Querida mía, perfecto bordón en la adversidad
que intentas mostrar a todos
que mirando a la cara y sin congojo
puedes perdonar cualquier crueldad.
Querida mía, búscate entre mis ojos
porque desde que te hiciste mía;
hacia otra linde no puedo mirar
y por ti entero me desalojo.
Ángel malherido que busca su verdad,
maltrecho camino que intentas olvidar
fijando tu corazón en el otro.
Ese que en principio te aceptó por curiosidad.
Ahora no solamente con amor te acepto,
tú, la herencia andalusí con aroma a cafetal,
sino que con el corazón abierto de par en par
te imploro que esa pasión sea más que un pretexto.
Pues casi no podría existir ya
si tras conseguir tu enamoramiento
descubro que me quedo sin tu aliento
por culpa de una media verdad.
Camino hacia la seguridad de tus ojos,
siento los contrastes destilados de tu mirada,
huelo el flagrante aroma que tus mejillas dispara,
y espero altanero los labios que besan a tu regojo
Eres la hermosura preñada de bondad,
la templanza que en buena confianza recojo
y en ansias de ti me atiborro
sabiendo que no se filtrará ninguna maldad
Para impetrar que mi sueño se haga realidad,
que como soy humilde y poco vergonzoso
es por ello que de rodillas me pongo
y te ruego que tu amor sea para la eternidad.
Querida mía, acéptame como esposo
Yo, te haré sentir la reina de cualquier lugar.
