Su mirada de perdida
cautivó mi cuerpo entero.
Lo admito, me puse a temblar.
Ella en su porte erguida.
Y sus labios a desgranar,
mis errores primero.
Maldita oportunidad,
me quité el sombrero.
Y acepté que la ansiedad,
es el peor de mis venenos.
Mi pecado de necesidad,
mi corazón de bandolero.
Ella destilando verdad,
de los disparos el más certero.
Es peor que el tabaco,
peor que el alcohol.
Al menos los vicios,
siguen siendo mi rol.
Mi país será el mundo,
pero soy español.
Y me saca de quicio,
renegar de su sol.
Cuando la Luna no quema,
la noche es blasfema,
y el cielo es un puto esquirol.
Mi duquesa se queda,
sola y bien acompañada.
Yo me limito,
a seguir la jugada.
No tengo defensa,
no tengo ya nada.
Aún me resta una espada,
con un solo tiro.
¡La aprovecharé!
no me mataré,
pues como inmortal he nacido.
Y sobreviviré,
ese es mi eterno castigo.
Qué le voy a hacer,
solo pago el recibo.
Y desgravaré,
violaré a mi destino.
Me fundiré,
en tu alma de platino.
Siento no escribirte,
en verso alejandrino.
Pero digo adiós,
huyo por otros caminos.
No pierdo la fe,
aún guardo tu recuerdo
en mi caja de Pandora.
En Sión me instalaré,
y a las puertas del cielo
golpearé sin demora.
Pero no olvidaré
que el mañana...es ahora.
