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Massacre En Shangai Vol.1: "el Inicio Del Quinto Dragón"

La ciudad de Tulsa (Oklahoma)

- No me interesa seguir vendiendo melones, ni bananas Joey!! De verdad es un gusto ayudarte, pero necesito dar un cambio radical a mi vida – decía el joven David Noah, que se encontraba en viejo puesto de frutas de la ciudad, atendido por su mejor amigo.
- Es solo por unas semanas más amigo; además, sabes que aún no tienes dinero para poner el dojo, la única forma es ayudándome aquí – respondió Joey, mientras acomodaba unas cajas de peras.
- Pagándome 25 dólares al día pondré el dojo en cincuenta años… de verdad debo irme Joey – argumentó el muchacho, sacándose el delantal y entregándoselo a su amigo, en señal de que sus palabras iban en serio.
David Noah era un gran conocedor de las artes marciales, había sido entrenado durante dos años por un maestro chino muy viejo de nombre Mad Dog (bah, en realidad era así como se lo conocía, ya que nadie sabía su verdadero nombre). Este sujeto lo instruyó con todas la sabiduría del Kung Fu, hasta que decidió dejarlo seguir por un sendero libre.
En realidad, Mad Dog nunca fue una persona muy querida por nadie, constantemente tenía problemas con miembros de la mafia china, instalada en varios lugares de América. Esas cosas suceden cuando alguien traiciona a sus pares, se ve permanentemente amenazado de muerte, y cosas así.
Hay un conocido dicho que dice: “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”; pues sí, esto fue lo que verdaderamente pasó…
Mad Dog había llegado expulsado de China en los años 70´s, tomando varios puntos de América para refugiarse, ya que los hijos protegidos de las más poderosas triadas estaban tras él, fuera donde fuera. Así pasó por Chicago, Austin, Orlando, San Diego, Erie y una docena de ciudades más, hasta instalarse finalmente en Tulsa, donde tenía una tranquilidad momentánea.
David siempre tuvo un sueño, el cual era el de levantar su propio dojo, donde instruiría a jóvenes igual a él en el arte del Kung Fu, transmitiendo las mismas enseñanzas que el mismo recibió. El único problema era la falta de dinero, como sucede en la mayoría de los casos. Esto imposibilitaba bastante sus pretensiones, aunque igualmente ya le faltaba poco dinero para lograrlo, teniendo ya hasta un lugar para construirlo.
Esa noche, David se encontraba muy intranquilo por la situación por la que estaba atravesando, sin mucho dinero para sobrevivir y totalmente desorientado, lo cual no lo estaba llevando por buen camino. Por perseguir tal ilusión, había perdido a su novia Lucy; en cuanto a sus padres, estos murieron en un accidente cuando el muchacho tenía catorce años, por tal motivo, hacía varios años que andaba solo por la vida.
Tras haber meditado un largo momento, David decide ir a ver a su antiguo maestro, aquella persona que le había enseñado todo lo que cosechó en todos estos últimos años. La primera visita a Mad Dog luego de un par de años.
Subiendo a su vieja y horrible motocicleta, el muchacho se dirige en plena noche por las desoladas calles. Ese barrio de la ciudad, precisamente no era muy recomendable a tales horas de la noche.
Pasando frente a un bar de mala muerte, éste ve que unos cuantos pandilleros se encontraban abusando de una pobre mujer, maltratándola e intentando violarla. Estos sujetos verdaderamente metían miedo, tenían el cuerpo llenos de tatuajes, piercings y de más está decir, acababan de salir de prisión. Lo mejor para cualquier persona sería mirar y seguir adelante; pero no.
David detuvo su motocicleta a un lado de la acera, quitándose el clásico casco negro que solía usar James Dean en sus películas, acercándose con pasos semi lentos hacia estos hombres.
- Suelten a la chica – decía David, parado enfrente a cinco sujetos muy malos, y él… como si no fuese a conocer las terribles consecuencias que eso podía acarrear.
- Jajajajajajajaja (reían los 5) - - ¿Y qué se supone que pueda pasarnos? – expresó uno de ellos.
- Dije que la suelten… ahora! – respondió David, dando a entender que no cedería por nada.
Este hombre se abalanzó sobre el muchacho, con su navaja en mano, dispuesto a cortarlo en pedazos, pero David era mucho más rápido que cualquiera, tan solo esquivaba los ataques filosos del oponente, para luego rematarlo de una terrible patada giratoria en la mandíbula, arrojándolo al piso con la violencia que semejante patada lo merece.
El segundo de ellos, un sujeto flaco de color, que tenía una cara de haber asesinado a varios de sus hermanos tardó un poco más en acercarse, pero obviamente terminó haciéndolo de una manera poco ortodoxa: el tipo se arrojó sobre David, recibiendo una patada en el estómago; una de aquellos que sufren una indigestión por 2 semanas.
El tercero, quien sostenía a la chica de los cabellos, optó por soltarla y tomar sus cadenas para empezar a girarlas. Sonriendo un poco, el hombre que tenía una pañoleta en la cabeza empieza a dar cadenasos sin parar, pero el muchacho sostuvo la extensa cadena con un rápido movimiento de manos, trayendo al sujeto con fuerza y dándole un terrible puñetazo en la cara, destrozándole por completo la nariz.
Por su parte, los dos restantes ni siquiera amagaron en acercarse, tan solo se miraron entre ellos y escaparon corriendo, sabiendo que iban a terminar igual o peor que sus amigos.
- Ve a casa preciosa, este lugar es peligroso – le decía David a la mujer, la cual aún estaba con un poco de pánico, pero había visto en él ese NO SE QUÉ que ven las mujeres cuando de verdad están agradecidas por algo… pero la misma, se quedó un par de segundos agregando: - Gracias por lo que hiciste por mí, jamás lo olvidaré – para luego retirarse del lugar.
El muchacho volvió a colocarse el caso, subiendo a su motocicleta y marchándose de allí. A decir verdad, David hacía esto casi todos los días de su vida; esto era como un entrenamiento para él, ya que era la única forma de mantenerse en la lucha, como él llamaba. Hacía una par de años que ya no participaba en torneos, y todo por la falta de dinero y personas que no confiaban en él.
