Hará un mes y diez días de la última que vez que la ví. En el mismo sitio de hoy: su urbanización. Aquel día estábamos solos. Hoy, en cambio, acompañados por una buena amiga común. Entonces, hablamos de series, películas, una fiesta a la que ella acudiría esa misma noche y algunas cosas más. Todo lo contrario a hoy. Sólo hemos hablando de como casi nos pilla la Policía a unos amigos dentro de un parque (donde nos habíamos colado), los 10 días de vacaciomes que iban a tener ellas dos, lo que hemos hecho en verano y algunos otros temas sin más interes que el propio de una conversación cualquiera.

Ha pasado un mes y diez días, días en los que me he acordado de ella continuamente. Si no era una canción, era una película; si no era un anuncio, era un frío recuerdo antes de irme a dormir. Pero sí, el tiempo ha pasado y lo que siento por ella sigue siendo exactamente igual. Desgraciadamente ella no siente lo mismo por mí, moriría con tal de cambiarlo, pero no puedo hacer nada.

Me resulta curioso como la vida juega con nuestros sentimientos constantemente: cuando empezaba a no pensar tanto ella, me la encuentro con los amigos y, encima, nos quedamos solos los dos y la, ya mencionada, amiga común. ¿Y todo para qué? ¿Para avivar el recuerdo que tanto dolor me causa? Pues no sé. Pero por más que pasa el tiempo, el agujero parece ir a más, en vez de hacerse más pequeño... Que duro es enamorarse de una persona que no siente lo mismo.

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