Así como la vieja mitología impuesta por la religión da gala de su poderío sobre las masas en las largas procesiones, la mitología del estado/nación celebra sus leyendas de revolución y los sacrificios de los héroes con grandes comparsas y bandas de guerra en los días “patrios” como la independencia o las fiestas de fundación. Así también desfila el dinero, el ente gigantesco que se nutre de la identidad de las personas, que la succiona y anula hasta convertirlos en homogéneos engranes verdes. El mito del dinero, donde un papel puede designar o quitar valor a las cosas (o personas); A quien todos le rinden culto, desfilando día tras día por cada calle de las ciudades en búsqueda de sus bendiciones.

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