A llegar casa de Mad Dog, el muchacho toca la puerta con mucha fuerza, ya que el hombre odiaba los timbres, diciendo que solo eran para volverte loco.
El mismo sale a recibirlo, con un aspecto muy venido a menos, como si fuese a envejecer diez años en cinco, realmente se lo notaba muy mal y deteriorado.
- Maestro, ¿qué le ha pasado? – preguntaba David, sin entender por qué su mentor se encontraba así.
El hombre oriental solo lo hizo pasar rápidamente, volviendo a cerrar la puerta de forma brusca. Ambos se sentaron sobre un viejo sofá, tratando de dar paso a la explicación.
- Siento haber venido así sin avisarle… sé que hace mucho no nos vemos ni hablamos, pero maestro… no pensé venir y encontrarlo así, ¿qué sucedió todo este tiempo? – preguntó nuevamente el muchacho.
- Desde que tú te fuiste han empezado a perseguirme cada vez más, porque sabían que ya no tenía quién me proteja. En repetidas ocasiones intentaron matarme, pero pude lograr sobrevivir. David, estoy demasiado viejo para esta vida, pero no quiero morir asesinado por mafiosos, corruptos y ese tipo de gente que solo busca satisfacción propia. No he comido en mucho en estos últimos meses; ya ni siquiera quiero salir de mi casa. De verdad estos sujetos quieren matarme –
- Maestro, esto no puede estar pasando, debió avisarme que estaba así. Vendrá conmigo – expresó David, intentando llevárselo con él.
- No, no… esos sujetos me localizarán y te matarán a ti también. Escúchame, escucha con mucha atención, tan solo déjame tomar un poco de aire… … … … debes ir hasta Shangai, a mi verdadera casa, una vez allí ubica a mi nieta, una mujer llamada Wai Ling, ella te entregará 500.000 dólares americanos; ese dinero lo estaba guardando para ti muchacho – explicaba Mad Dog.
- No puedo hacer eso maestro; es mucho dinero… además, usted sabe que pueden buscarme por todos lados teniendo yo ese dinero – decía David, sin entender demasiado la petición.
- Solo haz lo que te digo, antes de que sea demasiado tarde – explicó el hombre, tosiendo al dos por tres.
En eso, se empiezan a escuchar violentas frenadas de autos desde afuera, lo cual no presagiaba nada bueno. Al parecer, las horas del maestro Mad Dog estaban contadas.
- Son ellos, me encontraron! David sal por la puerta de atrás; vete ahora!! – exclamó el anciano, empujando a su alumno para que saliera de allí.
- No voy a dejarlo aquí maestro, otra vez no – dijo el muchacho, sin querer ceder.
- Escucha una cosa… si ellos llegan a verte conmigo te asesinarán sin dudarlo; eres la única esperanza que me queda David; tu misión es ir a Shangai a buscar ese dinero, y en búsqueda del quinto dragón… debes hacerlo – explicaba Mad Dog, dándole a su pupilo las últimas lecciones de su vida.
- Volveré a buscarlo maestro… - asintió el joven, el cual salió rápidamente por la puerta trasera, a sabiendas de que podía ser la última vez que veía a su maestro.
Sin siquiera tocar la puerta, tres hombres de origen chino y con trajes de negro entraron a la casa de Mad Dog, ya que no representaba ningún obstáculo. Uno de ellos se acercó tomando la delantera, este sujeto tenía una cicatriz en la cara que recorría desde la boca hasta el ojo derecho y además tenía la cabeza afeitada con una larga trenza.
- Dónde está mi dinero! Maldito viejo despreciable… - decía el hombre, tomando de la bata al anciano maestro.
- Ya les dije que no lo tengo hace años, deben creerme – argumentó Mad Dog, tratando de ocultar el destino del dinero que le había dicho a David que fuese a buscar hasta Shangai. Resulta ser que este dinero, había sido una estafa del propio Mad Dog a sus pares de la triada “Flor de Loto”, la más peligrosa de toda el área de Shangai.
- Sigues diciéndome la misma basura viejo idiota, y la verdad… ya te di muchas oportunidades. Ahora ya no me sirves para nada – exclamó el hombre, sacando una enorme pistola “Heckler & Kotch” 9mm plateada, dándole un disparo en la cabeza a Mad Dog y terminando con una paciencia que se vino prolongado por bastante tiempo. Los demás hombres también desenfundaron sus armas, uzis de calibre 9mm, vaciándole el cargador al anciano, llenando su cuerpo de agujeros y bañando el lugar de rojo profundo.
David no se encontraba muy lejos del lugar, por lo cual pudo escuchar los disparos, conociendo muy bien cuál era la respuesta a todo ese problema, del cual no sabía por completo la verdad de la historia. Conociendo el peligro, igual decidió volver hasta la casa del maestro, con un enorme cargo de consciencia por cómo lo había dejado la última vez.
Los hombres buscaron el dinero por toda la casa, pero era algo obvio que no lo tendría allí. Si a una persona la buscan con un cierto monto de dinero, no van a ir a buscar a su casa, ¿o sí?, bueno en fin…
Uno de los hombres orientales, con unos ridículos lentes de sol Ray Ban dice: - El dinero no está aquí, ya perseguimos a este viejo por todos lados y no encontramos el maldito dinero –
- Es cierto, lo perseguimos por toda América, pero no partimos desde la base… … ese dinero tendría que estar en Shangai, es el único lugar donde puede mantenerse seguro, pero no por eso fuera de nuestro alcance – argumentó el peligroso sujeto, mientras limpiaba la sangre que se le había salpicado en el traje.
Los mismos subieron a sus autos y se retiraron del lugar, habiendo terminado con la vida de Mad Dog, y ahora en busca del dinero que originalmente les pertenecía. ¿Ajuste de cuentas? Pues sí, esto es muy normal cuando alguien está metido en cosas así. Es más, cada mafia local tiene su manera de actuar, pero estos tipos verdaderamente eran el terror de cualquier persona.
David regresó a la casa, dándose cuenta que ya no había más nadie; por tal motivo, decidió abrir la puerta con bastante agresividad, viendo a su maestro tendido en el suelo y totalmente lleno de sangre.
El muchacho se arrodilló ante él, largando un río de lágrimas de impotencia al no haber podido hacer nada. Todo parecía complicarse aún más en su vida.
Una sola cosa quedaba por hacer, ir hasta Shangai y buscar ese dinero, el cual podía dejarlo llevar una vida tranquila y cumplir varios de sus anhelos, pero claro… debía llegar antes que estos sujetos, o las cosas podían ser muuuuy feas.

