TusTextos

Condenada Cap. Iv


CONDENADA
POR SER MADRE DEL SÍNDROME DE DOWN

Capítulo IV

Beatriz vuelve a estar en el colegio y Olga está entretenida con una de sus películas preferidas. La madre piensa que la va a gastar de tanto verla. No le gusta que su hija se acostumbre sólo al video. Le intercambia las cosas que más le gustan con las que menos, es una pauta a seguir para que no se idiotice con las nuevas tecnologías. Es paradójico; tiene dos hijas con una enfermedad llamada de forma popular “tontas o idiotas”; y lucha con todos los medios que tiene a su alcance para que esa “idiotez” se potencie lo menos posible. Por otro lado, las madres con hijos “normales” prefieren idiotizarlos para que no molesten. Cada vez está más convencida de que la vida entera es una paradoja.

Lucía está buscando entre las camas, en el ropero, en el arca, en todos los sitios que cree probable encontrar su tesoro escondido. Pero no encuentra nada. Casi desesperada, porque ve que está llegando la hora de recoger a Beatriz del cole y no ha hecho nada, el nerviosismo empieza a apoderarse de ella. Toda la mañana perdida y ni siquiera ha encontrado lo que busca con tanto ahínco. Por cuestión de segundos, se queda paralizada recordando. Ahora cree saber dónde guardó aquello que cree que puede sacarla de este problema. Pero no se atreve a dejar a Olga sola, ya que tendría que ir al trastero. Está bien, abandona por el momento. Esperará a la hora de la siesta, que estará la hermana por si ocurriese cualquier cosa.

Ya no solo es terrible sentirse sola y desamparada. Sino que es todo un agujero negro, que absorbe todo lo que te rodea. Es caer en un estado de nihilidad donde prima la desesperanza. Es como estar al borde de un enorme precipicio y volver la vista por doquier, buscando algo que aferrarte; y no encontrar otra cosa que espectadores esperando el fatídico final para alimentar su morbosidad. Cuando todo lo que te rodea son circunstancias adversas, cuando todo apunta a una inapelable condena, cuando necesitas más que nunca una palabra amiga, un brazo firme, una sonrisa sincera y cómplice; todos tiran la piedra que ellos antes han tenido que soportar. Es como un juego en que cada cual tiene que desembarazarse de su peso, y lo más fácil es tirársela a otro. Aunque éste esté lleno de mierda hasta las orejas.
Pero debe hacer algo. Ya no es por ella, sino por sus niñas. No quiere que mañana nadie les diga que no supo criarlas, o no supo luchar por ellas. Hay momentos que los que desearía que las tragara la tierra a las tres a la vez. Incluso hasta ser ella la verdugo y la suicida. Pero después de todo, no tiene la suficiente entereza para hacerlo. No puede ver sufrir a sus niñas, bajo ningún concepto.

Lucía rebusca en el trastero. Ha conseguido dormir a las niñas tras el almuerzo. Se echó con ellas en la cama para hacerlas creer que también dormiría con ellas. Está nerviosa, no le gusta que las niñas se queden solas, pero si no lo hace ahora; no podrá hacerlo nunca. Tiene un vuelco en el corazón cuando descubre, por fin, lo que buscaba. Está recubierto con una enorme manta, para que no sufriera ningún daño. Lo desenvuelve y lo coge con las dos manos. Tiembla. Pero sabe que es la única solución que le queda. No va a permitir que sufran sus niñas. Abre la escopeta que tiene entre las manos, y comprueba que está en perfectas condiciones.

Continuará
© Francisco González Bretones 18 febrero 2009
El Arqueólogo
Peico18 de febrero de 2009

3 Comentarios

  • Diesel

    !Qu? bien manejado el suspense!. Est?s escribiendo un drama lleno de intensidad connotativa y manejas excelentemente bien el idioma. Voy a seguir la historia que me tiene atrapado hasta el final. Un abrazote. Muy s?lida tu manera de ewscribir.

    20/02/09 11:02

  • Nemo

    Nos dejas pensando en lo que har? con eso que ten?a
    Muy bueno este cap?tulo!... La historia va agarrando velocidad... bueno, as? lo siento yo; y nos lleva entre las patas!!
    Te felicito!,
    Saludos amigo!!

    21/02/09 03:02

  • Danae

    Un cap?tulo que marca un vuelco en la situaci?n que hemos le?do hasta ahora, la de una madre implorante e indefensa convertida por amor de sus hijas en una mujer decidida y fuerte ... lo que queda en suspenso es qu? har?, y si esto es la mejor soluci?n ... Por otro lado, me ha encantado ese relato de las emociones de Luc?a ante una sociedad insolidaria. Un abrazo, sigo leyendo ...

    30/03/09 10:03

Más de Peico

Chat