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Cuentos Infantiles

A pesar de los aos transcurridos no he olvidado los cuentos que me contaban cuando era pequea. Los mejores eran los de mi padre, porque se los inventaba y estaban poblados de bosques, rboles y animales. Los de mi madre y mi abuela eran los mismos de siempre; los clsicos cuentos infantiles. Quiz por eso todava me persigue el recuerdo.
Vamos a ser serio. Hay alguien con dos dedos de frente que pueda pensar que esos cuentos son adecuados para nios o para cualquier mente medianamente pensante? Analizar dos o tres, como muestra, pero igual podran ser treinta.
La ratita presumida. En todos mis aos, que son casi medio siglo, nunca he visto mayor despropsito y ya, si ustedes me apuran, ms depravaciones juntas. Alguien me puede explicar a qu mente enferma se le puede ocurrir casar a una ratita con un burro, un perro, un gato? Menos mal que no pas por all un elefante, y menos mal tambin que la ratita adems de presumida era lista y no aceptIgual es que tuvo en cuenta tamaos y esos ligeros detalles
Caperucita Roja. La yaya est malita y a esa tarada de madre no se le ocurre mejor cosa que mandar a una tierna niita por un bosque en el que campa por sus respetos un Lobo Feroz. Ascon un par. Y el Lobo, que adems de feroz creo que tambin es adepto al travestismose merienda a la abuela y se viste con sus ropas. Caperucita, que debe ser tonta, sorda y corta de vista, no se da cuenta de que no es su abuelita la que est en la camaJams he visto cosa igual y para mi tengo que si lo analiza un psiclogo descubrir muchas cosas cuando menos raras en este cuento; a la par que preocupantes.
Blancanieves. La madrasta, en la lnea de la mayora de las de su gremio, se dedica a hacerle la vida imposible a la pobre muchacha y mientras tanto el padre debe de estar haciendo muchas horas extras o cazando elefantes, que para eso es rey, porque no se entera de nada. Pero ya lo mejor es la casa de los siete enanitos, que no me digan ustedes que no suena a cuento subido de tono: una jovencita inocente conviviendo con siete rapaces, sean enanitos o gigantessuena raro. Y ya para acabar de arreglarlo la malvada madrasta le ofrece la manzana bien coloradita, como a Eva. Manzana que oportunamente suelta la jovenzuela al primer tropezn del caballo del prncipe. Lo que han cambiado las cosas, ahora los prncipes van en deportivos o yates, las nias cada da dejan ms pronto de ser inocentes, las madrastras proliferan como setas en el campo y si te envenenas, a menos que te hagan un lavado de estmago la llevas clara.
Nada, que cuando tenga nietos he decidido que lo de los cuentoslos que yo me invente. Totalno creo que pueda imaginar ms tropelas.
Beth13 de enero de 2014

4 Comentarios

  • Mateo

    Me has dado una Idea también para mis nietos...aunque yo siempre me he insentado los cuestos que le contaba a mi hijo cuando lo llevaba a dormir...y por supuesto estoy de acuerdo contigo....esos no s los contaba...pues uno puede set capaz de imaginar historias fantásticas con superhéroes super poderosos....de todas formas a mi me paso algo como a ti.. sufrí la tortura de la ratita presumida..... :-) ......

    13/01/14 08:01

  • Beth

    Ya ves... y hemos sobrevivido

    13/01/14 09:01

  • Asun

    Ay Beth, pero si justo en eso está lo divertido y lo mágico!!!! en creer que una ratita puede convivir con un burro, un perro, o el resto de pretendientes que desfilan por su casa, aunque al final es todo muy didáctico, la ratita acaba con quien debe.
    Y con el resto pasa lo mismo, debes ponerte en el lugar de los niños, ellos tampoco ven la realidad tal como es. No es extraño que acepten al lobo como alguien bueno, porque ellos carecen de prejuicios, todo el mundo es bueno, guapo y amigable. Solo empiezan a recelar de la gente cuando por sus actos les demuestran no ser ni buenos, ni guapos, ni amigables.
    Además de alguna manera estos cuentos los preparan para la vida, pues les hacen ver que a veces las madres (madrastras) pueden ser malas y cosas así.
    Cuando tengas nietos contarás cuentos preciosos, pero seguro que tienen cierto parecido con estos clásicos que acabas de mencionar.
    Yo es que creo que voy para atrás como el cangrejo, cada vez soy mas infantil, por no decir mas inocente...
    Besos mi querida amiga.

    14/01/14 08:01

  • Beth

    A mi es que ni me gustaban cuando tenía cinco años Asun. Imagina que yo a esa edad usaba el secador de mano rosa de un juego de peluquería como pistola. Lo que yo quería era fumar como un carretero, pegar tiros a troche y moche y vestirme de vampiresa. Y ya ves en lo que me he quedado...

    14/01/14 09:01

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