Consecuentemente a sus sentimientos, había decidido callar ante los gritos constantes de sus hijos. Las horas que pasaban lentamente, como si estuviesen aferradas a los marcos de las puertas, ahora definían la simple tristeza que invadía sus ojos y sus miradas a la hora del almuerzo.

Había callado hace minutos; y ahora estaba sentada ahí frente al espejo de su cuarto, mirando desconsoladamente su figura desnuda y contemplando sus erectos pezones, que ahora colgaban con el paso del tiempo.

Había definido su vida hace 15 años, ahora ésta se había vuelto una variable constante de una rutina que escarbaba sus sentimientos, y los envolvía en un silencio amargo, acompañado por falsas sonrisas que ahora eran insípidas.

Un silencio amargo…esa era la base de un matrimonio feliz ante todos.



Los sueños poco a poco dejaron de volar, y ahora quedan sepultados en la normalidad de los respiros mortales que definen su existencia. Todo quedó escaso y lleno de polvo en el baúl de los recuerdos, las conversaciones chorreantes de un escaso vocabulario, ahora sellaban su boca, y la hacían llorar internamente.

Los retratos se volvieron abstractos y desconsoladamente rutinarios, sonrisas adornadas se convirtieron en frases melodramáticas que quedaron adosadas a esto, a un reflejo de una vacía vida.

Por eso, ella ese día se levantó de su cama, miró por la ventana, se dejó llevar por la fría brisa de verano, y cerró los ojos para poder así aguantar su tristeza. Respiró profundamente, dejó que sus pulmones fluyeran al sonido del silencio.

Cada paso se había convertido en la rutina de una bailarina frustrada, cada mirada había perdido la luz que reflejaban al comienzo de su vida, las sonrisas fueron opacas con el pasar del tiempo. Su vida se había colmado de una mentira tras otra que la volvía inerte ante los verdaderos sentimientos de su consciencia.

Se volvió como alguien mas….y ya era irremediablemente cierto.

Y así dejó escapar una lágrima, que poco a poco mojó su rostro y volvió amarga la mañana.

En silencio…era la bailarina que nunca bailó al sonido de los violines. Ahora era una abnegada ama de casa, que sufría por la arrastrada rutina que la encarcelaba y la hacían una esclava de su propia realidad.

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5 Comentarios

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  Ateo

  un silencio amargo es la base de un matrimonio feliz. me gusto eso .buen texto

  05/04/09 12:04

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  Nigth14

  gracias ateo...fu? un placer. saludos!!!

  05/04/09 12:04

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  Orlawin

  Nuestras vidas son una fantasia en medio de dos realidades: lo que somos y lo que queremos ser. La ansiedad del alma se debe a que no podemos vivir plenamente ninguna. "Mitad despierto, mitad dormido".

  06/04/09 10:04

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  Nigth14

  pues muy cierto orlawin....todo se esfuma cuando nos quedamos medio despiertos medio dormidos. saludos!!!

  06/04/09 10:04

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  A3

  Hay tantas bailarinas como ella en el mundo...pero,por qu? no luch??

  11/04/09 10:04