A la mañana siguiente…

David fue hasta la casa de su ex novia, una bella morena de tan solo 21 años, ¿para qué?... de algún lado tenía que sacar el dinero para el vuelo, eso estaba claro.
Tras golpear repetidas veces la puerta, la muchacha sale con una bata rosada, lo cual la dejaba aún más atractiva. Tal vez si el momento era diferente, habría tiempo de un ula – ula.
- David ¿qué estás haciendo aquí? Por lo menos hubiese llamado antes – decía la chica, aún molesta por las actitudes que presentaba su ex.
- Lo siento Lucy, de verdad. Pero necesito pedirte un enorme favor… - argumentó David, con poco ánimo hasta el momento.
- ¿Pedirme un favor? Creo que te olvidaste las cosas que hiciste, ¿qué acaso estás loco? –
- Anoche mataron a Mad Dog unos sujetos muy peligrosos, debo ir hasta Shangai y buscar 500.000 dólares antes que ellos lo encuentren primero – explicaba éste, con palabras bastante más aceleradas.
- David, tú siempre estás metido en algo raro, eso es lo me molesta de ti. Además… ¿yo que tengo que ver en todo esto? – preguntaba Lucy, a punto de terminar la conversación.
- Necesito que des los mil dólares que habíamos guardado para nuestra boda. Estoy seguro que aún tienes ese dinero… por favor Lucy, esto es muy importante para mí; si llego a conseguir ese dinero podremos estar tranquilos e irnos a vivir a un lugar mucho mejor, fuera de toda esta horrible ratonera –
- Tú siempre tienes algo más importante que yo. Llévate el dinero si es lo que quieres, al cabo que no iba usarlo de todos modos – expresó la muchacha, entrando de nuevo a la casa a buscar ese dinero, ya que nunca podía entablar una conversación de más de cinco minutos con su ex pareja.
Lucy fue hasta su habitación, sacando de una pequeña caja con dibujos de Minnie Mouse los mil dólares, llevándoselos al muchacho.
- Aquí está el dinero… Sabes David, pensé que en todo este tiempo cambiarías, de verdad tenía esa esperanza; igual te deseo que tengas suerte en la vida, porque no soy una mala persona – decía la bella joven.
- Prometo que conseguiré ese dinero y nos iremos a un lugar maravilloso, fuera de toda esta peste, lo prometo… - fueron las últimas palabras de David, el cual se retiró de allí, subiendo a su motocicleta y agradeciendo desde el fondo de su corazón la ayuda de Lucy, aunque no era muy demostrativo por lo general.
Tras llegar al aeropuerto de la ciudad, el muchacho va a comprar una revista para el viaje, que sería un tanto largo. En eso, ve a un hombre con una actitud un tanto extraña, uniformado como si fuese un miembro de alguna corporación mafiosa importante. Este sujeto tenía puesto unos lentes de sol, con un portafolio en manos.
David solo lo ignoró y fue a comprar su revista, ya que gente así se veía bastante a menudo en aeropuertos así, aunque un tanto no demostrativas muchas veces.
Revisando un par que no decían mucho, finalmente toma el último número de la revista Rolling Stone, con una fotografía de Lemmy Kilmister en la portada. REGLA 1: “Si Lemmy está en un portada sin dudarlo es opción de compra”.
Este extraño hombre se acerca a David, entregándole un sobre y retirándose nuevamente, por suerte no llamó la atención de ningún oficial de seguridad, siquiera a una persona ordinaria.
¿A qué refería esto? Todavía no estaba al alcance de nadie saberlo, pero David estaba metido en un problema del cual él ni siquiera podía imaginar un 10% lo peligroso que era.

