheque por valor de 15 millones de premio a la mejor piloto, fue entregado de inmediato al Orfanato de Santa Casilda. Gracias a él harían un pabellón con su nombre. Cassandra lo rechazó diciendo que pusieran el pabellón a nombre de su familia, Deltario. Impresionados por aquel altruismo no pudieron hacer más que aceptar. Además, con los 50.000 Tc ganados y sobrantes hizo regalos para todos sus amigos del equipo y de su grupo.
- ¿Por qué tanto regalo? – dijo Mirella impresionada por el vestido que le había regalado Cassandra
- Solo sustituí a alguien, no me merezco ni una simple moneda de lo que me han dado. Soy así…
- Pues podía habérmelo dado todo a mí – bramó Roberto. A él le había regalado una nueva maleta, más grande para llevar sus cosas – Te recuerdo que llevábamos una posada en Calistea.
- A saber como ha quedado tras lo que pasó – espetó Cassandra como si quisiera olvidarse de aquel mal trago. Fue entonces cuando descubrió a Ivon. A Salvador…
- ¿Te gusta? – le preguntó al Aimier. Estaba alucinando con los guantes especiales que le había comprado. Eran cómodos pero bastante caros. Aun así…
- No tenía por qué haberlo hecho…
- Atenea me dijo que con mis recompensas puedo hacer lo que yo quiera
Alcoida estaba contenta del kit de reparación de armas con el que podría pulir su desgastado tridente y esconderlo mejor con una venda especial de camuflaje.
- Seguro que a los demás les has regalado unos souvenires de bahía ¿verdad?
- No…
Y el resto del equipo había recibido, en varios paquetes, camisetas con el lema “Estás viendo a un campeón del equipo Integra” con un estampado del almindren Integra 9 a su espalda. Todas estaban etiquetadas por el nombre de cada uno y su talla. Cassandra había estado una noche entera haciendo un albaran con las 120 personas que trabajaban en el equipo. Asimismo, ya habían pasado dos días de aquel fin de temporada y ya estaban a domingo 12 de Junio. Habían regresado al hotel Hellion, el mismo que habían abandonado el primer día para ir al stand de Integra semanas antes. El porque de no extrañarse de ver Aimier pululando por ahí era porque el propio hotel era una residencia de agentes de ODISEUM y éste grupo vigilaba el lugar. Alcoida había acertado en dar con el sitio adecuado. Según les dijeron, el resto de los hoteles estaban siendo vigilados por esbirros de La Fuerza y de mercenarios a sus ordenes. Más aún tras acabar el campeonato.
Los seis estaban alojados en la habitación más grande y le habían habilitado 3 pares de camas para ellos.
Durante la siguiente semana, reiniciarían la búsqueda del tercer libro de Pandora.
Al día siguiente, el teléfono sonó muy temprano. Como se habían acostado tarde, todos dormían pesadamente. Salvador fue quien lo cogió y con la voz dormida contestó preguntando
- ¿Quién es?
- ¿Salva? – Era Marina.
- Sí…
- ¿Podemos vernos?
- Claro…
- En cinco minutos abajo. Te espero – Y, tras un instante, colgó
- En cinco… ¿Qué? – ¿Marina estaba abajo? ¿En la recepción?
Tras darse una ducha rápida y salir sin ser visto u oído, bajó a la recepción del hotel. Allí, en el decorado de un gran hotel moderno, le esperaba Marina con una chaqueta en el que colgaba su manga derecha. Aún seguía con su brazo en cabestrillo. Camino hasta ella y, sin mediar palabra, le agarro de la camiseta arrastrándolo hacia un pasillo del personal. Allí le dio una sonora bofetada.
- ¿A santo de qué viene esto?
A Salvador le escocía la cara tras el tortazo de Marina.
- Ahora te vas con Cassandra ¿verdad?
- Sí… pero ¿Cómo lo sabes?
Una bofetada más tuvo por respuesta. Después las palabras de Marina lo explicaron
- Tú amigo, Jonás, me ha dicho que te marcharas otra vez. A buscar no sé que libro
- Sí, pero es muy peligroso para que tú vengas…
Salvador agarró la mano de su amiga antes de que volviera a darle una torta.
- Tonto – dijo, sollozando, la piloto herida – Sabía yo que tenías otra amiga que te cuidase más que yo, pero mi corazón me ordenaba que no hiciera nada… Y Nada he hecho… Pero que te vuelvas a escapar entre mis manos… No puedo evitarlo… Me entristece… Salva
- Escucha – dijo intentándola animar – Tú sabes mejor que nadie que sigues en un ejercito. Sigues en una unidad US. Eres teniente y una gran promesa ahora que ni yo ni la unidad Alfa estamos allí.
La convicción de Salva parecía calmar la tristeza de Marina
- Jamás quise separarme de ti, pero lo que me hicieron es algo que debo resolver.
- Pero te acompañan Cassandra… Alcoida… Mirella… ¿Por qué ellas y yo no?
- Ellas dejaron algo muy valioso para seguir mis pasos
Las palabras que brotaron del héroe eran puras como el agua cristalina
- Cassandra, por ejemplo, abandono su trabajo, su posada, en Calistea por huir de la Fuerza y acabó por seguirme para encontrar el porqué asesinaron a toda su familia aquí, en Bahía Cost.
La sorpresa apareció en la cara de Marina acompañada con un grito ahogado
- Alcoida, es una Aimier como yo. Ambos somos perseguidos y ella tuvo que volar su propia finca para deshacerse de nuestros captores. Mirella nos apoya con todo y me salvo de una muerte segura en Hylera. Le debo la vida por aquello… Dime ahora ¿Te arriesgarías a perder tu futuro en las US, en el equipo Integra, solo por seguir a un tonto como yo?
El miedo a decir una respuesta contraproducente, hizo que Marina guardase silencio
- Además estas herida… Para cuando te recuperes regresaras a Ramber y te pondrán una misión. Debes actuar como siempre. Además – dijo confiando en sus palabras – Siempre has sido una importante ayuda en mi camino.
Y le apartó el pelo de la cara. Estaba llena de lágrimas que caían copiosamente en sus mejillas. Con su pulgar se las secó y acercó su cara a la suya. Un tierno beso pareció sanar las heridas de la valiente teniente.
- Espero que no me guardes rencor por lo que te he hecho sufrir…
Marina se rió un poco
- Que va… Siempre me has hecho feliz con tu presencia… Serás tonto
- Ya te lo dije… ¿Seguras los consejos de este tontaina?
Marina aceptó asintiendo con la cabeza. Ambos salieron del pasillo y se encontraron de sopetón con Mirella, que bajaba a desayunar. Salvador se quedo petrificado. Tenía cogida a Marina por el hombro con expresión cómplice. Mirella apartó la mirada con un lacónico.
- No he visto nada… - continuó hacia el comedor
- No… No es lo que piensas, Mirella... No… - intentó convencer Salva a la chica.
Mientras Mirella se hacia la sorda y con Salva suplicando que le hiciera caso, Marina recibió una llamada a su móvil. Su capitana le llamaba con urgencia. Debía volver a Ramber de inmediato. Dejándoles en la puerta del comedor, con la gente mirándoles muy extrañados, abandonó al hotel.
No se daría cuenta hasta que recogió el equipaje de que su brazo, se había curado
- Pero… Si me quedaban casi dos semanas de recuperación…
Keitaro08 de septiembre de 2009

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