TusTextos

Amor de Verano.

Y entonces había llegado el momento. Debía respirar profundamente porque sentí pararse mi corazón en aquel instante. Las manos me temblaban, mis rodillas se tambaleaban mucho más, pero mi voz sonaba tajante y clara.
Por mi cabeza pasaron muchas cosas, posiblemente una mezcla entre alivio y miedo. Alivio porque al fin me quitaba un peso de encima. Miedo porque no quería perderle. ¿Debía confesárselo, o por el contrario cerrar mis labios y guardar silencio? Era el momento perfecto, el que había estado esperando desde el instante en el que lo conocí. Pero fue entonces cuando me negué a mí misma el hecho de perderle, a él, a su presencia y a su esencia en mí. No podía ocurrir. Ya me había acostumbrado a estar con él, a nuestras horas interminables por teléfono y nuestras peleas mientras pasábamos el tiempo juntos en esos días tan soleados y calurosos de verano.
-Contéstame Lucía.- Parecía bastante nervioso también. Pero mi tono de voz no cambió. -Es mentira.- Contesté de forma seria.
No me podía creer lo que estaba diciendo. Estaba mintiéndole a él, al que me había hecho pasar el mejor verano de mi vida. No me atrevía a decirle que le quería pese a que era justo el momento ideal. Lo tenía a tan sólo unos centímetros con sus ojos clavados en mí, esperando una respuesta diferente. Pero cuando vi su rostro al haberle mentido supe que era lo mejor que había hecho en mucho tiempo.
Soltó un suspiro, de estos en los que pareces aliviado y te has quitado el mayor peso del mundo. Ahí supe que no estábamos hechos el uno para el otro. Que él buscaba a una mujer de verdad, y no una niña a quien cuidar. Y que yo me merecía a alguien que estuviese a mi altura y no a más que la mía. Porque lo que ocurre en estos casos, es que te enamoras de alguien tan perfecto que lo pones en un pedestal como si fuese un tesoro temiendo a que se rompa como si estuviese hecho de cristal sin pensar en lo que puede ocurrir cuando llega el momento en el que se cae y se quiebra en pedacitos.
No me parecía justo decírselo porque si lo hacía estaría de acuerdo en aceptar la cruda realidad. ¿Veis como a veces es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras? Lo sé, podréis pensar que soy una chica cabezota pero no me arrepiento de haberle mentido, porque al poco tiempo se fue con ella.
Me di cuenta que había dejado ir al amor de mi vida hacia los brazos del amor de su vida. Y aunque mi corazón quedó hecho pedazos al descubrir que nunca hubo esperanza alguna, me sentí bien. Porque soy creyente del amor, y jamás me rendiré.
Lagrimasenelcielo17 de enero de 2014

2 Comentarios

  • Myrainbow

    Precioso, me ha encantado, espero con ganas un nuevo texto tuyo, un beso :)

    17/01/14 09:01

  • Lagrimasenelcielo

    Muchas gracias. Ahora a esperar a que mis musas vuelvan.
    ¡Saludos!

    17/01/14 11:01

Más de Lagrimasenelcielo

Chat