Shangai (China) un par de horas más tarde…

Shangai es la ciudad más grande de la República Popular China, con 18.450.000 habitantes y una de las ciudades más pobladas del mundo. Está situado al sur del delta de Yangzi, junto al río Huangpu, el cual desemboca en el Mar de la China Oriental. En chino, las abreviaturas de Shangai son Hú y Shén. Los dos caracteres chinos en el nombre de "Shanghái", (上, shàng, y 海 hǎi) literalmente significa "hasta, en, o por encima" y "mar", respectivamente, evidente de la ubicación de Shangai junto al Mar de China Oriental. La aparición temprana de este nombre data de la Dinastía Song (siglo XI), momento en el que ya existe una confluencia de ríos y una ciudad con ese nombre en la zona. Existen controversias en cuanto a la forma en que el nombre debe ser interpretado, pero oficiales de las historias locales han dicho que significa "la parte alta del mar". Sin embargo, otra lectura, sobre todo en mandarín, también sugiere el sentido de "ir hacia el mar", lo cual es coherente con el puerto marítimo de la ciudad.
Llegando a la grande y multitudinaria ciudad de Shangai, David como primera medida va a buscar un lugar al cual poder registrarse e instalarse. Era increíble la cantidad de gente que se podía ver en las calles, como una especie de un circo hiper poblado.
El muchacho tenía un par de direcciones como referencia, entre ellas la de un barato motel, atendido por unos ancianos de no mucho tiempo de vida. El mismo se encontraba situado en el corazón del mercado chino, donde nunca faltaban los problemas, y prácticamente era considerado el barrio más peligroso de toda el área chinesca.
Llegando al lugar en un taxi bastante bien cuidado y conducido por un gracioso chofer que parecía la reencarnación de Charlie Brown, lo cual resultaba bastante cómico, David entra al mercado chino, en busca del supuesto motel o lugar residencial, o vaya a saber uno qué era.
Allí dentro había de todo, menos caras bonitos. Parecía un enorme show de comerciantes que por la noche maltrataban a sus prostitutas, cobrando gran cantidad de dinero. Antes de llegar al final del pasillo, el muchacho ve un cartel un tanto húmedo y poco legible que decía “Sung Gai Motel”, encontrando el lugar que estaba buscando.
Tras ser recibido por un hombre anciano llamado Tong, el cual le dio las llaves de su habitación, David por primera vez, ya un tanto más cómodo y relajado, decide abrir el sobre que le había entregado el extraño hombre en el aeropuerto, ya que no lo había hecho antes por miedo de que estropease su viaje. La nota decía algo así como: “No podrás esconderte… te encontraremos. No podrás escapar… te buscaremos. Sabemos quién eres”.
El muchacho sabía que los que lo estaban persiguiendo, eran nada más y nada menos que los asesinos de su maestro. Pero la pregunta era ¿quiénes eran estos tipos? Era lo que había que descifrar antes de que fuese demasiado tarde y fuese peor el remedio que la enfermedad.
Esa tarde
David había ido en un taxi hasta la casa de Wai Ling, sobrino de Mad Dog, que aunque no la conocía en persona, tenía muy buenas referencias de ella y tenía la certeza de que era una muy buena persona.
La casa, según los datos, estaba ubicada a la vista de un bello aunque antiguo muelle, con mucha actividad pesquera en esa zona. La misma era un gran movimiento comercial por las mañanas, ya que después el resto del día se descansaba.
Acercándose a la puerta, el joven se pone unos instantes a pensar en cómo había sucedido todo, hasta ese momento allí en Shangai; a punto de recibir una especie de recompensa por parte de su maestro. Todo giraba en torno a la incertidumbre.
Tras golpear suavemente la puerta unas tres veces, una hermosa muchacha sale a recibirlo; la misma tenía no más de 17 años y era la asiática más bella que los ojos de una persona pudiesen haber visto. No es exageración… de verdad era así.
David dominaba el dialecto wu, habiendo aprendido de su mismo maestro durante varios años. Eran difíciles de formular las primeras palabras, ya que la belleza de la jovencita era muy atrapante.
- Hola… ¿eres Wai Ling? – preguntó éste.
- Sí, soy yo. ¿en qué puedo ayudarte? –
- Mi nombre es David Noah, soy americano. Durante muchos años fui discípulo de tu abuelo. ¿Podemos pasar a la casa? Hay cosas que debo decirte… - decía el muchacho, pasando a la parte más difícil.
Sentándose junto a una pequeña mesa, con un bello mantel con imágenes de geisha, David pensaba cómo decirle la mala noticia a la persona que acababa de conocer.
- He venido desde muy lejos para traerte este mensaje; créeme que si para ti es difícil, para mí lo es más aún. Ok… … tu abuelo murió ayer, lo asesinaron unos hombres desconocidos – explicaba el joven, muy nervioso por la situación.
- ¿Por qué mataron a mi abuelo Mei Chu?!! No puede ser cierto esto… - expresó la hermosa Wai Ling, con lágrimas que empezaban a caer de sus ojos. Era la primera persona además, que revelaba el verdadero nombre de Mad Dog, que nadie jamás lo había escuchado, bueno… al menos en América.
- De verdad no lo sé… pero necesito que me ayudes a averiguarlo. Me sentí muy impotente al no haber podido ayudarle. No sé quiénes fueron los responsables de esto, pero sí sé que son muy peligrosos – argumentó el muchacho.
Wai Ling fue hasta la cocina, donde se tomó unos minutos preparando algo de té, tratando de calmar un poco el nerviosismo que el momento deparaba. Algo resultaba un tanto extraño, ya que la joven no veía hacía mucho tiempo a su abuelo, entonces… ¿por qué le resultaba tan sorprendente su muerte, si es que hacía tiempo no sabía nada de él?
Sirviéndole algo de té a David, Wai Ling decía con voz muy suave: - Mi abuelo Mei Chu estaba metido con la triada “Flor de Loto”, hasta que le robó dinero al jefe Han y escapó hacia los Estados Unidos. Estoy segura que fueron ellos los que mataron a mi abuelito –
- ¿Quieres decir que fue el mismo jefe Han quien lo mató? – preguntó David, captando el trasfondo de la situación.
- No… bueno… en realidad sí, mas o menos. Él dio la orden para que lo mataran, pero el que siempre se encarga del trabajo es su hijo Jiangxi, así que lo más probable es que sea él quien lo mató – decía Wai Ling, tomando algo de su té.
Las cosas no pintaban nada bien, solo era cuestión de tiempo para que encontraran a David y lo mataran. Mad Dog en gran parte, había cometido un error al enviarlo hasta Shangai.
- Creo que lo mejor será que vuelvas a los Estados Unidos, porque vendrán a buscarte. Hazme caso, esto no tiene sentido – explicaba Wai Ling, tomando algo de su té.
- No, no voy a irme… sé que esto es sumamente peligroso, pero no voy a dejar que la muerte de mi maestro quede en la nada; no me interesa en qué estuvo metido, pero él me enseñó muchas cosas en mi vida. Voy a perseguir al culpable de esto – decía David, levantándose de su silla.
- Es una locura!! ¿No te das cuenta que son miembros de una de las mafias más peligrosas de todo el mundo? Yo también quiero ver tras las rejas al culpable de todo esto, pero sé muy bien que eso no pasará, porque la policía no se mete con estos sujetos – agregó la bella muchacha.
- Debo irme Wai Ling. Vendré a verte mañana, necesito que me ahondes un poco más en detalles sobre quiénes son y que representan verdaderamente estos tipos. Relájate un poco, yo haré lo mismo… - dijo el muchacho, tomando del hombro a la jovencita, como dando un poco de esperanza que no parecía ser la mejor.
Al día siguiente
El segundo día de estadía ya había presentado una tremenda lluvia con tormenta, lo cual era bastante habitual en esas épocas en esa región. Todos estaban metidos en sus casas, siendo consumidos por el agua que no dejaba hacer nada.
David se encontraba mirando algo de televisión, siendo la única distracción que tenía, ya que era una persona sumamente pensativa y calculadora. Los noticiarios a cada momento daban los reportes meteorológicos, tratando de informar cuándo acabaría semejante lluvia.
De repente, alguien golpea la puerta de su habitación. Era extraño, porque el clima estaba horrible y por lo general, allí no se tenía la costumbre de molestar al otro. Tras levantarse de la cama, el muchacho se dirige a ver quién necesitaba qué.
Tras abrir la puerta después de unos segundos, un hombre vestido de negro y con lentes de sol golpea fuertemente al muchacho en el rostro, arrojándose sobre él y derribándolo al piso, donde seguía golpeándolo sin que éste pudiera reaccionar.
Este sujeto no estaba solo, si no que venía acompañado de dos tipos más, bien armados y con pocas agallas. Era obvio que tarde o temprano iban a encontrarlo, eso estaba de más decirlo. Pero de verdad no se jodía con estos sujetos, ya que no valoraban medio centavo de la vida de nadie, tan solo les importaba el dinero y conservar su honor.
Tras golpearlo repetidas veces, el hombre se detiene, arreglándose un poco su traje, y diciendo un poco agitado: - Dónde está el dinero maldito infeliz! Dímelo o te mataré –
David tenía el rostro lleno de sangre y muy poco poder de reacción; juntando un poco de fuerzas respondió: - Yo no lo tengo… y aunque lo tuviese, jamás se los daría –
- ¿Crees que vas a burlarte de nosotros? No sabes con quién te estás metiendo muchacho, jajajajja de verdad eres más estúpido de lo que creí – agregó este hombre, dándole una patada en el estómago al malogrado David, el cual estaba siendo humillado por gente muy peligrosa.
Estos sujetos, miembros de la triada “Flor de Loto” eran los responsables de la muerte de cientos de personas por año, ya que matar para ellos no significaba absolutamente nada y podían provocar pánico hasta en un planeta desconocido (por decirlo).
