Hemos perdido tanto el tiempo
En reproches estúpidos, en palabrería vacía...
A esos que me tratan mal porque aun así sigo corriendo libre,
Porque al encontrarme sola y mal querida,
No fui completamente sincera con alguno de mis amantes.
A esos que me critican.
Porque estando fuera de mí,
hice correr la lengua antes que el cerebro y dije cosas horribles.
Como una cobra poseída que no deja de escupir veneno,
Fui sucia, soez y deslenguada en su momento,
Sin reparo.
Lo admito, he sido envidiosa y la vanidad me ha cegado.
En algún momento, lo admito.
Pero admito que también he sacudido la envidia,
Y la he transformado en fascinación
Me he quitado la venda de la vanidad,
Y he visto todos y cada uno de mis defectos.
A las que tanto me odian que en el fondo me temen,
Tienen toda la razón, a veces, Escupo.
A veces me convierto en el propio satanás encarnado
Tanto que les tiro toda mi hiel mezclada con ácido a la cara.
Les quemo y luego me río.
Pero también lloro y me escondo,
También soy frágil como las alas mojadas
De una mariposa.
Amo como una adolescente y también, me desconsuelo.
No soy a prueba de balas, aun que mi corazón pretenda ser
de puro acero, También siento.
Soy leal a quien amo.
Por eso a todos vosotros, os quiero decir que no.
Jamás me he acercado a otro chico teniendo al mío.
Jamás he inventado ficción en la vida de los demás.
Jamás he sido un gusano carroñero y me he comido los restos de otras.
Jamás he chupado una polla bañada en la saliva venenosa de alguna de vosotras.