“Sólo hay una cosa más sexy que una mujer desnudándose, y es un hombre desnudando a una mujer”. Su mente pronunciaba estas palabras mientras su corazón las escuchaba con la voz de aquella persona que un día le hizo creer en sí misma. No había pasado tanto tiempo desde aquella mágica noche pero había llegado Septiembre con su lluvia, su mal tiempo y su rutina y había barrido todas sus esperanzas de volver a quererse un poco. Los poetas le escribían a Abril, ella le echaba las culpas a Septiembre, una bonita e inteligente manera de huir de la realidad.

Tenía veinticuatro septiembres y los ojos verdes, tan verdes que olían a césped recién cortado. Veinticuatro septiembres y sólo tres o cuatro primaveras. Había dejado atrás su última primavera hace apenas tres semanas cuando su teléfono sonó a las cuatro del mediodía interrumpiéndole su tan preciada siesta. Al otro lado del teléfono él, deshaciéndose en excusas, palabrerías y más excusas. Cuando finalmente la conversación concluyó y ambos colgaron el teléfono ya no eran dos personas enteras, ella por lo menos se había quedado reducida a la mitad.

Lo que hablaron durante esos minutos no era importante, nada era ya importante, quedaban quince días para terminar el mes de Agosto pero ella ya había vuelto a la rutina, a esa estúpida rutina de quererle tanto y odiarse mucho más.

Se levantó de la cama, no iba a tolerar que el insomnio ganase esa noche la batalla otra vez. Fuera estaba lloviendo, los cristales del salón se habían cubierto de vaho y le tentaban a escribir su nombre en él, pero no lo iba a hacer, al menos no esa noche. Volvió a su dormitorio, respiró profundamente y se tomó dos pastillas que la ayudarían a conciliar el sueño. Nada odiaba más que las pastillas para dormir, es como quien debe tomarse una pastilla cada día para ser feliz, pero la ayudaban.

Su mente recordó vagamente la letra de una canción, “¿Dónde están las noches sin pastillas para dormir?” y sonrío, a veces sólo los cantantes de Rock la comprendían.

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2 Comentarios

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  Beth

  Me ha encantado la imagen de ojos verdes oliendo a césped.
  
  Yo he sucumbido muchas noches a las pastillas para dormir, y es horrible, solo un poco menos que pasar las noches en blanco. Muy buen relato

  10/09/13 08:09

• 

  Creatividad

  Me apunto a la misma frase que se Beth. Me ha encantado y lo de las pastillas, me alegro ya que nunca han sido una solucio. te borran la memoria. Saludos

  13/09/13 05:09