- No cumples con el trato y mueres… es tan simple como quitarle el dulce a un niño – decía este sujeto, quitando una enorme 9mm de su traje negro. David reacciona en el momento que éste le apuntó directo a la cabeza, dándole una patada en la mano, lo cual hizo que el hombre arrojara la pistola; fue ese en el cual el muchacho tomó el arma y le disparó rápidamente a los tres en la cabeza, terminando con el problema momentáneo.
Estos tipos tenían una motivación bastante grande, pero en gran parte… ellos tampoco sabían con quién se estaban metiendo, ya que David Noah era un gran luchador y podía poner a prueba sus habilidades en cualquier situación.
Éste además ya había sido encontrado, por tal motivo, ya no tenía sentido quedarse en ese lugar. La bella Wai Ling también corría un enorme peligro, por lo tanto había que ocuparse de eso primero.
La tarde estaba cayendo y la lluvia no parecía querer detenerse, pero David tenía una misión que cumplir, ya se había terminado el tiempo de reflexión y de jugar a ver quién juntaba más dinero, esto ya era cuestión de vida o muerte.
Dirigiéndose hasta la casa de la joven Wai Ling, el muchacho golpea repetidamente la puerta, mojándose como una gallina en pleno julio. Ésta sale a recibirlo, haciéndolo pasar antes de que coja un resfriado.
Wai Ling tenía en sus manos un maletín negro, precisamente donde tenía los 5000.000 dólares que “Flor de Loto” estaba buscando.
- Te ves pésimo!! ¿qué te hicieron? – preguntaba la muchacha, abrazando a la única persona que podía acompañarla en esa difícil situación, además de ser la única que tenía per sé.
- Unos tipos fueron a buscarme para matarme y llevarse el dinero, por suerte pude deshacerme de ellos. Escucha con atención, corres un peligro extremadamente grande quedándote aquí con este maletín, ellos no tardarán en venir a buscarte a ti también. Debemos irnos… - expresó David.
- ¿Adónde iremos? – preguntó la jovencita.
- Dímelo tú… este apenas es mi segundo día aquí – respondió el muchacho.
- Iremos a lo de Song, allí nadie podrá encontrarnos – argumentó Wai Ling, pareciendo tener la solución al pequeño “gran” inconveniente.
¿Había dicho anteriormente que estos tipos eran rápidos? Bueno, si no lo dije ahora lo digo. Sin siquiera comprobar que ya tenían el dinero, el jefe Han envió a dos hombres más hasta la casa de la joven Wai Ling, ya que había que cubrir todas las posibilidades y no especular con encontrar el dinero en un solo lugar.
- Creo que ya me encontraron!! ¿qué vamos a hacer? – exclamó la chica, sosteniendo fuertemente el maletín con ambas manos.
- Métete en tu habitación y no salgas allí… - dijo David, sabiendo perfectamente lo que debía hacer.
Arrimándose a la puerta, el muchacho espera que estos sujetos se acercaran a golpear, aplicando métodos poco ortodoxos con las artes marciales, pero bueno… estos casos requerían eso.
Estos hombres ni siquiera tocaron la puerta, sino que entraron con toda su furia incontenible, pero David había tomado dos enormes cuchillos de la cocina, los cuales se los clavó a cada uno en el ojo, sin que siquiera pudiesen dar el primer paso… todo esto mientras el piso se llenaba de sangre amarilla.
Estos tipos además tenían AK 47´s!! ¿de dónde un par de chinos sacaron AK 47´S? Ok, podrán comprar las armas más caras del mercado mundial, pero… eso es igual que ver a Clint Eastwood con una katana o algo así, no todos los muñequitos entran dentro de la misma bolsa de soldaditos.
- Espero que el tal Song no viva muy lejos – pensaba David, cansado de deshacerse de personas que a toda costa intentaban matarlo.
Song era un anciano de casi 90 años, el cual poseía una sabiduría enorme, además de haber sido un luchador excepcional en sus tiempos, aunque de esto pocas personas pueden dar fe. Según cuenta una leyenda china, cada 250 años aparece un guerrero capaz de combatir a muerte contra quien se le oponga, este guerrero es conocido como “El Quinto Dragón”, haciendo referencia al último de los dragones del reino del emperador Qin, el cual es invencible y siempre tendrá la fuerza para volver la batalla. Este anciano tenía una historia bastante cómica para algunos, ya que cuando era joven solía decir que el era la reencarnación de “El Quinto Dragón”. Ahora solo vivía en una pequeña casa, alejado de la sociedad, esperando sus últimos días nada más.
Ambos se dirigieron a la casa de este hombre, quien por muchos años había sido amigo de Mad Dog, habiendo compartido varias batallas de entrenamiento y un aprendizaje único.
- ¿Conoces bien a este hombre? – preguntaba David, sentado en el asiento trasero del taxi.
- Prácticamente me crié con él… desde que la triada “Flor de Loto” mató a mis padres, y mi abuelo Mei Chu fue a los Estados Unidos, la única persona que podía cuidarme y con la que estaría segura era Song – explicó la jovencita, que no tenía un pasado muy alentador.
- Estos tipos no se van a salir con la suya. Wai Ling, te prometo que la muerte de tu abuelo no será en vano, yo me encargaré de que paguen por lo que han hecho – arremetió David, sin mucha consciencia de que estaba solo y que estos sujetos podían matarlo muy fácilmente.
- Espero que así sea… - suspiró la muchacha.
Song vivía en una pequeña casa un tanto alejada de la ciudad, fue precisamente allí donde estacionó el verde taxi. Los dos jóvenes se dirigieron a la puerta, golpeando muy suavemente, ya que éste hombre era bastante temeroso en los últimos tiempos, ya que durante años también estuvo metido junto a la triada “Flor de Loto”, pero optó por otro camino y terminó sin dinero, temiendo porque vinieran a matarlo en cualquier momento.
Fue grande su sorpresa al ver a la ahora ya mujer Wai Ling, puesto que hacía bastante tiempo que no la veía. Song había sido como un padre para esta muchacha, así que siempre estaba dispuesto a ayudarla.
- Muchachita, no puedo creer ¿qué haces aquí? – expresó el anciano, tosiendo un poco al hablar.
- ¿Podemos pasar, Song? Hay varias cosas de las que quiero hablarte – agregó Wai Ling, presta a contarle al hombre todo lo que estaba sucediendo.
Sentados en el bello y pequeño living de la casa, la muchacha le puso al tanto a Song de todo lo que desgraciadamente había ocurrido: lo de la muerte de Mad Dog (Mei Chu), y lo de la persecución a ambos por el dinero que se le había robado a la “Flor de Loto”.
- En realidad no me extraña que hayan matado a Mei Chu… en algún momento iban a encontrarlo y eso él lo sabía, yo también lo sabía. Conmigo ocurrirá lo mismo, pero ya estoy muy viejo para esconderme… - decía Song, mientras tomaba algo de té, que la misma Wai Ling se lo había preparado.
- ¿Cómo hago para matar al jefe Han? – preguntaba David, soltando las palabras más increíbles que alguien pudiese escuchar.
- Espero que eso sea solo un chiste muchacho. Nadie puede matar al jefe Han, ni el mismo ejército. Olvida todo lo que Mei Chu pudo haberte dicho que hicieras, olvida este maldito dinero y vete a casa si no quieres que te maten – explicaba el sabio Song.
- Lo siento, pero no me iré a ningún lado. Le hice una promesa a mi maestro y no voy a fallarle; no me importa lo que haya podido hacer en el pasado, solo quiero encontrar al culpable de todo esto y matarlo, no me importa nada más. No tengo nada que perder Song, así que no me iré hasta conseguirlo – decía el muchacho, sacando de las casillas al anciano.
- Han es un hombre al que solo le importa el dinero, a causa de esto mató a su propio hermano Liu Bang… ves lo que te digo, esto no va a cambiar nunca, y por tu rebeldía hasta puede empeorar – dijo el hombre, colocando su taza de té sobre la pequeña mesa de vidrio.
- Lo que dice Song es verdad David, por favor deja de ser terco y escucha las palabras de los que saben; esto puede terminar muy mal - expresó Wai Ling, tratando una vez más de hacer entrar en razón al muchacho.
- De verdad agradezco mucho su preocupación, pero no es justo que nadie haga nada al respecto y esos tipos sigan haciendo lo que quieren... alguna forma debe haber para detenerlos - decía David, parándose del sofá y empezando a caminar en círculo.
De repente un enorme silencio se hizo sentir, ya que no había forma aparente de hacer entrar en razón al muchacho, el cual solo tenía sed de venganza y parecía no importarle absolutamente nada. Aunque lo que él decía era cierto, no tenía nada que perder, pero aún así... lo que trataba de hacer era una verdadera estupidez.
- Si tanto de verdad deseas cobrar venganza por esto, tienes un primer paso muy importante... - decía Song, notando que era la única solución para dar en ese momento.
- ¿De verdad? y... ¿cuál es? - preguntaba el muchacho.
- Cada tres años se organiza un torneo, el cual se hace llamar "La Massacre", ya que se compite a muerte, sin importar reglas y con el solo objetivo de alimentar el sentido más absurdo y primitivo, la violencia. El actual campeón es Jiangxi, y seguirá siéndolo a menos que alguien tenga las agallas para vencerlo - explicaba Song, tomando algo de su té.
- ¿Hasta en eso hacen trampa estos malditos? - preguntaba David.
- No; aquí no se admiten trampas. Es solo que de verdad nadie ha podido vencer a Jiangxi, él es un luchador excepcional y nadie pudo derrotarlo hasta ahora. Lo único y lo último que voy a decirte es que si aceptas entrar en este torneo debes ser consciente de que estás jugando con la muerte de la manera más cercana - argumentó el anciano, un tanto hostigado de tanto hablar.
- Tal vez tengas razón Song, voy a entrar a ese torneo... entrenaré muy duro y voy a vencer a Jiangxi; solo de esa forma esos tipos sabrán con quién se metieron - expresó David, muy enfocado en su venganza.
El torneo comenzaría en unas dos semanas, los mejores luchadores de China participaban en él. Aquí estaba muy en juego la vida y la muerte, ya que en cada uno de ellos morían varios luchadores, combatiendo hasta el último aliento.

Al día siguiente

David tomó un taxi y fue hasta un pequeño restaurante llamado simplemente "Yi", del cual Han era el dueño y sus hombres siempre estaban custodiándolo. Esto era muy arriesgado de su parte, ya que con el simple hecho de verlo entrar ya podían meterle un tiro en la cabeza.
Ya era inútil seguir escondiéndose, había que afrontar la situación y empezar a aclarar las cosas. Esto obviamente mantenía muy preocupados a Song y a la bella Wai Ling, ya que sabían que era muy probable que no volviesen a ver al muchacho.
Tras encontrarse en la puerta del local con dos hombres vestidos de punta a punta en negro, con unos lentes de sol y unas armas que abultaban sus trajes, el muchacho se baja del taxi, diciendo rápidamente: - vengo a hablar con Han… es acerca del torneo “La Massacre” –
Los hombres se miraron entre sí, notando que el muchacho tenía bastantes agallas para caer así nada más, sin temer lo que podía depararle. Pero a su vez, se dieron cuenta que lo más factible era hacerlo pasar y que arreglara las cuentas con el mismo jefe chino.
Tras chequearlo para ver si no portaba armas, estos lo dejaron pasar, acompañándolo a la oficina del poderoso hombre, el cual operaba bajo la clandestinidad de un pequeño, pero muy bello restaurante, el cual algunos solían llamarlo como “el lugar de la muerte segura”.
Uno de estos, el cual era calvo y con un aspecto bastante amenazante golpeó la puerta de la oficina, donde le comentó la situación al hombre, que precisamente se encontraba con su hijo protegido, quien tenía el dominio del torneo y nadie ni nada podía arrebatárselo.
- No puedo creer lo estúpido que uno puede llegar a ser en esta vida… veo que tienes bastante valor chico… por tal motivo, voy a escuchar lo que tienes para decirme, y espero que eso sea “tengo los malditos 500.000 dólares que el idiota de Mei Chu me robó – decía el jefe Han, tomando algo de vodka, del cual se hizo un ferviente fanático durante su corta estadía en Moscú a fines de los 70´s.
- Vengo a decirle que participaré en el torneo; ustedes me arrebataron algo que yo quería con toda mi vida. No me importa si muero combatiendo; pero si llego a ganar, no quiero ningún premio ni nada, solo el respeto que me merezco y demostrarles que no le tengo miedo a nada. Si pierdo, les daré los 500.000 dólares que les pertenece. Solo pido que me dé la oportunidad de pelear con Jiangxi – explicaba David, casi sin pestañear.
- Jajajaja… esto no es tan simple como crees muchacho; para combatir con Jianxgi primero deberás pasar por varios rivales complicados en este torneo, ya que él solo peleará con el que llegue hasta el final – argumentó Han, subestimando al joven.
En eso, Jianxgi se levanta de su silla, colocándose frente a frente con David, diciéndole: - Jamás podrás vencerme, ni en tus más remotos sueños… yo soy la reencarnación de “El quinto dragón”; soy el mejor luchador que pueda haber y voy a matarte, así como lo hice con tu estúpido maestro –
David tan solo miraba a la persona responsable de todo lo que su ira actual correspondía, sin decir una sola palabra, pero con una mirada que daba a entender todo lo que quería expresar en ese momento.
- De acuerdo, estás dentro del torneo muchacho. En 15 días veremos lo que tienes, pero déjame decirte que lo que tú imaginas como venganza está sumamente lejos de tus posibilidades. Fue estúpido venir desde América, para encontrarse con la muerte en el peor lugar de todos – agregó Han, dándole a David una hoja amarilla, la cual contaba la historia de “La Massacre” y lo que representaba en la cultura de ese país, siendo la más clara representación de la vida y la muerte.
David se retiró del lugar, sabiendo que había logrado dar el primer paso, aún con bastante temor y con los nervios que no lograban salir de él. Esto era normal, ya que estaba en la jaula de los leones. El momento se acercaba, las cosas se complicaban cada vez más; si había algo que había aprendido de Mad Dog era ese orgullo incontenible, que no lo dejaba retroceder en ningún momento.
Tras volver a casa, todo había resultado como se esperaba, y por suerte el joven David podía respirar un aire un tanto más tranquilo. Wai Ling y Song se sorprendieron al escuchar que el mismo tenía la posibilidad de competir en el torneo. Aunque en el fondo, Song sabía lo que esa competencia representaba, y no era cualquier cosa.
- Hijo, de verdad me doy cuenta que eres igual a Mei Chu.. . pero bastante más estúpido a decir verdad, porque él no habría hecho eso. “La Massacre” representa algo peor de lo que siquiera puedes imaginar en tu subconsciente. Es una batalla a muerte, en la que no existen reglas, no existen límites, pero por sobretodos las cosas, no exige compasión – explicaba el anciano, que parecía saber bien a qué se enfrentaría el muchacho.
- ¿Has participado en ese torneo, verdad? – preguntó David, un tanto terco como siempre.
- Hace ya muchos años, pero es algo que preferiría no recordar. Hace ya casi 60 años de eso; fue una guerra interminable, pero pude llegar a la batalla final… solo que no lo hice, porque sabía que moriría seguro contra Niagi, un guerrero con una mentalidad completamente asesina, que no tenían piedad de nadie y solo se conformaba con el hecho de matar a quien sea. Él ganó esa final, contra el oponente con el cual me dejé vencer. Hasta ahora recuerdo los gritos de ese desgraciado cuando Niagi le rompió la columna de una terrible patada en la espalda a traición; pero no terminó ahí, no conforme, Niagi se arrodilló y le rompió el cuello con sus propias manos… ¿ves lo que te digo, muchacho? Esto no es lo que te imaginas – decía Song, muy sabio en todas las cosas.
- Creo que es un riesgo que deberé correr - fueron las últimas palabras de David, el cual tomó su chaqueta de cuero y se retiró del lugar.
En el momento de abrir la puerta, un hombre con un largo sobretodo y un palillo de madera en la boca se encontraba parado frente a esta, diciendo: - ¿Eres tú David Noah? –
- No, ¿quién es usted? – expresó el muchacho, al cual no dejaban de atocigarlo por un instante desde que llegó.
- Soy el detective Cooper, de la policía especial de Tulsa. Si es tan amable me gustaría hablar con usted, y explicarle el motivo por el cual estoy aquí – decía el hombre, que parecía un algo muy extraño en ese momento, ya que era una de las personas menos esperadas en un momento similar.
- De acuerdo… - asintió David, dejando pasar al hombre.
Este sujeto no estaba allí por casualidad; era un enviado especial de la agencia interna de la fuerza especial de Tulsa, que ya hacía un tiempo que seguía los rastros de este joven, pero más particularmente lo que estaba relacionado con Mad Dog, alguien que nunca fue dejado de lado por ningún miembro del hampa, ni por la misma policía.
Sentados en el sofá, mientras Cooper se quitaba el sobretodo, colocándolo a un costado, y procediendo a encender uno cigarrillo “Texas Flavor”, con su habitual zipo dorado, se presta a explicar la situación: - Verás David, a estas alturas te darás cuenta que no estoy aquí por una maldita casualidad. Créeme que no gano lo suficiente como para hacer estas cosas obligadas a esta altura de mi vida. Hace unos seis meses vengo investigando tu relación con un hombre llamado Mad Dog, quien no sé si sabrás, pero estuvo metido en varias cosas malas en su vida… pero eso ya es sapo de otro pozo. Verás, en un principio involucramos a este hombre en el asesinato de uno de nuestros oficiales, el Sargento Wyman, porque creíamos que el mismo era uno de los hermanos de la triada “Flor de Loto”. Por tal motivo, estuvimos a punto de arrestar a tu maestro y a ti, por supuesta complicidad. Pero no teníamos las suficientes pruebas, ya que solo era lo más acertado posiblemente en suponer; pero no… yo seguí investigando por mi cuenta, hasta descubrir que Mad Dog no era el problema que necesitábamos resolver, más bien era algo mucho más grande y peligroso, como el mismo jefe Han. ¿Y sabes qué? Fin de la historia. Una vez que estamos tratando con una persona así debemos olvidarnos del tema y pasar a otra cosa. Para que veas las idioteces cobardes que te enseñan en la fuerza especial, que supuestamente fue creada para combatir contra los malos –
- ¿Qué me está queriendo decir con esto, detective? En realidad no sé qué hace aquí – preguntaba David, al tanto de que el hombre muy claramente había explicado que se olvidaron del tema.
Dándole una pitada a su cigarrillo, éste dijo: - Te metiste en camisa de once varas muchacho… por tu bien, regresa conmigo a los Estados Unidos y evitarás tu muerte segura. No saldrás vivo de Shangai, no deberías haber venido. No sé si fue Mad Dog el que dijo que vengas, o fue tu instinto el que te lo dijo, pero fue tirarte a la jaula de los leones. Es en serio, a menos que aceptes mi ayuda, no tendrás futuro –
- Creo que ya es demasiado tarde para detenerme a pensarlo, detective. Participaré en ese torneo, así eso me cueste la vida – explicó claramente el muchacho.
Cooper fue consciente que era casi imposible persuadir a David, ya que no le importaba más nada. Ni siquiera regresar a los Estados Unidos representaba una opción para él; la sed de venganza lo era todo.
- De acuerdo, creo que entonces me iré. Veo que no entras en razón por un maldito segundo. Pero me quedaré unos días más en Shangai, por lo menos para asegurarme que no te suceda nada. Ya que llegué hasta aquí, al menos haré lo que deba hacer – agregó el detective Cooper, siendo la persona más confiable y de ayuda que había aparecido hasta el momento.

Gotas del pasado

David había vuelto a entrenar con la dureza de antes, en los tiempos en los cuales aún estaba junto a Mad Dog, y cada día era un día más de supervivencia y aprendizaje.
Había que retomar las más duras pruebas y afrontarlas; como la tranquilidad que todo el entrenamiento deparaba, para así conseguir la paz interna, y transformarse alma y espíritu de batalla.
El muchacho había conocido al gran maestro chino allá por 1.992, cuando era un simple empleado en una cafetería barata. Este joven siempre se interesó mucho en las artes marciales, dotándose de un gran aprendizaje propio y bajo la influencia de sus más grandes referentes. Pero necesitaba más que eso, algo que verdaderamente pudiese transformarlo en el luchador que deseaba ser. Solo había una persona, el extraño y sabio Mad Dog, un hombre que había escapado de cientos de lugares, metido en asuntos extraños con la mafia china, pero de un gran conocimiento en el Kung Fu, siendo todo un maestro Shaolin.
Para ese entonces, el hombre ya estaba un tanto anciano, por tal motivo siempre se caracterizaba por ser gruñón y un tanto fastidioso con la gente que lo rodeaba.
El muchacho había sido prácticamente su mejor estudiante, bah… en realidad también había sido el único, ya que Mad Dog era un hombre que prefería arreglárselas solo, sin tener que estar detrás de alguien. Pero David resultó ser distinto, y en poco tiempo este hombre sintió la necesidad de tomarlo como un hijo, ya que era lo único que tenía como una especie de familia, de la hace mucho tiempo había olvidado su significado.
Podía decirse que Mad Dog le enseñó al muchacho todos sus conocimientos sobre las artes marciales, sabiendo al momento de morir que David se había convertido en un gran guerrero, capaz de hacerle frente hasta el más temido enemigo.
El entrenamiento había vuelto al pasado, David sabía que tenía poco tiempo, para lo cual tenía que estar listo para convertirse en el más temido guerrero de todos.
Tenía un gran apoyo de su lado, como otro gran hombre sabio como lo era Song, alguien que también conocía mucho de artes marciales y podía instruirlo en lo que en ese momento necesitaba recuperar.
Una noche, el muchacho no pudo dormir a causa de constantes pesadillas que lo azotaban, sin dejarlo respirar. Las mismas eran de constantes muertes de sus seres queridos, que sin darse cuenta, ahora eran más y el daño era mayor.
Estaba claro que David tenía un objetivo, pero en su más profundo interior, también sabía que si “Flor de Loto” quería matar a todos los que lo rodeaban, no les costaría demasiado, solo que hasta ahora tuvieron suerte.
- ¿Te encuentras bien?... hace un rato que no paras de gritar y ya me estaba preocupando? – preguntaba la bella Wai Ling, que se encontraba en la habitación de al lado.
- Sí… creo que sí… solo que no pude dormir un solo segundo; estoy un poco cansado por todo el entrenamiento, eso es todo – respondió David, pasándose la mano por los ojos.
- Creo que no debes dejar que el temor te venza; eso es algo que siempre me lo dijo mi abuelo. Por eso es importante conocer los límites – argumentó la jovencita.
- No tengo miedo, Wai Ling. No he venido aquí en vano, para dejar que me humillen. Voy a ganar ese torneo cueste lo que me cueste – procedió éste, levantándose de la cama y dirigiéndose al patio, donde la noche avisolaba una hermosa luna llena, con la ausencia total de nubes y estrellas.
David sentía una gran responsabilidad, no solo por el orgullo de vengar la muerte de su maestro, sino también por tener que cuidar de Wai Ling y el viejo Song, personas a la que hacía muy poco tiempo había conocido, pero ya eran las más cercanas y queridas, que se preocupaban mucho por él.
- ¿Crees que puedas vencer a Jiangxi? – preguntaba Wai Ling, cruzada de brazos y siempre de carácter tierno y angelical.
- No lo sé… pero no dejaré que ese tipo me mate. Voy a luchar con todo lo que tengo y con la tranquilidad que me acompañará de aquí en más – argumentó el muchacho, mirando fijamente a Wai Ling, sin la necesidad de más palabras.
- ¿Quieres que prepare algo de té? – preguntó la jovencita.
- Me encantaría algo de té en este momento – expresó David, con su actitud más calma desde que había llegado.
Ambos compartieron una taza de té, distendiéndose un poco más y dialogando un tanto más abiertamente y de otras situaciones menos tensas que había que afrontar todo el tiempo.
- ¿Sabías que la flor de Lylea es la más firme, pero la más misteriosa de toda la región de Shangai? Es toda una hazaña encontrarla, porque parece que hay ciertas estaciones del año donde tiene una especie de camuflaje y se oculta, cambiando de color o algo así. Es realmente sorprendente - decía Wai Ling, sonriendo a cada momento.
- ¿De verdad? Vaya, no lo sabía. ¿Alguna vez encontraste alguna? – preguntó David.
- Una vez, cuando era muy pequeña. Pero por supuesto nadie me lo creyó. Tal vez lo harían si la arrancaba y se los mostraba, pero no lo hice. Creo que fue más fuerte en ese momento el hecho de dejarla en su lugar natural, sin la necesidad de dañarla. Tal vez ahora haría lo mismo – expresó la jovencita.
- Es extraño, pero a veces eso es lo mejor. Por algo siempre nos vemos forzados a actuar como debemos, pero al fin y al cabo es lo correcto. Creo que hay un patrón para todo; así como también hay un destino para todos y sé que el mío es ganar ese torneo – decía David, tomando algo de su té.
- Yo creo que lo lograrás… estoy segura, de hecho – agregó Wai Ling, dándole un beso en la mejilla al muchacho y yéndose nuevamente a su habitación.
Las cosas parecían encaminarse de la mejor manera, ahora tan solo era cuestión de esperar y ver lo que el futuro deparaba, el cual ya no estaba muy lejano.
Con el correr de los días el entrenamiento casi había concluido, dando como resultado una sabiduría enorme y una capacidad única de lucha, lo cual sorprendió en gran manera a Song, quien pensaba que David podía llegar a convertirse en “El quinto dragón”, aunque ciertamente eso era un tanto fantasioso, por el simple hecho de que “El quinto dragón” era casi inmortal, sin ningún enemigo que pudiese hacerle frente.
Situados en las montañas, David y Song se encontraban meditando, intentando conseguir el máximo poder y la tranquilidad absoluta. El círculo estaba casi completo.
- Por último, muchacho… hay una sola técnica que te falta aprender, de la cual estoy seguro que Mei Chu no te la habrá enseñado – decía Song, sentado de rodillas.
- ¿Cuál es esa técnica?; mi maestro me enseñó todas las técnicas que sabía – respondió David, casi convencido de que era el guerrero perfecto.
- Para poder convertirte en una persona sin escrúpulos, que no dudará en vencer a su enemigo, debes saber una técnica esencial, la que muy pocas personas conocen, y que menos personas aún saben utilizarla. “La muerte silenciosa” es la mejor técnica existente – explicaba el anciano.
- ¿”La muerte silenciosa”? ¿qué técnica es esa? – preguntó nuevamente el muchacho.
- Consiste en canalizar toda la energía del cuerpo y del ambiente en la mente, liberando una energía mucho mayor a la que el cuerpo humano puede emitir. Debes golpear al enemigo tan solo con el dedo índice en el medio del pecho, destruyendo su más sensible punto vital y desgarrándolo por dentro; de esa forma lo matarás en cuestión de pocos segundos.
Sonaba increíble, pero Song y Mad Dog conocían esa terrible e infalible técnica, la cual jamás se la habían mostrado a nadie. Esta era un arma letal, prácticamente la peor de todas, pero era sumamente difícil realizarla, ya que no se podía lograr sin una buena meditación y concentración.
- Si quieres aprender esta técnica, deberás estar en constante concentración y no distraerte por una milésima de segundo, porque de otra forma no podrás reunir los elementos necesarios para realizarla – explicaba Song.
- Lo haré, lo prometo – asintió el muchacho.
Ambos meditaron durante unos cuantos minutos más, sintiendo como su cuerpo se llenaba de todos los elementos naturales, el agua, el aire, las nubes y el fuego, sin que el menor ruido pudiese hacer perder la concentración y la calma.
- Ahora muchacho… golpea a esa roca – decía Song, señalándole a su aprendiz una roca bastante grande y firme, la cual era bastante grande, donde debía aplicar la técnica.
David se levantó y empezó a caminar lentamente hacia ésta, canalizando toda su energía en un solo punto, el más letal de todos. Situándose frente a la misma, se concentró y lanzo un golpe sumamente fuerte tan solo con su dedo índice, que tenía el filo de una terrible espada, lo cual hizo que el mismo destruyera gran parte de la roca, haciéndola añicos.
“La muerte silenciosa” era una técnica única, fatal para el enemigo y de poco uso en las batallas, ya que casi nadie sabía utilizarla.
- Ahora estás listo para el torneo, hijo. Creo que has hecho un excelente trabajo. Mei Chu estaría orgulloso de ti – expresó Song, dándole a su aprendiz toda la confianza que se merecía.
Tan solo faltaban dos días para el inicio de “La Massacre”, todos los luchadores se encontraban en su máximo nivel y listos para lo que debían afrontar.
Por su parte, el jefe Han sabía que de alguna u otra forma le sacaría el dinero a David, pero por el momento esperaría ver los resultados del torneo. Jiangxi había entrenado como de costumbre en el bosque, donde había practicado toda su vida. Muchos pensaban que él podía llegar a ser la reencarnación de “El quinto dragón”, porque nadie podía vencerlo.
Entrando a la oficina de su padre, un tanto sudado y con una remera negra de entrenamiento, Jiangxi dice lo siguiente: - Padre, nos revelaron que un policía americano está ayudando a David y los demás –
- ¿De verdad?... vaya, parece que tenemos más botellas por derribar entonces. Pero no te preocupes por eso, no varía en nada que fuese un policía, dos miembros de la CIA o NSA o como quieran llamarlo; nadie podrá ayudar a ese idiota – argumentó el poderoso gángster.
- Ya he completado mi entrenamiento, padre. Estoy listo! – agregó Jiangxi, con una sonrisa temeraria y punzante.
- Bien hecho… ahora descansa un poco, porque la diversión está a punto de comenzar –

El torneo sagrado “LA MASSACRE”

El día había llegado, todos los luchadores y gente seleccionada que vería cada batalla, estaban reunidos en el enorme templo perteneciente a “Los Hijos de la luz”, una enorme organización shaolin clandestina, un grupo de asesinos elite que no respetaban las reglas del bien y el mal.
El lugar estaba decorado con unos antiquísimos faroles con antorchas de fuego, que daban el ambiente más cálido y a su vez, brindaba el tono de oscuridad que las batallas requerían.
La primera batalla incluía a Jiangxi contra un rival bastante peligroso, llamado “The Monkey”, un luchador que poseía los movimientos de cada especie de simio, siendo casi imposible de atrapar.
Reunidos todos los monjes en el centro del ring, realizan el ritual conocido como “Zen Do” (bendición sagrada), con el cual dan inicio a cada torneo.
Jiangxi se encontraba en una esquina, junto a sus dos ayudantes, ya que no lo ayudaban a entrenar, porque él siempre creyó que no los necesitaba. El poderoso guerrero poseía un aspecto realmente aterrador, había cambiado su vestimenta, y ahora lucía una máscara completamente negra, que solo dejaban ver sus ojos. Era la primera vez que usaba algo así para pelear, como una advertencia de que había cambiado.
Con el ruido de un estruendoso golpe de campana, el combate había comenzado, dando rienda suelta a quizás, la batalla más sangrienta de toda la historia.
“The Monkey” no paraba de moverse para cada extremo del ring, pero sin atacar aún, lo cual hacía que Jiangxi tan solo lo mire fijamente, siguiendo cada movimiento. Esto era algo muy bueno que tenía en particular, ya que siempre estudiaba cada movimiento del oponente.
En un momento que quedó a espaldas de Jiangxi, “The Monkey” se arroja sobre éste colgándose de sus hombros, dándole una terrible patada en el rostro y escapando nuevamente hacia una esquina.
Era uno de esos luchadores bastante incómodos a la hora del combate, ya que sus movimientos no resultaban ser muy fáciles de seguir. Como una especie de mosca que vuela alrededor de nuestro plato y no nos deja comer.
El jefe Han, sentado en su habitual y reservado sillón especial, le echó una mirada su hijo, dándole la indicación de que acabe con el enemigo. Eso quería decir, matarlo sin ninguna piedad. Era de esa forma como se manejaban.
Jiangxi se quedó completamente quieto, sin el más mínimo movimiento impulsado, esperando el próximo ataque de su rival, quien también hacía lo mismo, a diferencia de que éste buscaba el momento adecuado de atacar.
Tras avanzar hacia Jiangxi, “The Monkey” vuelve a arrojarse sobre éste, pero el enmascarado fue mucho más rápido, cazándolo en el aire y dándole un terrible golpe de puño en el pecho, arrojándolo al piso tras un par de segundos en el aire.
Tras ver que se encontraba totalmente sin poder de reacción, Jiangxi se arrodilla ante su oponente, rompiéndole el cuello, como acostumbraba hacer con la mayoría de sus víctimas en “La Massacre”.
Una muerte más había sumado a su historial, así como una victoria más, encaminándolo a la siguiente ronda del torneo. Verdaderamente, gente que nunca había asistido a un torneo así, era sumamente impresionable al ver estas acciones, más que nada, teniendo a un terrible asesino en escena, como lo era el temible y ahora enmascarado Jiangxi.
El primer combate acarreó la primera muerte, y eso significaba mucho. De ahora en más había que ser sumamente cuidadoso con este hombre, porque en cuestión de segundos podía transformarse en un arma letal, lista para explotar.
Song se había dado cuenta de algo en la pelea, pero sabía que no debía decírselo todavía a David, ya que eso acarreaba una terrible historia por detrás, y tal vez no edra el momento adecuado.
Wai Ling terminó muy preocupada también tras la pelea, ya que ahora era el turno de David, y no quería verlo sufrir las mismas consecuencias; aunque tenía mucha confianza en él.
Muy seguido vino el siguiente combate, en el que se enfrentaban el mismísimo David Noah, el único americano que se había presentado contra la terrible muralla tailandesa Jung Po, un enorme sujeto con una cara de piedra, súper entrenada para matar.
Tras la orden del árbitro, la pelea había comenzado, con unos movimientos lentos por parte de ambos luchadores, que esperaban estudiarse sus movimientos previos para proceder a atacar. Jung Po fue el primero en lanzar un patada trasversal, que David pudo esquivarla con facilidad.
Una milésima de segundo después de esa acción, él mismo, tras haber esquivado la patada, realiza otra similar, pero agarrando al oponente por la espalda y desprevenido. Jung Po cayó inmediatamente al piso tras este golpe, sin ningún poder de reacción.
En este caso, el torneo ofrecía dos opciones; 1) – Dejar al enemigo con vida y terminar la pelea. 2) – Matar al enemigo y terminar la pelea. Ya que no había casi más reglas, esto era algo común.
David sabía que ya había vencido a su oponente, pero no era ningún asesino, por lo tanto decidió dejarlo con vida, respetando la filosofía de las artes marciales, para lo que había sido criado.
Song y Wai Ling vieron que el muchacho había progresado mucho en su aprendizaje, siendo una persona mucho más sabia y tranquila de lo que fue al llegar a Shangai. Se había convertido en un guerrero rápido, inteligente y apto para la batalla más complicada.
Por su parte, Han y su hijo Jiangxi observaron la pelea entre el público, notando que el muchacho era bastante bueno, mucho más de lo que se esperaban.
- Parece que Mei Chu entrenó bien a este chico, me gusta su actitud… - decía Han, fumando un cigarrillo.
- No es malo, pero aplastaré a ese gusano sin ningún problema. Nadie me vencerá jamás – expresó Jiangxi, retirándose del lugar.

Esa noche…

Wai Ling, Song y David habían sido a cenar a un bello restaurante de la ciudad, para celebrar la primera victoria del muchacho, además también para sacar un poco al anciano que ya no tenía salidas hacía mucho tiempo.
- Estos fideos están increíbles! Creo que no he comido nada tan delicioso en unos diez años – decía David, el cual no había dejado de comer desde que le llegó su plato.
- Creo que estuviste muy bien hoy – expresó la bella Wai Ling.
- Es cierto muchacho… lo hiciste muy bien, pero recuerda que debes mantener esa calma que tuviste hoy y no perderla más, solo así podrás seguir ganando – arremetió Song, haciendo que el muchacho se diera cuenta que tenía razón, dejando de comer por unos instantes, bajando los cubiertos y prestando toda la atención que necesitaba en ese momento.
En un momento dado, un auto Honda Civic negro estaciona frente al restaurante, bajándose de éste Jiangxi y tres hombres más de “Flor de Loto”, buscando obviamente a ya saben quién.
Caminando bastante rápido y con un cigarrillo en la boca, además de estar bastante armado como todos los demás, Jiangxi se coloca en frente a la mesa donde estaban comiendo estos, diciendo: - No eres más que basura… estás pretendiendo llegar a la final consciente de que vas a morir, eso es estúpido! Veo que no piensas bien las cosas; el desafiarme es una muy mala idea –
- Vine aquí a pelear y eso es lo que estoy haciendo. No soy yo el que debería estar preocupado – respondió David, firme en lo que decía.
- ¿Crees que soy yo el que está jodidamente preocupado?, creo que no vas a comprender las cosas muchacho – agregó Jiangxi, apuntando con su arma a la inocente Wai Ling, directo a la cabeza y sin ningún temor de jalar el gatillo cuando lo creía necesario.
- Qué mierda estás haciendo!! – dijo David, temiendo por ella y por Song
- Jajaja, veo que eres débil ante varias cosas. Es eso lo que te hará caer, temes mucho por tus seres queridos y tienes mucho que perder – expresó Jiangxi, apagando su cigarrillo sobre el plato del muchacho, retirándose del lugar junto con los demás.
Toda la gente del restaurante se quedó muy atemorizada, ya que conocían muy bien a la persona que había entrado, y que era el individuo más peligroso de toda el área de Shangai.
En eso llega el detective Cooper, quien se encontraba cerca del lugar, monitoreando (por decirlo) todo lo que sucedía a cada momento. Tal vez si hubiese llegado unos momentos antes podía haber resultado de gran ayuda; pero por suerte no había sucedido nada lamentable.
- ¿Se encuentran bien?... – preguntó éste.
- Sí… está todo bien. Creo que Jiangxi no dejará de amenazarme, a menos que le demuestre lo verdaderamente bueno que soy y lo venza en el torneo – agregó David, dirigiéndose al baño del restaurante.
Las opciones se achicaban en Shangai, ya que era una carrera a contrarreloj entre la vida y la muerte, no había separación de ninguno de los bandos opuestos, combatiendo hasta el final.
Las peleas continuaron, conforme pasaban los días, y Jiangxi y David seguían ganando con bastante facilidad cada pelea que les tocaba. Era co
Soulvalentino12 de abril de 2009

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